Hisham Jarallah
20 de Septiembre de 2012
http://www.gatestoneinstitute.org/3353/peace-process-west-bank
Los medios de comunicación de Abbas, sus portavoces y los imanes de sus mezquitas han radicalizado a los palestinos hasta el punto en el que muchos de ellos ya no están preparados para escuchar propuestas de paz. El conflicto en Oriente Medio no gira en torno a un asentamiento o a un punto de control. Más bien se trata de un conflicto sobre las raíces de la existencia de Israel.
El día que se divulgó el vídeo en el que el candidato republicano estadounidense Mitt Romney afirmaba que “los palestinos no tienen ningún interés por la paz”, la OLP anunció que estaba estudiando la posibilidad de cancelar los Acuerdos de Oslo.
El comunicado de la OLP sobre la rescisión de los Acuerdos de Oslo –además del continuo rechazo del Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, a reanudar las conversaciones de paz con Israel – llegó tras dos días de discusiones lideradas por Abbas, y demuestra que la afirmación de Romney era correcta.
Durante los últimos tres años, Abbas ha utilizado el tema de los asentamientos, iniciado por la actual administración de Obama, como una excusa para seguir alejado de la mesa de negociaciones con Israel. Anteriormente los asentamientos no parecían molestar a Abbas o a su antecesor, Yasser Arafat, que mantuvo conversaciones de paz con sucesivos gobiernos israelíes mientras se continuaban construyendo asentamientos.
Abbas decidió suspender las conversaciones de paz con el gobierno Israelí porque prefiere imponer una solución a Israel antes que conseguir una solución negociada.
Romney también tiene razón al asumir que los palestinos permanecen “comprometidos con la destrucción y eliminación de Israel.”
La última vez que los palestinos celebraron unas elecciones libres y justas, en Enero de 2006, una mayoría de palestinos votó por Hamas, el movimiento radical islámico comprometido con la destrucción de Israel.
Es cierto que muchos palestinos votaron a Hamas porque querían castigar a Fatah, la facción corrupta liderada por Abbas, pero a fin y al cabo los palestinos sabían que estaban votando a un movimiento terrorista que no duda en enviar a hombres bomba ni en disparar misiles para matar a civiles inocentes. Muchos palestinos están convencidos de que Hamas volvería a conseguir la victoria si se celebraran unas nuevas elecciones libres y justas hoy día en la Margen Occidental y en la Franja de Gaza.
La política declarada por la Autoridad Palestina durante los últimos años ha sido promover boicots a Israel y criminalizar todas las formas de normalización con los israelíes. Abbas y su gobierno han dedicado tremendos esfuerzos para describir a Israel como un estado segregacionista que debe ser aislado del resto del mundo.
Los medios de comunicación de Abbas, sus portavoces y los imanes de sus mezquitas han radicalizado a los palestinos hasta el punto en el que muchos de ellos ya no están preparados para escuchar propuestas de paz.
Abbas cree que con la ayuda de las Naciones Unidas y de otros países, será capaz de conseguir más concesiones por parte de Israel que si volviera a la mesa de negociación. De ahí su decisión de reanudar sus esfuerzos para conseguir unilateralmente que las Naciones Unidas reconozcan la existencia de un estado palestino con fronteras anteriores a las de 1967.
Casi al mismo tiempo que se divulgaba el vídeo de Romney, Abbas anunció que estaba “decidido” a presentar otra solicitud de admisión en las Naciones Unidas durante la sesión de Asamblea General en Nueva York en los próximos días de ese mes.
La predicción de Romney de que un estado palestino supondría una amenaza para Israel, y su miedo a la creciente implicación de Irán en Oriente Medio no son injustificados. Una vez que Hamas extienda su control desde la Franja de Gaza hasta la Margen Occidental, Irán, Sudán y muchos grupos terroristas islámicos comenzarán a invadir el área con armas para preparar la jihad (guerra santa) contra la “entidad sionista”.
Si no fuera por Irán, Hezbollah sería incapaz de dirigir decenas de miles de misiles hacia Israel. Sin el apoyo de Irán, Hamas nunca hubiera podido permanecer en el poder en la franja de Gaza ni adquirir miles de misiles y cohetes. En el futuro, los iraníes no perderán ni una oportunidad de entrar en la Franja de Gaza.
El sentimiento anti-israelí en la Margen Occidental, en la Franja de Gaza y en el resto de los países árabes e islámicos es tan alto que el Presidente de la Hermandad Musulmana de Egipto, Mohamed Morsi, no ha tenido el valor de mencionar a Israel ni siquiera una vez desde que llegó al poder.
Finalmente, ¿Cómo puede alguien estar en desacuerdo con la postura que Romney también defendió a favor de la “solución de dos estados”? ¿Es que acaso esta solución de dos estados no se ha realizado ya? ¿Es que los palestinos no consiguieron, no solo uno, sino dos estados propios –uno en la franja de Gaza, y otro en la Margen Occidental?
¿Fue Israel culpable de que Hamas echara a la OLP de la Franja de Gaza en 2007? ¿Fue Israel culpable de que la mayoría de los palestinos votara a favor de Hamas y de sus planes terroristas un año antes?
Las acciones y palabras de Abbas y sus ayudantes durante los últimos tres años demuestran sin ningún género de duda que han elegido abandonar el camino de la paz, prefiriendo realizar un tremendo esfuerzo diplomático para deslegitimizar a Israel a ojos de la comunidad internacional.
Romney debiera ser elogiado por entender que el conflicto de Oriente Medio no gira en torno a un asentamiento o a un punto de control. Más bien se trata de un conflicto sobre las raíces de la existencia de Israel. En el mundo árabe e islámico aún existe una mayoría de gente que no asume el derecho a existir de Israel. A diferencia de Barack Obama, Romney parece haber entendido donde radica el verdadero problema.
Traducción para Porisrael.org: Carmen Summers
Difusion: www.porisrael.org
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