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| miércoles abril 24, 2024

El miedo a la verdad es la causa que hace desaparecer las capitales


Eduard Yitzhak

Del 27 de julio al 12 de agosto de 2012 tendrán lugar en Londres los Juegos de la XXX Olimpiada. [1] La web oficial de los Juegos Olímpicos, Olympic Games 27 July – 12 August Official London 2012 website http://www.london2012.com/ ha ubicado el Estado de Israel en Europa, y a la no reconocida Palestina en Asia. Hasta el 30 de abril de 2012 en el website oficial se podía ver la capital de cada estado participante. [2]

En todos los países se especificaba su capital, en todos menos en uno, Israel, al que se situaba en Europa, y sin mencionar su capital, Jerusalem.

Jerusalem, capital eterna del pueblo judío, nombrada cerca de setecientas veces en el libro sagrado de los judíos, la Toráh [Antiguo Testamento], y que no es mencionada para nada en el Corán, libro sagrado del Islam, aparecía como la capital del no oficial e inexistente estado de Palestina.

Jerusalem, capital eterna e indivisible de Israel, desde que fue así declarada por el Rey David el año 996 antes de la EC, pasaba a ser por los expertos de los Juegos Olímpicos capital de Palestina, que no existe como estado.

El 1 de mayo de 2012 los expertos culturales de los Juegos Olímpicos se han instruido algo más, lo que no es mucho decir, y han retirado las capitales de todos los estados, para no tener que corregir y situar Jerusalem en Israel.

El miedo a reconocer la evidencia, que Jerusalem es la capital de Israel, lo que molesta al palestinismo e islamismo militante –judeofobia en versión moderna- ha hecho que sea eliminada la referencia a las capitales de todos los estados participantes en los Juegos de la XXX Olimpiada. Las presiones de la Organización de la Conferencia Islámica, con sus 57 países miembros, y los 22 estados de la Liga Árabe han surtido efecto al claudicante Occidente.

Nunca ha existido un estado palestino. Jerusalem siempre ha sido la capital de la antigua y moderna Israel. El nombre de Jerusalem es nombrada unas 700 veces en el libro sagrado de los judíos, la Toráh (Antiguo Testamento), y no es mencionada para nada en el libro sagrado del Islam, el Corán. Todos los judíos del mundo rezan dirigiéndose hacia Jerusalem, mientras que los musulmanes se dirigen a la Meca.

Es una mentira repetida mil veces que ha devenido “verdad” en Occidente que Jerusalem es la tercera ciudad santa del Islam. Los musulmanes intentan conectar a Jerusalem con el Islam usando un pasaje vago del Corán, contenido en el Sura 17, titulado «El Viaje Nocturno», pero en realidad ni ellos mismos consideran a Jerusalem como ciudad santa para el Islam. [3]

En el mismo se relata que en un sueño o en una visión Muhammad fue llevado de noche desde «el templo sagrado al templo que es más remoto, cuyo recinto hemos verdecido, para que podamos mostrarle nuestras señales. …». En el siglo VII después de la EC algunos musulmanes identificaron estos dos templos mencionados en este verso como el de Meca y el de Jerusalem. ¡Y esta es la evidencia más contundente que tiene el Islamismo para reclamar a Jerusalem como ciudad santa! [4]

Jerusalem no ha sido nunca la capital de ninguna entidad árabe ni musulmana. Incluso en la época en que los jordanos ocuparon Jerusalem, nunca los árabes –que posteriormente se autodenominaron palestinos- pretendieron convertirla en su capital y los dirigentes árabes no acudieron nunca a Jerusalem para visitarla.

Israel se convirtió en una nación en el año 1312 antes de la EC dos mil años antes de que surgiese el Islam. Los refugiados árabes en Israel comenzaron a identificarse a sí mismos como el pueblo palestino en el año 1967, dos décadas después del establecimiento del moderno Estado de Israel. Nunca antes se auto consideraron ni auto denominaron como “palestinos”. Son, y eran, árabes de la Gran Siria que vivían en las tierras ancestrales del pueblo judío, estos árabes, hoy conocidos como palestinos, procedían de Jordania y Siria, que buscaban trabajo que les proporcionaba la laboriosidad e iniciativa de los pioneros judíos que volvían a su tierra, Israel, llamada Palestina. Desde la conquista israelita, que tuvo lugar en el año 1272 a. de C., los judíos han disfrutado el dominio sobre la tierra durante mil años, que ha contado con una presencia continuada en la tierra durante los últimos 3.300 años. El único dominio árabe desde la conquista del año 635 de la EC duró tan solo 22 años. Durante más de 3.300 años, Jerusalem ha sido la capital judía, de todos los judíos de todos los tiempos, de los judíos que vivían en Tierra Santa y de los que vivían en la Diáspora. Jerusalem no ha sido nunca la capital de ninguna entidad árabe ni musulmana. Incluso en la época en que los jordanos ocuparon Jerusalem, los árabes –que posteriormente se autodenominaron palestinos- pretendieron convertirla en su capital y los dirigentes árabes nunca acudieron a Jerusalem para visitarla. Muhammad no fue nunca a Jerusalem. El breve control árabe de Jerusalem significó destrucción y atraso en la Ciudad Santa. Los árabes tuvieron abandonada la ciudad, asó como el resto del país. Bajo el gobierno jordano, los lugares sagrados judíos fueron profanados y a los judíos se les negó el acceso a los lugares de adoración. Bajo el gobierno israelí, todos los emplazamientos musulmanes y cristianos han sido conservados y hechos accesibles a las gentes de todas las creencias.

La ignominia contra Israel de no reconocer su capitalidad no es nueva, las Naciones Unidas permanecieron silenciosas cuando los jordanos destruyeron 58 sinagogas en Jerusalem y profanaron sistemáticamente el antiguo cementerio judío en el Monte de los Olivos y cuando los jordanos impusieron una política, de tipo apartheid, -prohibiendo a los judíos el acceso a sus lugares santos- con el fin de impedir que los judíos visitasen el Monte del Templo y el Muro Occidental.

Únicamente los judíos han vivido interrumpidamente en Israel durante los últimos 3.700 años. ¿Dónde estaban los árabes-palestinos en tiempo de Jesús? Los ocupantes musulmanes, árabes y turcos, respectivamente, nunca permitieron volver al resto de judíos que vivían en la Diáspora. Los judíos que vivían en Europa eran los descendientes de los judíos que fueron deportados masivamente por el Imperio Romano hacia Roma y sus colonias, y de estas al resto del continente.

Palestina era el nombre dado a la tierra de Israel por el emperador Adriano para desjudaizar y eliminar todo vínculo de los judíos de la Diáspora con su tierra, pero a pesar de todos sus esfuerzos y los de otros tantos no lo lograron. El pueblo judío rememoraba en sus rezos y oraciones tres veces al día, como hoy en día lo hacen los judíos religiosos, su anhelo en volver a Israel, lo que era impedido por las fuerzas de ocupación que sometían a Israel. Este afán se acrecentaba por el miedo de vivir en Europa, un continente que oscilaba entre los pogromos, persecuciones, Inquisición, conversiones forzadas y masacres, lo que habría favorecido el retorno de los judíos a su patria, a no ser por el rechazo de las potencias que sometían Israel, lo que impedía a los judíos emigrar a Israel y encontrar refugio en su tierra.

Desde 1840 en la era moderna, Jerusalem ha tenido una mayoría judía.

Setenta por ciento de la tierra en el este de Jerusalem la que la prensa ahora llama, «Este de Jerusalén, históricamente árabe,» ha sido propiedad de los judíos desde 1947.

Los cannaneos y las naciones que habitaban la tierra antes de que los israelitas lo hicieran, ¡hoy no existen! ya que fueron hace miles de años absorbidas por otras gentes. Los árabes de Israel vinieron en el 632 después de la EC, a raíz de la invasión musulmana.

Israel concedió nacionalidad a todos los árabes que vivían en su territorio, después del 1948. El árabe es idioma oficial, juntamente con el hebreo, en Israel.

Los historiadores y la Biblia coinciden en que el término «Palestina» se deriva de Filistim, Filisteos -palabra de hebreo antiguo, que significa invasor. Los filisteos habían sido una confederación de pueblos no-semíticos provenientes de Creta, las islas del Egeo y Asia Menor, conocidos también como “Pueblos del Mar”: personas Egeas quienes en el Siglo XII antes de la EC que se asentaron a lo largo de las costas planas del Mar Mediterráneo, y que fueron expulsados posteriormente por el Rey David, lo que hoy se conocen en el nombre de Israel y la Franja de Gaza.

En el año 135 después de la EC los romanos aplastaron la última gran revuelta judía. El emperador Adriano cambió el nombre de Jerusalem por Aelia Capitolina y a la provincia judáica por Palestina, como forma de borrar toda memoria judía de la región y en recuerdo de los invasores filistim. Los ingleses nombraron Palestina a Tierra Santa, y los ocupantes e invasores árabes han recuperado el nombre de Palestina, cuando hasta hace unas décadas ignoraban la existencia de los nombres: Palestina y palestinos.

Nunca ha existido una tierra llamada «Palestina» gobernada por «palestinos» ni nación palestina. Los palestinos son árabes procedentes de Siria, de Jordania, Líbano, Irak.

Mientras los antisemitas europeos increpaban y decían a los judíos, “iros a vuestro país, iros a Israel”, sin querer recordar que fueron las deportaciones romanas las que trajeron a los judíos por Europa. Ahora que muchos judíos han podido volver a su tierra, Israel, bajo soberanía judía, el antisemitismo europeo ha transmutado su injuria a los judíos negando a éstos el derecho de decidir y vivir en su propia tierra, Israel. Estos mismos antisemitas europeos nunca han dicho a los árabes-palestinos: “árabes, palestinos, iros a vuestra casa, a Arabia o a Jordania, o a la Gran Siria”. Cisjordania –Judea y Samaria- no fue nunca parte legal de Jordania. Bajo el Plan de Partición de las Naciones Unidas de 1947, el cual los judíos aceptaron y los árabes rechazaron, Cisjordania se suponía fuera parte de un estado árabe independiente en el oeste de «Palestina» (¡el Israel histórico!). Pero los jordanos invadieron y ocuparon el área durante la guerra de 1948. En 1950, Jordania anexó los Bancos del Oeste a su territorio, razón por la cual esta región es conocida bajo el nombre de Cisjordania.

Los judíos han morado y habitado en esta tierra miles de años, y han construido Templos –el Primero y el Segundo-, han vivido y luchado por esta tierra, y han reclamado a Jerusalem, desde los tiempos de Abraham – ¡hace miles de años! El área de los Establos de Salomón se puede datar a la fecha aproximada cuando este gran rey de Israel construyó el Templo para el Eterno. De acuerdo con el historiador Josefo (Siglo I de la EC), este lugar existía en esta montaña hacía siglos y era usado por los judíos para refugiarse cuando Tito conquistó a Jerusalem en el año 68 después de la EC. El mismo Corán – el libro sagrado del Islam – describe la construcción del Primer Templo de Salomón (Sura 34:13) y la destrucción del Primer y Segundo Templo de Salomón (17:7). La conexión de los judíos con la Montaña del Templo puede datarse hasta 3.000 años en el pasado, y está basada en datos históricos, evidencias arqueológicas y tradiciones escritas y orales. El relato bíblico explica que Abraham ató a su hijo Isaac en el altar para sacrificarlo a Dios, lo hizo en la cima de esta montaña, la montaña llamada Monte Moriá, donde recientemente los musulmanes construyeron un templo, con la intención de borrar la asociación de los judíos con el Monte Moriá. Después de la guerra de 1967, Israel abolió todas las leyes discriminatorias promulgadas por Jordania y adoptó su propio sistema de leyes para garantizar el acceso a los templos religiosos. Los jordanos impedían a los judíos el acceso a los lugares santos. La ley israelí estipula lo siguiente: «Cualquiera que haga algo que pueda poner en peligro la libertad de acceso a los miembros de los varios grupos religiosos a sus lugares sagrados será castigado con prisión por un término de cinco años.» Israel también confió la administración de los lugares sagrados a sus respectivas autoridades religiosas, por ejemplo, el Waqf Musulmán tiene la responsabilidad de las mezquitas de la Montaña del Templo.

Las fronteras de Israel fueron determinadas por las Naciones Unidas cuando se adoptó el Plan de Partición en 1947. En una serie de guerras defensivas, Israel recuperó territorio. En numerosas ocasiones, Israel se ha retirado de estas zonas. Como parte un acuerdo en 1974, Israel regresó los territorios ocupados en1967 y 1973 a Siria.

Bajo los términos del Tratado de Paz Egipcio-Israelí, Israel retiró sus tropas de la Península de Sinái (¡a pesar que todos estos territorios le pertenecían al Israel histórico de David y Salomón!) por tercera vez. Ya se había retirado de amplias zonas ocupadas en el desierto cuando la Guerra de Independencia. Israel dio la Península de Sinaí a Egipto en 1957. En septiembre de 1983 Israel se retiró de las áreas extensas a petición del Líbano, excepto de una zona estrecha en el Río Awali. En 1985 se retiró del Líbano.

El líder terrorista árabe-palestino, Yasser Arafat dijo: «Nuestro objetivo es simplemente la liberación del suelo palestino y el establecimiento de un estado. Por lo tanto, los judíos (israelitas) deben ser expulsados, e Israel debe ser aniquilado. No podemos aceptar ni más ni menos que la completa aniquilación de todos los judíos».

Los continuadores del terrorismo, Hamás –que actualmente gobiernan a los árabes-palestinos no sólo no quiere reconocer parte del territorio de Israel, sino que en su carta constitucional se pide la destrucción de Israel. La demanda judaica para que Jerusalem sea la capital de Israel no sólo es religiosa: es nacional y estatal. Todo estado tiene derecho a proclamar cual es su capital. Sólo se le niega este derecho a Israel.

La derrotada Alemania de posguerra tuvo que aceptar que su capital “provisional” fuera Bonn, en lugar de Berlín. A Israel, que ha ganado las guerras y batallas que desencadenaron y empezaron los árabes, los árabes derrotados le niegan ese derecho, con el apoyo de la judeofóbica Naciones Unidas. El antisemitismo europeo no desapareció en Auschwitz, pervive en Europa.

En las Naciones Unidas, una tercera parte de los países son musulmanes (60 de 192) y muchos otros países tienen miedo al embargo petrolero.

Gustavo Daniel Perednik dice que: “El motivo de esa terquedad, es complejo.

Si Tel Aviv es la capital de Israel, estamos frente a un país moderno, novedoso, aceptado, aun un Estado con el que se podría llegar a convivir en paz. Pero cuando se acepta a Jerusalem como capital israelí, se admite implícitamente que aquí no hay novedad, sino un Estado renacido. La misma Jerusalem que fuera la capital de los judíos hace siglos, ha recuperado esa función. La vindicación de Jerusalem como nuestra exclusiva capital, fortalece la legitimidad del Estado judío renacido en la patria ancestral. No hace falta ser judío ni israelí para notarlo. El filósofo católico español Julián Marías lo puso de manifiesto en su libro Israel una resurrección: sin Jerusalem como capital, Israel pierde «sentido histórico». [5]

Nota de Porisrael:
La moneda corriente que se usa en la Autoridad Palestina y en Gaza es el Shekel israeli y no el dolar estadounidense.

NOTAS

[1] http://en.wikipedia.org/wiki/2012_Summer_Olympics

[2] http://www.london2012.com/countries/

http://www.london2012.com/

[3] http://www.youtube.com/watch?v=1n_Pq9kwp5E&feature=youtu.be

[4] http://blogs.periodistadigital.com/totalitarismo.php/2011/10/17/ipor-que-ha-de-existir-un-estado-palesti

[5] http://blogs.periodistadigital.com/totalitarismo.php/2008/09/21/jerusalem-1

 
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