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| jueves abril 25, 2024

La tercera guerra terrorista


Caroline Glick

¿Qué debemos opinar frente al hecho de que nadie se ha adjudicado el bombardeo del Miércoles en Jerusalén? La bomba no fue un evento independiente. Fue parte de la nueva guerra terrorista palestina que recién está dejándose ver.

A medida que Israel piensa en cómo lidiar con nuevos ataques, es importante tener en cuenta en qué se diferencia esta guerra de las dos anteriores. En el plano militar, las tácticas que los palestinos han adoptado hasta hoy, son una mezcla de guerra con misiles de última generación y ataques ya pasados de moda [cuchillos y bombas en maletines].

Este cambio de tácticas demuestra que esta guerra es una combinación entre la guerra proxy de Irán [por poder] con células terroristas locales. Los ataques también son notables por su dispersión geográfica y por la ausencia de ataques suicidas[hasta ahora].

Para el público, las nuevas tácticas no son interesantes y el mensaje que envían no es nada nuevo. Con o sin suicidas, los israelíes entendemos que estamos entrando en un nuevo período de miedo sin tregua, en el cual sabemos que estamos en peligro sin importar adonde estemos. Ya sea durmiendo, o camino al trabajo, o en la escuela, o sentados en un banco en una plaza o en un restaurante; tanto si estamos en Rishon Lezion, Sderot, Jerusalén, como si estamos en Itamar o Beer Sheva, estamos en «la mira» de los árabes.

Todos nosotros somos » colonos». Todos nosotros estamos en peligro.

Las innovaciones militares son importantes para los comandantes de las Fuerzas de Defensa Israelíes y tendrán que encontrar la manera de responder a las demandas ciudadanas de seguridad. Ellos deberán sacar conclusiones operativas sobre los desafíos que esta mezcla de tácticas presenta.

Mientras los motivos actuales de los terroristas son importantes–al igual que en las otras dos guerras terroristas anteriores–estas nueva guerra de terror es ante todo de carácter político.

Al igual que sus las dos guerras anteriores que comenzaron en 1987 y en el 2000, el principal propósito de esta guerra terrorista NO es matar judios. Matar es sólo un beneficio extra. El objetivo más importante es debilitar a Israel políticamente con el fin de provocar su eventual colapso.

Y es EN ESTE contexto político en el que varios ejércitos terroristas se rehusan a asumir la responsabilidad por el ataque del miércoles en Jerusalén, y por sus movidas para tapar sus actos terroristas recientes con un manto de ambigüedad.

En el pasado, Fatah, Hamas y la Jihad Islámica se apresuraban a adjudicarse las masacres. Inicialmente parecía que la práctica habitual iba a continuar en la última ronda de asesinatos. La Brigadas de los Mártires de Fatah se apresuraron a adjudicarse la masacre de la familia Fogel en Itamar el 12 de marzo. Hamas parecía estar compitiendo por acreditarse esas muertes cuando sus fuerzas hicieron una fiesta pública en Gaza el 13 de Marzo celebrando los asesinatos.

Pero Fatah retiró su reclamo de responsabilidad y Hamás nunca se lo adjudicó. En cuanto a las andanadas de cohetes y misiles desde Gaza: Hamas se atribuyó los 58 proyectiles disparados hacia el sur de Israel e pasado Sábado. Pero luego Hamás hizo lugar para que la Yihad Islámica se atribuyera los ataques de mayor alcance con Katyushas sobre Rishon Lezion, Beer Sheva, Ashdod y Gedera esta semana. Y nuevamente, nadie se atribuyó el atentado en Jerusalén del día Miércoles. ¿Qué nos dice este ataque repentino de modestia acerca de como los amos palestinos del terror consideran los actuales ataque contra Israel?. ¿Qué nos enseña esto acerca de sus retos políticos y de sus metas ?

En las dos previas guerras de terror los grupos terroristas tenían dos motivaciones para adjudicarse los ataques. La primera razón era aumentar su popularidad. En la sociedad palestina, cuantos más judios mateis, mas populares sereis. La razón principal por la cual Hamas ganó las elecciones «palestinas»de 2006 se debió a que los palestinos creyeron que el terror sembrado por Hamás logró la retirada israelí de Gaza en agosto de 2005. Fatah mató a más judios que Hamás entre 2000 y 2005 pero Hamás cosechó más premios por sus ataques porque su record fué impecable por no haberse comprometido políticamente con Israel.

La segunda razón por la cual estos grupos siempre han sido rápidos en adjudicarse los ataques se debió a que ellos deseaban mostrar a sus financistas y patrocinadores que usaban bien los fondos. Saddam Hussein y los miembros de la realeza saudí pagaron enormes recompensas a las familias de los terroristas muertos y capturados. Durante las últimas décadas, Irán, Siria y Hezbolá han gastado cientos de millones de dólares armando, entrenando y financiando células terroristas palestinas de Fatah, Hamás y de la Yihad Islámica por igual.

El hecho que hoy, ni Hamas ni Fatah esten interesados en adjudicarse la bomba del miércoles en Jerusalén o la masacre de la familia Fogel, es una señal de que algo fundamental está cambiando en la dinámica política entre ambas facciones. Antes de examinar cual puede ser el cambio, se impone una explicación sobre la Jihad Islámica. La Yihad fue creada por Irán en 1988. A diferencia de Hamas y Fatah, la Jihad no tiene aspiraciones políticas. No tiene operadores políticos y se contenta sólo con dedicarse a operaciones terroristas.

Después que el mayor y poderoso Hamas subordinó su comando y su control a Irán en 2005, la Yihad Islámica ha servido nada más que como un subcontratista de Hamas. Ejecuta y se atribuye el mérito de los ataques cuando Hamas no desea hacerlo. Hay dos motivos internos que explican la reticencia en asumir la responsabilidad por parte de Fatah y de Hamas y no son mutuamente excluyentes. El primero es que la conversación reciente entre ellos para formar un gobierno unido es seria. Fatah anunció el Jueves que había detenido a dos terroristas de la Jihad islámica conectados con el atentado en Jerusalén. Es algo notable en este sentido e indica que–luego de cuatro años de lucha contra Hamás en Judea y Samaria– Fatah está buscando un grupo políticamente más conveniente de sospechosos habituales.

La segunda razón por la que Hamas y Fatah estén silenciando quién es el responsable, es porque ambos saben quien lo hizo y están utilizando el terror para ganar influencia entre sí en la mesa de negociaciones. Si Hamas está llevando a cabo los ataques, los líderes pueden estar simplemente utilizándolos para fortalecer su posición negociadora en las conversaciones por el posible gobierno de «unidad». Fatah sabe que si Hamás se atribuye el mérito de los ataques, su popularidad en Judea y en Samaria crecerá. Y si Fatah se atribuye los ataques, sus líderes podrían utilizarlos para mostrar que ellos dicen seriamente que se unirán a la rama palestina de la Hermandad Musulmana.

Si bien la dinámica de esa política interna de los grupos terroristas palestinos es interesante, no es su objetivo mayor. Tanto para Fatah como para Hamás, el blanco al que apuntan es el público europeo. Pero antes de discutir como sus conceptos sobre Europa están conectados con su movida para ocultar las responsabilidades por el terrorismo, es necesario tener en cuenta el objetivo político concreto de esta nueva guerra de terror. Fatah está en medio de una campaña mundial para conseguir apoyo internacional para una declaración unilateral de independencia palestina en septiembre. Desde la perspectiva de Israel, la campaña es amenazante por dos razones. En primer lugar, un estado palestino declarado unilateralmente estará en un estado de guerra de facto con Israel. En segundo lugar, si los palestinos lograran reconocimiento internacional «para su estado» en Jerusalén, Judea, Samaria y Gaza, esta movida pondría en la mira internacional a 500.000 ciudadanos judios que residen allí.

Gran parte del debate acerca de este objetivo se ha centrado en si Barak Obama va a vetar o NO alguna resolución del Consejo de Seguridad de la ONU aprobando la declaración palestina de un estado independiente Y basado en el comportamiento de Obama hasta la fecha, los palestinos tienen buenas razones para creer que él podría apoyar su movimiento. Pero en verdad, la discusión acerca de cómo EE.UU. va a responder ante la planeada declaración palestina no viene al caso. El punto de la amenazada declaración NO es para que el Consejo de Seguridad de la ONU los apoye. El punto es lograr que la Unión Europea adopte nuevas sanciones contra Israel.

Y esto nos lleva otra vez a la nueva política de no adjudicarse los ataques contra Israel, y a la decisión de lanzar una nueva guerra de terror en general. En vista de ello y en un momento tan sensible diplomáticamente para los palestinos, pareciera que ellos quieren mantener funcionando sus roles usuales: «policía bueno Fatah», y «policía malo Hamas» y además, dejar que Hamas se atribuya los ataques recientes. En efecto, parecería que los palestinos quieren mantenerse totalmente al margen de los ataques hasta después de declarar su independencia.

El hecho de que Fatah y Hamas no hayan esperado hasta después de septiembre para atacar ni tratar de diferenciarse el uno del otro, y como los ataques se amalgaman en una nueva campaña de terror, indica claramente que los palestinos ya no sienten la necesidad de fingir que se oponen el terror para mantener el apoyo europeo. Los palestinos estiman que Europa se está moviendo rápidamente hacia un punto en el que ya NO necesitan fingir ser justos con Israel. Los votos británicos, franceses y alemanes en favor de «los palestinos»en la resolución del Consejo de Seguridad» del mes pasado, fueron la última señal de que los gobiernos clave europeos han adoptado abiertamente políticas hostiles hacia Israel. Y aún más importante es que estas políticas NO son consecuencia del esfuerzo del lobby palestino para que Israel pierda las esperanzas de contraatacar mediante un lobby israelí.

Europa ya ha dejado de ocultar hasta el más mínimo vestigio de lealtad hacia Israel y ello es producto de la propia realidad política nacional reinante en Europa. Entre la rápida expansión del poder político de las comunidades musulmanas en Europa y la virulenta posición anti-Israeli adoptada por los medios europeos de comunicación, los gobiernos europeos se ven forzados a tomar posiciones cada vez más hostiles hacia Israel para calmar el odio inducido en el público y para apaciguar a las comunidades musulmanas residentes allí. El público y las comunidades odian a Israel.

Tomemos al primer ministro británico David Cameron, por ejemplo. Cuando Cameron mencionó que Gaza era «una prisión al aire libre» el año pasado, no fue porque él acababa de hablar con el líder de Fatah, Mahmoud Abbas.Tampoco Cameron estaba actuando por convicción. Cameron seguramente sabía que su declaración fue una mentira total. Y también sabía que Hamas es un grupo terrorista yihadista que comparte la ideología de sus compañeros de la Hermandad Musulmana, retoño de Al Qaeda. Pero para Cameron, mucho más importante que la prosperidad relativa de Gaza y los objetivos genocidas de Hamas fue que en las elecciones británicas pasadas, el Comité Musulmán de Asuntos Exteriores del Reino Unido (MPAC-Reino Unido) exitosamente logró sacar del Parlamento a los seis miembros que apoyaban a Israel.

Los palestinos reconocen que no necesitan simular ser buenos para conseguir que Europa los apoye. Después del lavado de cerebro efectuado por medios de comunicación y de las intimidaciones de las comunidades musulmanas residentes allí, los árabes han desarrollado una respuesta pavloviana con respecto a Israel por la cual, cada vez que Israel es mencionado, el odio de los europeos aumenta. No importa si la historia es sobre la masacre de los niños de Israel o el bombardeo de sinagogas y jardines de infantes.. Ellos saben que Israel es el culpable y esperan que los gobiernos lo castiguen.

Lo que nos dice el silenciamiento palestino acerca de quienes cometieron los ataques, es que en esta nueva guerra de terror, los palestinos creen que no pueden perder. Con Europa remolcándolos, Fatah y Hamas no dudan en unir a sus fuerzas y avanzar militar y políticamente.

*Caroline B. Glick es senior fellow del Centro De Políticas de Seguridad en Washington, DC y es Editora General Adjunta del Jerusalem Post.

 

Fuente: Jerusalem Post
Difusion: www.porisrael.org

 
Comentarios
paula andrea

no dice lo ke debe de decir

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