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| martes marzo 19, 2024

Niños bajo fuego


Ana Jerozolimski

Semanario Hebreo

El viernes de la semana pasada, a media tarde, Israel dio muerte en un operativo desde el aire, al jefe de los Comités de Resistencia Popular, una de las agrupaciones terroristas de la Franja de Gaza, por información concreta que indicaba que estaba preparando un atentado de gran envergadura en el sur de Israel, cerca de la frontera con Egipto. Ya en agosto último, dicha organización cometió un atentado de ese tipo contra la carretera 12 en territorio israelí, que pasa junto a la frontera con Egipto y conduce a Eilat, matando a cinco civiles e hiriendo a algunos más.

A raíz de ese operativo puntual contra el jefe de dicho grupo, tanto los Comités como el Jihad Islámico comenzaron a disparar en forma concentrada cohetes y misiles hacia el sur de Israel. Desde el viernes de tarde hasta el martes a la 1 de la madrugada, fueron lanzados  aproximadamente 250 misiles. Casi todos los dirigidos hacia las grandes ciudades de la zona-Beer Sheba, Ashdos, Ashkelon , Netivot y Ofakim- fueron interceptados por las baterías de misiles anti-misiles “Cúpula de Hierro”, ubicadas en posiciones destinadas a proteger las zonas más pobladas. Sin embargo,el éxito –que fue admirable- no podía ser absoluto y hubo impactos de misiles en zonas habitadas, salvándose la gente por la gran disciplina que acostumbró a la población a entrar a refugios apenas oye la alarma.

Hay dos puntos claves a destacar. Si bien el ataque al jefe de los Comités de Resistencia Popular en Gaza desencadenó una seria escalada, el hecho es que Israel lo eliminó porque estaba por concretar un gran atentado contra civiles israelíes. Pero además, sería falso decir  que eso rompió la calma. Cuando se habla de “calma” en el sur de Israel, nunca lo es plenamente y la diferencia con enfrentamiento abierto, es en la intensidad y asiduidad de los disparos.

Un ejemplo concreto lo recibimos este miércoles en la zona de Eshkol  donde nos dieron  un dato muy ilustrativo: entre el 31 de agosto del 2011 y el 20 de febrero de este año, época de supuesta “calma”, cayeron en esa región 56 cohetes. Eso, es la “calma” dictada desde Gaza.

En esta situación, optamos esta vez por pedir el testimonio de los más jóvenes, cuatro niños israelíes que  viven bajo fuego. Estas son sus palabras.

MAAYAN LEVIN (11 años y medio- Kibutz Nir Itzjak)

 

mayyam

Sus padres Cintia y Claudio , ambos de 41 años. Tiene otras dos hijas, Tali de 9 y Adi de 3.
Claudio trabaja en el gallinero del kibutz

Creo que el que vive esta situación hace mucho, como yo, ya no tiene miedo. Sé que tengo dónde resguardarme y estar más segura. Sé que la situación no es normal y sí que a veces da miedo, pero hay una habitación blindada,  hay estructuras en las que esconderse..No es normal, pero esta es la situación.

La primera vez que me pasó me pregunté por qué tengo que vivir una situación así, por qué los árabes nos hacen esto, y entonces me explicaron que no son todos los árabes.

Si no hay un lugar seguro donde protegerse, hay que tirarse al suelo y cubrirse la cabeza con las manos.A mi nunca me pasó ya que cuando hubo alarmas siempre estuve al lado de un sitio al que podía ir a cuidarme. Ahora en las ciudades también está la “Cúpula de Hierro” que destruye los misiles en el aire.

Claro que a pesar de todo, tengo miedo. Por ejemplo, cuando viajamos en ómnibus a la escuela, el viaje lleva 15 minutos .Y se toma en cuenta que también allí pueden caer los Qassam, los cohetes y morteros. Y pienso qué pasa si justo hay alarma cuando estamos en el ómnibus. Hoy de mañana justo hubo alarma cuando estábamos por subir al ómnibus y nos resguardamos en esos refugios especiales..

Cuando oigo la alarma yo no corro enseguida .Camino . Muchos niños corren histéricos y gritan, pero yo sé que si corro, para mi va a ser peor, y trato de ir más tranquila.

De todos modos, a veces siento miedo de morir, de sufrir heridas, de todo…

No pienso que otros niños viven más tranquilos…Al menos, si hay guerra, mejor estar acostumbrado y saber cómo actuar. No que yo quiero que haya guerra, pero sí quiero saber qué hacer cuando pasa algo.

Pienso también en los niños palestinos de Gaza.Sé que también en Gaza hay gente dañada y que también allí hay gente que quiere la paz. Me imagino que hay gente allí que se siente como nosotros, que tiene miedo..Quizás si cambian allí al gobierno, las cosas irán mejor. Me parece que los controlan de una forma que no sirve.

Los adultos creo que piensan igual que yo. Están a favor de que haya paz y no creen que todos los árabes son malos sino que hay también buenos. No nos enseñan a odiar al otro lado.

Hay algo interesante …esta situación, aunque da miedo, también me dio cosas buenas. Yo antes tenía muchos miedos y hasta me daba miedo a veces de subirme a algunos juegos peligrosos en un Luna Park, pero ahora ya no me da miedo, porque pienso si paso ésto, mejor alegrarme si voy a un parque.
Pero claro que también hay cosas muy malas, como cuando muere gente o sufren heridas. Y cuando eso pasa, me digo a mi misma que ojalá no nos pase a nosotros.

Muchas veces hubo daños en casas de gente  que conozco personalmente, también de amigos mios..y eso duele mucho.

A pesar de todo, amo el lugar en el que vivo. Y los cohetes Qassam no cambiaron eso para nada.

GALI ATZILI HAAS (13 años- Moshav Timorim)

Gali

Cuando hay situaciones como la de estos días, con alarmas y cohetes, me da miedo, siento palpitaciones, me pregunto qué va a pasar, cómo vamos a estar. Cualquier sonido fuerte me hace latir fuerte el corazón porque pienso que es una alarma, aunque no lo sea.

Creo que uno no puede realmente acostumbrarse a algo así tan desagradable. Pero es cierto que cuando pasa tantas veces, al menos ya sé lo que es, ya no me sorprende totalmente. O sea, ya sé cómo actuar, pero eso no significa que me siento mejor por eso.

El gran problema es que en casa no tenemos refugio y lo único que podemos hacer es tirarnos al piso en el corredor , apretados, y taparnos la cabeza con las manos. Así nos explicaron.

Cuando hay alarmas, yo trato de contar los estallidos que se sienten después, para tratar de adivinar cuándo me puedo levantar.

Lo que más me preocupa es que ya sé que hubo casos en los que los cohetes cayeron sobre casas.Y como sé que también cayeron en mi casa, me da miedo porque nuestra casa no es muy fuerte y siento que puede desmoronarse arriba de nuestras cabezas.

Tengo miedo de que haya guerra y sé que nosotros, los civiles, somos los más expuestos.
La verdad es que pienso también en lo que viven los niños palestinos en Gaza y lamento si nosotros a veces los dañamos, pero creo que el problema es que su gobierno no los cuida y no actúa bien.

Si el Primer Ministro viniera a mi moshav, le diría que tiene que pensar en nosotros. El está en su oficina, cómodo…y quisiera que sepa cómo vivimos porque hay gente que sale muy mal de esto. Sé que él intenta protegernos, pero hay que solucionar esta situación.

Me da miedo pensar qué pasará cuando yo sea grande.También están los problemas con Irán y me pregunto si vamos a poder seguir viviendo así…No es natural pensar que la guerra siga mucho tiempo. Yo me veo viviendo en paz, pero luego de muchos intentos de lograrla…

Yo soy optimista por naturaleza. Lo que está pasando con los cohetes hace difícil ser optimista, pero no imposible.

ITAI   ITZJAKI (13 años y medio, Moshav Nir Israel )

tai-itzjaki

A mi me gusta mucho la zona en la que vivo a pesar de los problemas. Pero el lugar en el que vivo está al alcance de los cohetes. Cuando oímos la alarma , luego oímos la salida de los misiles anti misiles de “Cúpula de Hierro” , entramos al refugio, esperamos y luego salimos..No es agradable, pero no siempre es tan terrible.

Sé que no es natural vivir así..Molesta mucho no poder salir de casa y estar a sólo 20 segundos de la pieza protegida.Estamos como encerramos en casa .Yo soy más indiferente, pero hay otros que tienen más miedo. Es cuestión de carácter. Yo trato de no tomarme duramente las situaciones complejas.
No es que no hago caso a las indicaciones.,Sí entro al refugio y me cuido.Pero los cohetes no me dan miedo. Tengo miedo de otras cosas en la vida…

Bueno, la verdad es que a veces sí pienso que me puede caer un cohete en la cabeza.Ya pegó uno en la calle justo enfrente de la casa de un amigo mio.Lo que nos ayuda mucho es esto de la “Cúpula de Hierro” que nos protege.Esto nos da sensación de seguridad.

El problema es que me siento muy desconectado, que como por seguridad no hay estudios y yo vivo un poco lejos, no puedo encontrarme con mis amigos y estoy como encerrado.

No es normal vivir así, lo sé…a veces pienso que desarrollé un mecanismo para sentir que el problema no es tan serio y que basta con entrar al refugio cuando hay alarma. Hay gente que no logra nunca acostumbrarse,pero yo creo que es posible porque si uno sabe cómo funciona y entiende que el refugio protege y también la “cúpula de hierro”, entonces no está tan expuesto.

De todos modos, entiendo que vivir así influye en cómo uno se va sintiendo.Por eso cuando hubo algo así intenso, hubo gente que se fue por unas semanas a otros lados.

Hay gente que dice que hay que dejar que disparen y que la “cúpula de hierro” tiene que destruir los misiles y así van a frustrarse.Pero creo que si nos disparan, también nosotros tenemos que reaccionar. No es que quiero guerras, creo que soy  un poco de izquierda y quiero la paz, pero no me parece que podemos estar sin hacer nada. Esto hay que terminarlo.

Para cuando sea grande, quisiera que haya paz, sería muy bueno, sería muy agradable vivir en paz con los árabes.Pero no sé si se concretará.

ORI COHEN (12 años, Kibutz Ein Hashlosha)

Ori-Cohen

No sé si la situación en la que vivimos es especial, porque ya nos hemos tenido que acostumbrar.
El problema es que tenemos que estar siempre alertas, despiertos, no pensar nunca que está todo bien y que podemos olvidarnos del tema. Cuando hay una situación así, hay que estar muy atento.
Por ejemplo, no podemos ir caminando despacio de un lugar a otro ni tampoco salir a lugares muy abiertos. Esta situación influyó en cómo yo vivo. A veces hay que estar mucho tiempo dentro de un refugio chico y cerrado. Nos sentimos que vivimos amenazados.

Lo que a mi personalmente más me cuesta en esta situación es que no somos libres, tenemos que estar encerrados en casa.

Sé que en guerras siempre hay víctimas y heridos. Está claro.Le pasa a gente que uno conoce y gente que no.También hay daños materiales. Hay gente que pierde su casa.Eso siempre es difícil.

Esta situación no diría que influyó en mi personalidad..No creo que me haya cambiado…aunque quizás no me di cuenta de ello..Eso sí puede ser.

Cuando alguien de afuera oye sobre lo que pasa acá, quizás no cree que esto puede suceder realmente y dice que no puede ser…es que no es fácil.

Yo estoy acostumbrado, pero igual a veces me da miedo. Si uno oye un estallido, claro que uno se pone un poco nervioso. Y lo que me molesta es por un lado estar encerrado aunque quiero salir, pero también el miedo  que me da pensar que quizás me pase algo.

Me siento más seguro en la escuela que en casa, porque hay allí muchos adultos que saben qué hacer cuando cae un cohete, además estoy con todos mis amigos y siento que la protección es mayor.Todos allí se preocupan mucho por nosotros. Y cuando llego bien a casa, mis padres están tranquilos porque ven que no me pasó nada.

Hubo situaciones en las que sentí el peligro de cerca. Hace un año estábamos programando salir de vacaciones y justo una noche antes se oyó la alarma y cayó un cohete en la casa al lado de donde estábamos. Hubo por eso escape de gas,,,todo dio muchos nervios.

Pienso a veces en el tema de la paz y la guerra.Espero que haya paz. Quiero no tener que vivir con miedo, sentirme más libre , y saber que nadie va a sufrir.

A veces pienso también en los niños palestinos y me da pena porque ellos no tienen protección cuando hay guerra. Pero los terroristas tratan de quedarse con nuestro país y por eso nos atacan, a los civiles. Nosotros sólo tratamos de defendernos y a veces, por error , también gente inocente  se ve perjudicada.

Si viera al Primer Ministro le diría que hay que dedicar esfuerzos a tratar de lograr la paz, que si nos atacan no siempre hay que responder al fuego y que si avanzamos hacia la paz, todos saldremos ganando. Podríamos vivir juntos, sin guerras…sin tener que lastimarnos mutuamente. Sería todo mucho mejor, sería más agradable vivir así.

A mi me gusta mucho la zona en la que vivo, acá nací…y los cohetes no lograron arruinarme ni cambiarm

 
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