Investigación israelí determinó que algunas hierbas sirven para atender enfermedades infecciosas y bacterianas

AJN

Los resultados iniciales de la utilización externa de determinadas hierbas demostraron que pueden usarse para tratar heridas problemáticas, ayudar en el tratamiento de infecciones fúngicas de la piel y combatir parásitos. La investigación se llevó a cabo en la Universidad Hadassah de Jerusalem.

Una investigación reciente determinó que algunas hierbas israelíes son tan efectivas como la medicina moderna en la lucha contra las infecciones bacterianas, fúngicas y enfermedades infecciosas.

El clima de Israel, que se caracteriza por ser cálido y ventoso a veces, produjo en las plantas el desarrollo de compuestos químicos especiales para hacer frente a las condiciones extremas.

El valor terapéutico de estas sustancias fue descubierto por un equipo de investigadores de Israel, financiado por la Unión Europea (UE).

Los resultados iniciales de la utilización externa de tales hierbas demostraron que pueden usarse para tratar heridas problemáticas, ayudar en el tratamiento de infecciones fúngicas de la piel y otras, así como para la lucha contra los parásitos.

Productos Naturales Nufar, una compañía israelí que utiliza estos resultados de investigación, trabaja en el desarrollo y elaboración de diversos productos a base de diferentes hierbas medicinales.

Entre los productos producidos hay una serie de té elaborado a base de aceites aromáticos y de planta, así como productos cosméticos naturales.

Israel Solodoch, CEO de Nufar, dice que en el futuro será posible el desarrollo de preparados naturales para el tratamiento de infecciones provocadas por hongos y piojos a base de estos hallazgos, según informó el portal NOcamels.

La investigación se llevó a cabo en la Universidad Hadassah de Jerusalem y estuvo a cargo de Mina Farran, Gili Yosef y Friedlander Barthold, con la participación de estudiantes de la Facultad de Biotecnología y botánicos expertos en hierbas medicinales de Israel.

La investigación está dentro del alcance de un proyecto llamado Bio Explora financiado por la Unión Europea, y contó también en colaboración de grupos de investigación de la Autoridad Palestina, Grecia y España.