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| jueves marzo 28, 2024

La Ética Asesinada 


Un hombre muerto yace tirado en el piso de su baño en un departamento de Puerto Madero, en Buenos Aires, y no descansa en paz. Se ha llevado con él un secreto terrible, un secreto que tiene a un país entero en vilo, al borde del abismo. Qué soledad la de ese fiscal, qué desolación la de Argentina. Porque, incluso en el improbable (no imposible) escenario de que se demostrara la tesis del suicidio, de todas formas la sospecha quedaría instalada, porque  no es la primera vez que mueren testigos clave antes de un juicio en Argentina. Cuando ya es muy difícil desenredar las hebras de la mentira de las de la verdad, un país puede hacerse inviable.

El país de Borges, de Cortázar, de Sábato y Piglia, los grandes narradores rioplatenses, el país donde nació el tango, «ese pensamiento triste que se baila», el país donde se habla de filosofía y psicoanálisis en los cafés y donde las librerías están abiertas hasta la madrugada, el país del rock que nos abrió las puertas de la percepción en la década de los ’70, es hoy un país de «cerdos y peces», para usar el título de una emblemática revista de la cultura «under» de Argentina, dirigida por Enrique Symns. Los cerdos andan en los pasillos de los ministerios, en los sórdidos intersticios del poder; los peces son los que -a pesar de todo- hacen respirar la cultura de un país de una creatividad y riqueza admirables.

¡Cuánto nos duele ver a Argentina así, país hermano que nos ha abierto mundos y perspectivas!… Hay una Argentina que hoy está llorando de verdad, la Argentina de los ciudadanos honestos, que ve en el suelo junto al cuerpo inerte de un fiscal, el alma de un país.

¿Qué arruina a un país?, ¿La riqueza fácil tal vez? ¿Y por qué una porción significativa del pueblo argentino terminó por entregarles el país, casi con resignación primero y después cinismo, a oscuras mafias disfrazadas de ideología?…

Hay un momento en la historia de nuestros países, en que con el silencio cómplice, todos podemos ser parte del círculo vicioso de crímenes y mentiras. Es más fácil no ver, no denunciar, no decir.

Que un país con el capital humano y cultural de Argentina esté en esta trágica encrucijada es una señal de alerta para nosotros mismos, que nos hemos creído inmunes a la corrupción en el contexto de Sudamérica, pero que hemos visto cómo en las últimas semanas ha caído el velo que ocultaba la promiscua relación entre política y negocios.

¿Que aquí todavía no matamos a testigos y fiscales? Sí, es cierto, estamos todavía bien lejos de llegar ahí. Todavía. Pero no digamos «nunca». Nadie está libre en el mundo de hoy de una gran descomposición en curso, que empezó hace mucho tiempo, cuando la política fue cooptada por el dinero. Ya lo dijo el poeta deSiglo de Oro español, Quevedo, «(…) pues que da y quita el decoro y quebranta cualquier fuero, poderoso caballero es don dinero (..) Madre, ¡yo al oro me humillo!» En el siglo XX, otro poeta, pero norteamericano,Ezra Pound, denunciaría qué pasa cuando la usura corroe la civilización, en su feroz poema «Con Usura».

Falta escribir un poema sobre el efecto devastador de la mentira en la sociedad. Es la primera señal de que «algo huele mal en Dinamarca». ¿No es preocupante acaso que algunos de nuestros senadores y ex candidatos a la presidencia hayan mentido y, ya acorralados, hayan dicho que lo que cometieron no fueron ilícitos, sino «errores»?  Qué fácil cruzar la delgada línea roja por ambición o avidez. Cada cultura tiene su propio estilo para mentir. En Argentina -país de grandes narradores  se miente descaradamente 

y casi con estilo. Aquí se miente con un poco más de vergüenza (solo un poco), con cara de niños buenos, pero se miente.

                Usura, mentira y política. ¿No estamos hablando en realidad de Ética?… 

               Para Aristóteles, el griego que pensó la política, ética y política iban juntas. 

               En algún momento se separaron. Y hoy, el cuerpo de un hombre muerto se interpone entre ambas.Una grieta que sangra.

 
Comentarios

Es raro que coincidamos con El Mercurio. Pero es que el Caso Argentino lo merece.
Por cierto que la desvergüenza del Poder es infinita. No nos extrañará que aparezca como resultado de la investigación del crimen que el Fiscal Nisman se suicidó, arrepentido de haber acusado a la Presidenta.

Y luego, se concluye, después de 20 años, la investigación por el asesinato masivo en la Embajada y la AMIA: «Fueron comandos Israelíes para inculpar falsamente a los Ayatollas»

Nada de esto es improbable. Sería sólo una mentira más (Y venga el oro iraní a los bolsillos del Poder) JEV

Aquella sociedad, que se préste implicitamente, a que sus mejores hijos sean impunemente asesinados por el poder del Estado, carece de futuro como tal, ademas de perder en el envite lo que pudiera quedarle de dignidad y conciencia colectiva …por ello se antoja tan justa y necesaria la reaccion de la poblacion argentina, alarmada y escandalizada, tras el asesinato (digo bien) del fiscal Nisman hace ahora un mes, a resultas de su investigacion sobre las responsabilidades politicas derivadas del atentado contra la mútua judia a manos de Hezbolláh, hace ya algo mas de dos décadas … su sangre vertida entonces, salpica aún de lleno, a sus potenciales inductores (autores intelectuales) por mas que todos ellos se nieguen a asumir las consecuencias politicas y penales derivadas de su participacion activa, en tan siniestro magnicidio y tan súcia conspiracion … El tiempo a la póstre, situará a cada uno en el lugar que le corresponde, y la historia dictará sentencia, aunque desgraciadamente, algo tarde ya …

Los argentinos sabemos que las soluciones deben inexorablemente provenir de las Instituciones (Congreso, Justicia, etc), pero sabemos que eso es muy difícil cuando estamos gobernados por un grupo que responde a una ideología que cambia camaleónicamente de acuerdo con las necesidades del momento histórico, tanto puede ser de derecha como de izquierda. Pasan los años, los cientos, miles de actos de corrupción quedan sin esclarecer y los argentinos lamentablemente nos tenemos que adaptarnos a vivir en la mediocridad ética y en las mentira diaria, sin posibilidades de revertir esa situación.

Eliseo Pardo

Un pueblo tan valioso intelectual y culturalmente como el argentino, no deberiá en ningun caso resignarse a ésa mediocridad ética a la que alude, ni a la manipulacion y engaños de los que viene siendo victima por parte de sus respectivos Gobiernos, ya que de hacerlo, perderiá definitivamente toda espectativa de echar abajo ésa dinámica impuesta y sustentada, por quienes desde las Instituciones, le han convertido muy a su pesar, en rehen de sus caprichos y ambiciones personales…

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