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| jueves abril 25, 2024

Las semillas de las escuelas Sci Tech israelí


Olvídense  de los dioramas. ¿Qué es necesario saber para trabajar en un avión de la Fuerza Aérea de Israel?

Esa es, de modo puntual, la pregunta que se necesitan hacer ,  para ver crecer sus sueños,  los estudiantes de la Israel Aerospace Industries (IAI) escuela industrial de alta tecnología,  dirigida por Israel Sci-Tech, la red de educación más grande de Israel.

Más de 300 alumnos (250 en  nivel alto y 68 en una academia profesional, durante  dos años) obtienen  formación práctica en las disciplinas de mecánica aeronautica, control de la electricidad y  energía, vehículos aéreos no tripulados (drones), antes de pasar a la fuerza aérea para el servicio militar obligatorio y, lo más probable,  es  que vuelvan, a menudo en  IAI, la empresa cuyo campus llaman  «la escuela secundaria.»

“Me hubiera gustado tener un plan semejante cuando tenia 13 años», dijo Gabi Daniels, mentor de estudiantes secundarios del IAI que trabajan en aviones no tripulados y esta a la cabeza de los sistemas mecánicos en la división productiva  de la empresa.

En diciembre, la escuela secundaria IAI fue uno de los destinos de una misión de  los miembros del consejo de Amigos de Israel de las Escuelas Sci-Tech,  grupo partidario de la red educativa israelí en Estados Unidos, que operan  206 instituciones que brindan atención a mas de 100.000 estudiantes.

Israel es conocido por el don de su gente para la innovación y el espíritu empresarial, y el tamaño y el carácter de la red de Sci-Tech, contribuyen, en gran parte,  a la reputación del  país.  10 por ciento del total de los estudiantes de secundaria israelíes asisten a Sci-Tech, y más del 60 por ciento intenta saber más en ciencia y tecnología.

En estas escuelas se plantan las semillas futuras de la alta tecnología  israelí. «Creo que no  son solo los niños  israelíes los innovadores sino el  ambiente en el que se educan. No tienen miedo al fracaso «, dijo Eli Eisenberg, director general senior,  jefe de administración de  investigación y desarrollo (I + D) y formación para la red de Sci-Tech.  Eisenberg trabajó en los sistemas educativos británicos y sudafricanos, para Margaret Thatcher y Nelson Mandela, respectivamente. En contraste con los israelíes que se equivocan, los estudiantes del Reino Unido y Sudáfrica «no hablan a menos que estén  seguros.» “Los israelíes”, en cambio, “se equivocan nueve de cada diez veces”,  dice  Eisenberg. Y continua. Tener conocimientos  «no es suficiente» sino que, lo importante, es desarrollar «habilidades”.

Con este principio en mente, los programas escolares se despliegan en el Centro Mushinsky. Los planes se implementan a través de Israel y se exportan a cientos de escuelas en todo el mundo. Estudiantes de red Sci-Tech aprenden habilidades del mundo real a través de asignaturas prácticas como  educación financiera,  gestión del tiempo y  trabajo en equipo.

Joel Rothschild, director del Centro Mushinsky, recuerda que el gobierno ruso se acercó al Centro para proyectar programas similares en Rusia. El Centro Mushinsky procedió a desarrollar el programa «Laboratorio de niños» para los grados 3-4 rusos e  «Ingeniero Joven» para los grados 8-9. Cuando  Sci-Tech capacitó a los maestros rusos les habló de la necesidad de  «disfrutar el  defecto» y aprender de los errores.

Los planes de estudios exportados del Centro Mushinsky van mucho más allá  de lo básico en  matemáticas y ciencias. El Dr. Shimon Nira-Ayal trabaja en el centro de Nanopinion, un plan de estudios de nanotecnología desarrollado para países de la Unión Europea.   «Es importante que los niños sepan que las  ciencias   son fluidas», dijo  haciendo hincapié en la  convergencia de la tecnología,  ciencia, sociedad y comunidad. El plan de estudios de nanotecnología da a los estudiantes el  escenario de la vida real antes de entrar a conocer cómo funciona la ciencia.

La red de Sci-Tech construye  planes de estudio basados en la demanda de profesionales en diversas industrias israelíes y  cuenta, hoy,  con 18 centros de formación profesional industrial sustentado en el IAI. Irit Klipper-Avni, vicepresidente de recursos humanos de la compañía aeroespacial, llama al modelo de escolarización una situación de «ganar-ganar-ganar» para los estudiantes, la sociedad y el país.

Entre 3500 graduados  en IAI Sci-Tech , 1.100 regresaron a trabajar a IAI y otros 1.000 lo hacen en la industria de la aviación de otros lugares.  «Esos estudiantes van a ser la futura generación de nuestra compañía», dijo Yehuda Jorev, director de la escuela secundaria.

Kobi Nefkse, estudiante (17) de la escuela secundaria, trabaja un día a la semana en el avión privado Gulfstream G280. “Estar dentro del IAI «nos permite acceder  a tantas cosas que otras escuelas no tienen.»  Pero el camino no siempre fue tan suave. Recordó que en su escuela anterior, en Modi’in,  «no estaba en un ambiente propicio para sus intereses.» Sin embargo, encontró el modo de llegar a la  IAI.  «Soy una persona que trabaja con las manos. … Mientras pueda hacerlo, no hay lugar para la queja «.

Daniels, mentor para los estudiantes del IAI que trabajan en aviones no tripulados, explicó cómo la Fuerza Aérea de Israel se beneficia del  modelo de la alta formación profesional industrial de la escuela.  «[Los estudiantes] están mejor preparados para el ejercito.  Si las Fuerzas de Defensa  quieren contratar a los técnicos formados, esta es la manera de hacerlo «. De hecho, casi la mitad de los ingenieros prácticos que sirven en las Fuerzas de Defensa de Israeln son graduados de las Sci-Tech.

7000 alumnos de la red participan en programas de cadetes, en el que se pasan dos años de entrenamiento para convertirse en técnicos e ingenieros de las FDI.  IAI no es la única empresa que une a las escuelas Sci-Tech sino que  hay  80 asociaciones en toda la red.

Mientras que las sociedades industriales con Sci-Tech son abundantes, nada emerge con tanta velocidad. Por ejemplo, en Zeev Boim High School de la red,  en Kiryat Gat, una ciudad –  hogar de una planta de Intel, todavía no existe colaboración formal entre la empresa y la escuela. Pero la paciencia es clave, dice el Dr. Shai Lewinsohn, director de desarrollo de recursos y asuntos externos de la red de Sci-Tech.  «Es un proceso largo.» Cada “CEO tiene sus propios intereses y su orientación en los negocios.  Para construir el puente hay que trabajar juntos.  Como red de escuelas  invertimos porque tenemos convicción y eso es lo que mostramos a las partes para lograr una buena propuesta”.

 
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