Por Israel


Defendemos un ideal no a un gobierno
Síguenos en Facebook Twitter Twitter YouTube RSS Feed
| sábado abril 20, 2024

Nazismo, inquisición y el odio judío


Cuando se realiza un análisis crítico de las razones por las cuales los nazis llevaron a cabo el genocidio de millones de personas, entre ellas la política de “jüdenrein” que no significaba otra cosa que no fuera desaparecer la judeidad de la tierra, por cuanto para la maquinaria nazi los judíos eran los culpables de los problemas económicos (inventores del capitalismo), sociales (promotores del comunismo) y por la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial.

Pero cuando se intenta explicar las razones para ejecutar un plan de exterminio, no hay un solo motivo que se pueda tomar como “la razón” primordial, sí muchos puntos se pueden catalogar como “las excusas”, ya que en la política nazi solamente se ve reflejado el comportamiento del odio por el judío por tratarse del “otro[1]”, el que no es judío, el que habla yiddish, el que reza distinto, el que no forma parte de la sociedad cristiana alemana (a pesar de la enorme existencia de matrimonios mixtos), etc. En el judío reflejaban los alemanes todo aquello que no era alemán (aunque llevaran siglos en el territorio) y a esto le sumaban como acusación el desarraigo a la tierra teutona por anhelar irse cuanto antes a la tierra de sus antepasados.

Alemania no era la única en cuanto antisemitismo; Francia era catalogada de promulgar un antisemitismo más pronunciado y venenoso, aunque sin embargo las condiciones propias de un país fuertemente castigado por perder la Primera Guerra Mundial, así como la fuerte influencia racista y la propaganda de la maquinaria nazi, convertirían en política de Estado que no solamente se resumía en discriminar a los judíos, sino que había que exterminarlos.

Quizás uno de los aspectos desde el cual se ha intentado explicar el comportamiento nazi contra el judaísmo ha sido el factor religioso; es decir, que toda la masacre perpetrada por el nazismo tenía motivos desde la “fe” del pueblo alemán. Tendría algo de lógica relativamente. Como se explicó anteriormente, los judíos no eran catalogados como propios de la “Alemania cristiana”, aunque Hitler tampoco era un ejemplo de cristiano, de hecho a pesar de haber sido criado como católico, su pensamiento religioso era más una mezcla de paganismo y esoterismo.

Pero a pesar de lo anterior, sí muchas de las justificaciones del asesinato masivo de judíos provenían de una larga data de influencias religiosas en el antisemitismo común europeo, basta con leer los documentos de la iglesia católica que promovían la “teología de la sustitución[2]” en la cual los “israelitas” dejan de ser el Pueblo de Dios y pasan a ser un pueblo rechazado y maldito, así como ser los asesinos de dios (crímen de deicidio); algo que fue posteriormente derogado con la Encíclica Papal Nostra Aetate durante el Concilio Vaticano II[3]. También como las teorías del protestantismo Martín Lutero como “Sobre los Judíos y sus mentiras[4]” para darse cuenta de las motivaciones religiosas que pesaban para juzgar al judaísmo. Y quizás un último ejemplo podría ser las bulas papales como «Cum nimis absurdum» del Papa Pablo IV, personaje fundamental en la Inquisición romana, cuestionaba cómo los judíos que habían sido condenados eternamente por haber negado y asesinado a Jesucristo convivieran entre los cristianos, lo cual catalogaba de absurdo.

En este proceso de varios siglos antes de la ejecución de la shoah, además de los temas mundanos y terrenales de la economía, la política y la sociedad en general, el pulpito de las iglesias explotaba sus atroces ideas contra el judaísmo delante el cual su objetivo era claro, acabar con el judaísmo para que estos se convirtieran al cristianismo y se salvaran del fuego eterno.

Pero aun así, ni siquiera las garras del antisemitismo religioso rimbombante podría darle equivalencia al comportamiento de los nazis con el de los inquisidores europeos, salvo por el sadismo con el cual ejecutaban sus torturas y asesinatos.

La persecución de judíos por parte de la Inquisición

A finales del siglo XII por el Papa Lucio III[5] a través de la  bula “Ad abolendam” se da inicio las actividades del “Santo Oficio” (Santa Inquisición), buscando entre sus principales objetivos acabar con la minoría judía y con los conversos (muchos de estos forzados). Para este objetivo procuraban supervisar para que los judíos no judaizaran en los territorios donde se encontraban y para confirmar si efectivamente los “nuevos cristianos” (judíos conversos) realmente cumplieran sus obligaciones como cristianos y que no estuvieran en secreto manteniendo un rito judío haciéndose los cristianos solamente para escapar de sus “santas” acciones para Dios.

De este modo la persecución contra los conversos y el judaísmo en general llevó a una cacería en la que, cualquier elemento que les oliera a judío, sería interrogado inmediatamente por el santo oficio, muchas veces las acusaciones no tenían asideros en la verdad, y algunos eran acusados por sus vecinos para evitar pagar alguna deuda o simplemente por rencillas o desconfianzas, tal fue el caso del “Santo Niño de la Guardia[6]” en 1491, que no era otra cosa sino un libelo de sangre para continuar el ataque contra los judíos y los conversos.

Los castigos para quienes sospechaban de judaizar o de continuar en su vida hebrea pasaban por la flagelación, atarlo al potro que llegaba a desgarrar extremidades, el uso de la cuerda atada en el techo desde donde eran subidos los acusados por medio de una polea hasta que confesaran al encontrarse exhaustos, entre otros mecanismos. Finalmente esto llevaba a muchos prisioneros a confesar de judaizar o de ser judíos, aunque fuera mentira, pero pensando que el castigo que les vendría por dicha confesión sería menor, siendo muchas veces un error de interpretación.

Sin embargo, aun y con esto, el santo oficio buscaba acabar con el judaísmo como religión, por lo que sus políticas iban en pro de lograr solamente el objetivo religioso, justificado en gran parte por su versión aberrante de la salvación a través de Jesucristo y procurando el “rescate de esas almas”. Pero el nazismo entendió que el tema iba más allá y no se concentró en la religión.

 

El genocidio nazi; más allá del carácter religioso

La primera evidencia de judíos en los territorios germánicos datan del año 321 y en Polonia del 966 de nuestra Era, su convivencia con el resto de la población de la zona fue común y en un punto en el cual, salvo por algunas agrupaciones religiosas que marcaban la diferencia, el judío común se mezclaba con el resto de los ciudadanos. Se desarrollaron en las diferentes formas de vida de los sitios y hasta se casaron en matrimonios mixtos con mujeres no judías de esos países. Su vida era normal, salvo por el odio judío de corte religioso que fomentaba algunas escaramuzas  y ataques contra las comunidades, algunas veces con resultados nefastos, pero no al nivel de lo que se vendría.

Con el ascenso del nazismo el siglo pasado, más la propaganda antisemita que se daba eco por toda Europa, lo peor parecía venir, por lo que muchas comunidades judías que contaban con los recursos comenzaron a migrar fuera del territorio europeo para salvaguardarse ellos y la familia que pudieran rescatar, o en algunos casos la que quisiera irse porque otros optaron por quedarse pensando que la situación se calmaría y no llegaría más allá.

En 1935 cuando el gobierno nazi promulga las Leyes de Núremberg[7], se puede destacar que los nazis veían al judaísmo como algo más que una “religión maldita”, de la cual hay que salvar a sus miembros convirtiéndolos al cristianismo. El nazismo sabía que el judaísmo era una identidad que provenía por herencia o por adopción y por lo tanto, con renegar de esta identidad no dejarían de ser judíos y con sus estudios “genetistas”, los judíos traían ese gen del mal que debía ser erradicado; por lo tanto la raza, la genética y la herencia serían factores importantes, más allá de la metafísica posición religiosa, ser judío era algo que se poseía desde el cordón umbilical o que se tomaba por voluntad propia. Según las Leyes nazis, se era judío por:

–       Tener tres abuelos judíos y un abuelo alemán era considerado judío al 100 %.

–       Tener dos abuelos judíos y dos alemanes era considerado mestizo judío al 50 %.

–       Tener un abuelo judío era considerado Mischlinge o mestizo al 25 %.

–       Abrazar la religión judía sin ser judío de nacimiento era considerado judío al 100 % (podían ser pastores católicos, feligreses de sinagogas, etc).

–       Casarse o mantener relaciones extramatrimoniales con una persona judía era considerado como prohibido y la persona que lo hiciera podía pasar a ser considerada como judío de primer grado, esto estaba penalizado con prisión.

–       Los judíos que se hubieran convertido al cristianismo (luteranos, católicos o protestantes) eran considerados judíos de todos modos por su origen.

Es así, como basados en esos “estudios genéticos” y el conocimiento de la irrenunciabilidad al carácter judío, que comenzaron a promulgar leyes y controles de natalidad, así como a aplicar el asesinato sistemático de judíos, comenzando con mujeres judías, quienes eran torturadas hasta la muerte, principalmente aquellas que todavía estaban en edad para engendrar. Se les practicaba experimentos científicos para intentar borrar el gen judío, cuando estos fallaron, el camino los llevó al asesinato masivo, posteriormente optaron por los niños (el futuro judío) con quienes también se practicaron experimentos para “des judaizarlos” y así progresivamente.

Los judíos que estaban vigorosos fueron confinados a campos de trabajos forzados donde serían “útiles” al aparato estatal nazi hasta que sus vidas fueran absorbidas y muertos, y los que eran débiles o poco productivos (ancianos, enfermos, algunos trabajadores poco “rentables y hasta los propios niños) fueron exterminados casi de inmediato, por lo que los campos contaban con cámaras de gas para el asesinato masivo y crematorios para evitar tener que realizar entierros (así además borrar evidencias). En otros casos dependiendo del humor de sus carceleros, eran llevados en largas “caminatas de la muerte” u obligados a cavar sus propias tumbas para luego ser asesinados masivamente.

El resto del relato se conoce y la importancia es que de no ser por la intervención militar, los judíos no tendrían ninguna opción de haber sobrevivido como pueblo a esta tragedia, no existía un camino aunque fuera poco confiable, de que renunciaran a su judeidad y salvaran sus vidas. El nazismo no lo permitiría y lo tenía claro, judío una vez, judío para siempre, y su destino era la desaparición.

[1] http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/lacan.pdf

[2] http://www.gotquestions.org/Espanol/teologia-sustitucion.html

[3] http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decl_19651028_nostra-aetate_sp.html

[4] http://goo.gl/4IquKX

[5] http://webs.advance.com.ar/pfernando/DocsIglMed/Inquiscion_Medieval.html

[6] http://es.wikipedia.org/wiki/Santo_Ni%C3%B1o_de_La_Guardia

[7] http://es.wikipedia.org/wiki/Leyes_de_N%C3%BAremberg

 
Comentarios
Alberto Abadi

Los pretextos racistas de los nazis de entonces no difieren de los antiisraelíes que hoy emiten los fasciocialistas. Ambos son el mismo antijudaísmo de siempre que llevan los crisitianos en su ADN desde el nacimiento mismo de su religión que alimentaba de odio a sus feligreses para extender su proselitismo, tal como también lo hizo y lo hace el islam. Ambas religiones están destinadas a desaparecer, y no importa cuanto mas han de durar: la Historia nos ha enseñado que los enemigos de nuestro pueblo terminan como un episodio, en tanto que nosotros somos los protagonistas principales en el Libro de la Vida.

En el Própósito de Di-s, está la pervivencia del pueblo de Su Alianza, asi lo enfatizan las Escrituras, y asi tambien lo evidencia la historia misma, lo cual no desmiente en ningun caso, el llamamiento que por médio de él, Hizó desde antiguo al resto de los pueblos y naciones que componen nuestro mundo, segun viene dicho «Me sereis por Luz a las naciones» … Asi pues, Di-s cuenta con un «remanente» en la tierra, compuesto por aquellos justos que han sabido librar su álma de toda maldad, y ajustar en fidelidad sus vidas, a la Voluntad expresa Del Hacedor, sin atender a razones de origen o credo, al considerar que en Di-s, no existe acepcion de personas …
Pluralizar entraña siempre el riesgo de errar, e incurrir en la injusticia, cuando de hacer juicios de valor se trata … Cientos de miles de cristianos manifiestan hoy en dia su amor por Israel, y su apego hacia el pueblo judio, desmintiendo con ello el supuesto antisemitismo que con ligereza se les asigna … bueno seriá pues separar el grano de la pája a la hora de hacer valoraciones de esta naturaleza, por muy legitimadas que estan puedan estar, en términos históricos …

Alberto Abadi

Entiendo que Eliseo Pardo (Pardo es también mi apellido materno) se dirige a mi cuando se refiere a los que pluralizan, y si es así, me siento en el deber de contestarle. Voy a hacerlo por orden cronológico.
Si bien Di-s cuenta con un «remanente» en la Tierra, SU PUEBLO es el hebreo y sus continuadores, los judíos, pese a que todos somos Hijos de Di-s, y no hay diferencias entre un Justo goy y uno judío. Ambos cumplen una función idéntica en su paso por el Mundo Terrenal, y si pluralicé -o mejor dicho: generalicé- fue cuando dije que los cristianos llevan en su ADN el antijudaísmo con el que la iglesia los contaminó desde sus principios… Y lo sostengo. El ADN es algo con lo que se nace y no hace a la personalidad de los que lo portan, ni a su manera de pensar. sea cual fuere la educación que hayan recibido, y quien nació cristiano y sigue sus preceptos lleva en su sangre el antijudaísmo, que forma parte del ADN del cristianismo, al que no podrán eliminar miles de Juan XXIII.
Si bien es cierto que cientos de miles de cristianos hoy en día manifiestan su amor por Israel (en lugar de «amor» -que tampoco es «apego»- yo diría simpatía, sin ningún aditamento), debo agregar que una golondrina -así sea cientos de miles entre dos mil millones, o más- no hacen un verano.
Respecto a la «ligereza» con la que aparentemente me referí al «supuesto» antijudaísmo (que es un concepto mas amplio que antisemitismo, que por razones de principios dejé de usar), ella no es tal. Yo hablé de los fasciocialistas (un neologismo de mi cosecha) de hoy y los comparé con los nazis de un ayer muy cercano, y si generalicé fue porque tanto los nazis como los fasciocialistas, mamaron el antijudaísmo desde el momento de nacer, del seno del cristianismo, y porque no hay nazi ni fasciocialista que no sea antijudío, y que en el caso de ellos, el grano está ben separado la paja… ¡Y QUE ALGUIEN ME LO DESMIENTA!

Apreciado Alberto, mi comentario no iba dirigido a «inculparle» de nada, sino tan solo a puntualizar una serie de afirmaciones, que considero a titulo personal, injustas por desaforadas (usted me lo permitira) Hablar de «Puebo de Di-s» referiendose al Israel secular, es no haber entendido el trasfondo de su Eleccion, ni el proposito que la tal persigue … Me cabe recordarle los terminos de una Alianza marcadamente espiritual, en la cual el linaje ocupa un lugar segundario, y no prioritario como algunos pretenden erroneamente atribuirle, cuando a ella se refieren …
El Patriarca Noe, recibio las primicias de aquella posterior Alianza Mosaica, sin pertenecer por ello al pueblo de la cual esta ultima seria depositaria … siglos mas tarde, el tambien Patriarca Abraham, (caldeo de origen) fue llamado a confirmar en si mismo, los Principios de dicha Alianza, y a constituirse en «Padre de multitud de pueblos y naciones», las cuales serian Benditas en virtud de este hecho … a su nieto Jacob (Israel) le fue dicho; «Un pueblo y numerosos pueblos saldran de ti», reafirmando asi el caracter Universal de la Promesa de Di-s, el cual no empaña la singularidad y primogenitura con la que fue distinguido Israel … y asi podriamos seguir enumerando, pasajes y referencias a cual mas elocuentes al respecto, un ejercicio del que no obstante me abstendre, por razones de tiempo y espacio … Por lo que respecta al ADN de un cristiano, este no puede ser otro que su filiacion con Cristo, y en ningun caso su «desafecto» hacia el pueblo judio o Israel, (muy al contrario) asi lo han entendido los millones de cristianos evangelicos estadounidenses, convertidos en el mayor colectivo de apoyo con el que cuenta Israel en ese pais, los cuales no tiene reparo en manifestar publicamente su sionismo y su militancia activa en su favor a diferencia de lo que sucede con buena parte de la nutrida comunidad judia norteamericana, distanciada de Israel, o cuanto menos ajena a su devenir …
El adoctrinamiento anti-judio por parte de la Iglesia (Catolica) constituye por fortuna una episodio superado por la historia, y no una tendencia sostenida en el tiempo … el antisemitismo se nutrio de el en el pasado, asi como de otros muchos factores ajenos por completo al mismo …
La «cuestion judia» es lo suficientemente amplia y compleja como para quedar sustentada por medio de una serie de aforismo, (convendra de ello supongo) y malo seria para el Pueblo de Israel, no ser capaz de discernir

El rostro de sus amigos entre las naciones …

Nosotros, familia católica y de origen sefardí, nunca hemos asistido a una Misa en ningún país del mundo en que haya escuchado cánticos, sermones u opúsculos en contra del Pueblo Judío, ni de la religión judía. Muy por el contrario, escucho Salmos, citas de los Profetas, y alabanzas al Rey David, a la Vírgen María o Miriam (joven judía de Nazaret)

Ha habido, en el pasado, transgresiones al Mandamiento principal de la Iglesia: Amar a tu prójimo. Pero vivamos ahora intensamente una Nueva Tierra para disfrutar luego de un Nuevo Cielo. Olvidemos y perdonemos, como el Señor tantas veces lo ha hecho. Si somos capaces de hacerlo, seremos bendecidos. JEV

Alberto Abadi

Sr Eliseo: El cristianismo como cuerpo, tiene su ADN, que es un elemento dentro del mismo y no hace a la filiación de un individuo con Jesús, a quien no llamo cristo porque no es «mi» ungido, por lo que creo que no soy yo quien debe separar el grano de las pajas. El odio antijudío que sembró el cristianismo desde su nacimiento y se expresó en inquisiciones, libelos de sangre y conversiones forzadas, entre otras cosas, se extendió hasta nuestros días. En un anteayer no tan lejano hubo pogromes fruto de ese odio ancestral. Ayer el nazismo activó una maquinaria demoníaca que contó con el silencio del mundo que, íntimamente se regocijaba con sus persecuciones. De ello hablan expresamente las negativas DE ALGUNOS PAISES CRISTIANOS QUE NEGARON LA ENTRADA A JUDIOS QUE ESCAPABAN DEL FLAGELO PERSECUTORIO, CONDENANDOLOS A UNA MUERTE SEGURA, Y DE LA QUE ELLOS ERAN COMPLICES. Después de la Shoá, esos mismos países (Los Estados Unidos de America, con su legión evangelista incluída) mostraron un dejo de arrepentimiento que los movió a «concedernos» un estado que habíamos ganado con creces, pero en su mezquinidad antijudía que todavía cargaban en su ADN, solo nos cedieron una sexta parte de lo prometido por Balfour.
Pero si anteayer fueron los pogromes y ayer el intento de exterminio, hoy es la prensa occidental fasciocialista de origen cristiano (y por lo tanto lleva en su sangre el ADN del odio antijudío) la que se desprendió del anticuerpo del arrepentimiento.
El adoctrinamiento antijudío del cristianismo, (que no es solo católico, sino también patrimonio de los protestantes, y pongo a Martín Lutero como ejemplo) no es un acontecimiento superado por la historia, como Ud. dice, y si en cambio es una tendencia que se mantiene en el tiempo, ¿o a Ud. no le llegan noticias de persecuciones y actos de violencias cometidos en nuestros días contra judíos por el solo hecho de profesar la religión que esos activistas nos reprochan PORQUE HACE DOS MIL AÑOS QUE LES VIENEN DICIENDO QUE TIENEN QUE ODIARNOS?
A todo esto entiendo que fui llevado a un desvío del camino que tracé cuando me referí a los fasciocialistas de hoy y los comparé con los nazis de ayer como un intento de desdibujar las reglas que formulé al principio:
La primera de ellas es que tanto el fasciocialismo como el nazismo (que se nutrieron en el cristianismo) son absolutamente antijudíos. Esta regla no tiene excepciones.-
La segunda, es la referencia al odio antijudío como factor inherente al cristianismo desde su nacimiento HASTA NUESTROS DIAS. Esta regla sí tiene excepciones, pero me siento en el deber de aclarar que esas excepciones no hacen mas que confirmar la regla, y que así como una golondrina (o cientos de miles de un total de mas de dos mil cien millones, incluídos los evangelistas, para quienes somos candidatos a la conversión) no hacen un verano, las muy buenas intenciones que muestra el Sr. Julio Espinoza Vega al enfrentarse hidalgamente contra quienes siembran el odio antijudío, por su carácter individual, no es mas que una gota en un océano.
¿Se dió cuenta Sr. Eliseo que todavía se pronuncian cánticos, sermones y opúsculos antijudíos en las misas de las iglesias cristianas, y que todavía no es ni un episodio ni está superado por la historia?

Extender todas esas barbaridades al conjunto de los cristianos, me parece tan injusto e inapropiado, como lo seriá hacer participes de los crimenes cometidos por el nazimo, a las actuales generaciones de alemanes por el simple hecho de ostentar esa nacionalidad … El Cristianismo es mucho mas que el Cléro, la Cúria romana, o la cúpula de Arzobispos , Obíspos y Cardenales que conforman la Iglesia católica, le creo capaz de entender algo tan óbvio, y por ello no me extenderé en mas consideraciones al respecto … El Cristianismo abarca ademas de la Católica, otras numerososas confesiones, tanto en sus aspectos litúrgicos como teológicos …
El protestantismo con todas sus variantes (bautista, reformista, pentecostal, carismáticos ect) las orientales, cóptas, maronitas y caldeas … las ortodoxas Rusas, griegas, bulgaras, rumanas ect … el anglicalismo, la iglesia episcopal, la arménia ¿sigo? …¿no pretenderá supongo hacerlas tambien responsables de los desmánes que enumera, por el hecho de confesarse cristianas, no es cierto? … huyamos pues de un simplismo maniqueo que a nada conduce, aceptemos la historia, y reconozcamos errores, pero evitemos de una vez de caer en la tentacion de inculparnos unos a otros en el Nombre de Di-s …

Alberto Abadi

Parecería ser que no está enterado que todavía nos odian. Parecería ser que no lee los diarios. Parecería ser que no hay actos de violencia antijudíos en todo el mundo cristiano. Parecería ser que ignora el odio que destila la prensa occidental cristiana. Parecería ser que no leyó por que Julio Espinoza Vega no concurre a iglesias donde todavía HOY se despotrica contra los judíos. Parecería ser que quiere convencerme que la enumeración de las distintas iglesias es un índice de que ellas no transmiten odio antijudío (¿?)… ¿Sigo?
Yo comparo a los judíos que agachan la cabeza y se arrodillan ante los que nos odian cual si fueran nuestros amos con los avestruces que para no ser descubiertos por sus predadores pegan el cuerpo al suelo para que el mismo parezca un montículo de tierra en el contorno de la savana. Si no quiere reconocer que todavía hay odio antijudío y que en occidente este se manifiesta a través de elementos que recibieron educación cristiana, tengo que pensar en algo que no quiero.

Pretendo solamente no asociar como usted lo hace, el cristianismo con el antisemitismo , eso es todo, sin por ello restar importancia a los efectos causados por la judeofóbia, en el seno de la Iglesia Católica, y fuera de ella tambien …
Me présto en recordarle, que no pocos cristianos padecieron al igual que sus hermanos judios, la sevícies ejercidas sobre ellos por la inquisicion, tal fue el caso durante siglos, de los protestantes, en aquellos paises en los que imperaba la doctrina catolico-romana … Los evangelicos de Francia, rememoran aún la noche de San Bartolomé, en la que miles de entre ellos cayeron a manos de un túrba exacerbada, incitada por el Cléro.
Cierto es sin embargo, que en determinado numero de Iglesias, no se simpatiza con Israel, ni con el Pueblo Judio, al que algunos siguen considerando rebelde a la Voluntad Divina y por demas «deicída» … pero no menos cierto es tambien, que en mucha otras, se observa de manera creciente, el fenómeno contrario, para gózo y satisfaccion de quien ésto escribe, y de todo aquel que sienta apego sincero y compromiso real hacia Israel, y el pueblo que le dá nombre …
Aceptar los hechos que la historia misma reconoce, no implica quedar estigmátizado de por vida, algo que ha venido persiguiendo a los judios de manera sangrante injusta y condenable … No caigamos pues en poner en práctica aquello mismo que aborrecemos y justamente denunciamos, por una elemental cuestion de coherencia ética … No seré yo desde luego, quien «justifique» el antisemitismo, antisionismo o negacionismo (todos se valen por igual) y de ello creo haber dado cumplida muestra en muchos de los comentarios y refexiones que a este fóro he remitido, pero insisto en no generalizar ni culpabilizar a quienes no se han hecho merecedores de ser tratados como lo que no son … éso es todo … no lea pues, ni interprete aquello que no corresponde ni de lejos, a mi sentir al respecto …
Hora es ya pues de hablar de reconciliacion, y no de permanentes reproches que a nada conducen …
¿Israel? SI GRACIAS

Alberto Abadi

Al llegar a este punto de la polémica advierto que nuestros puntos de vista se están acercando, salvo en lo que atañe al antijudaísmo que, a mi entender está latente tanto dentro del cristianismo como entre los ateos y socialistas occidentales, a quienes su antijudaísmo, automático, irracional y primitivo, por la influencia del ambiente cristiano en el que crecieron y se educaron les hace apoyar a los fanáticos ultrarreligiosos musulmanes, cargados de un intolerante extremismo derechista. Es por ello que a estos pseudos socialistas bauticé con el neologismo de fasciocialistas.
El hecho de que la inquisición también persiguió a protestantes, el ensañamiento mostrado respecto a los judíos supera con creces al trato recibido por otros infieles a la fe católica, con el agravamiento que los cristianos perseguidos por la iglesia, a su vez nos perseguían a nosotros, y que la expulsión de España, no sólo no fue la primera , dado que le precedieron otras, algunas de ellas a manos de protestantes.
Usted reconoce que en «determinado» número de iglesias «no se simpatiza» con el Pueblo Judío, y yo opino que el término «determinado» no refleja la dimensión de la «no simpatía» (que ni siquiera es «antipatía», sino odio). Le recuerdo que Opus Dei, que tiene muchísimos adeptos en el mundo católico, es muy poderoso en el Vaticano, y constituye una fuerte oposición a los por ahora tímidos intentos de acercamiento con el judaísmo del Papa Francisco, que hasta ahora, y para mi decepción, solo se reflejan en palabras de buena voluntad que no van acompañadas de acciones positivas.
Habla usted de un número creciente de muestras de un fenómeno contrario al odio al que hago referencia, y anteriormente dijo que cientos de miles de cristianos manifiestan su amor por Israel. En aquel entonces contesté que a mi juicio a ese «amor» se lo debería tildar como simpatía y hoy me corrijo: no es amor ni simpatía, sino empatía, porque simpatía significa identificación con el prójimo, en tanto que empatía indica comprensión; entender las razones del mismo. El cristianismo, por naturaleza no se identifica con el judaísmo, sino que a lo sumo, y en el mejor de los casos, lo comprende.
Lo invito ahora a que haga unos simples ejercicios matemáticos. Hay en el mundo mas de dos mil cien millones de cristianos, y esos cientos de miles que sienten empatía por el Pueblo Judío, ¿cuantos son? ¿Cien mil? ¿Doscientos mil?… Supongamos que son unos trescientos mil… Redondeemos en quinientos mil… Usted sabe que exagero… Esa cifra es apenas el dos por mil de la población cristiana. Si restamos esa cifra del total, nos quedamos con «solamente» dos mil noventa y nueve millones quinientos mil. Supongamos ahora que «solo la mitad» nos odia (y me quedo muy corto) ¡Hay por lo menos mil cuarenta y nueve millones setecientos cincuenta mil cristianos que nos odian!… No son tan pocos como para pensar en una sincera y efectiva reconciliación

¿En cuanto calcula usted, la presencia evangelica en el conjunto del continente americano? (norte y sur) …a buen seguro que supera con crece ese medio millon que parece dispuesto a «concederme» ¿y a cuanto asciende segun usted, el numero de esos cristianos que adhieren a Israel y al pueblo judio de manera activa, pública y manifiesta? … haga el recuento aproximado, y luego reconsidere su cálculo ya que estariamos hablando de decenas de millones, algunos de los cuales por cierto, intervienen asiduamente en este fóro, en terminos que no ofrecen duda respecto a su amor por Israel …¿se atreverá acaso usted a rebatirlo? …
El antisemitismo de izquierdas, no tiene su origen en el cristianismo como usted afirma, sino en el ateismo precisamente, Marx no me dejará mentir al respecto, ni tampoco sus siniestros seguidores, propulsores de una tiraniá que aún pervive en forma de reducto, en contados lugares de nuestro mundo, que no preciso creo yo señalar …
La judeofóbia ella, no necesita de «pretexto» para manifestarse y desarrollarse, y el cristianismo lo seriá, siempre que insistamos en asociarlo a los atavismos de un pasado, relegado a los albores de nuestra civilizacion …
Disociar los dógmas adoptados por la Cúria, sus filias y fóbias, del sentir de una multitud de varios cientos de millones de álmas, es como poco requerible a la hora de establecer un juicio medianamente equilibrado, y evitar asi caer en la tentacion de un maniqueismo simplista y caricatural …
El hecho en si, de que el cristianismo vuelva su rostro hacia el pueblo del cual recibió en origen, los fundamentos de su fé, me parece como poco revelador, y tambien por que no decirlo; esperanzador … quedemonos pues en esta constacion, y establezcamos desde ella néxos comunes, que inviten a la mútua reflexion, precursora del entendimiento, y de esa reconciliacion, de la que usted parece dudar, y yo al igual que otros muchos, aguardo espectante y confiado …

Alberto Abadi

Me está hablando de decenas de millones de cristianos que adhieren a Israel y al pueblo judío de manera activa, pública y manifiesta y me hace sentir como que soy sordo porque no los escucho, o ciego, porque no los veo, o tal vez analfabeto, porque no se leer lo que escriben. Por supuesto que no soy ni sordo ni ciego porque sí escucho las expresiones de odio de aquellos a los que veo, así sea virtualmente, ni tampoco analfabeto porque leo lo que escriben. Si son tantos como usted dice, los que “aman” al pueblo judío (entre comillas ,porque -insisto- cuando se trata de individuos de religiones diferentes debemos inhibirnos de hablar de amor o simpatía, y reconocer que es tan solo empatía): ¿Cual es su actividad? ¿Dónde están?, ¿Cómo se manifiestan?… Parecería que su actividad es muy pasiva, que tampoco se los ve públicamente y que no alcanzan a manifestarse en forma elocuente.
Tengo presente la célebre expresión de Martin Luther King: ” No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética… Lo que me preocupa es el silencio de los buenos”. Y si a esos buenos, usted los escucha, le confieso que yo no… Es tan estruendosa la diatriba de los malos comparada con el rumor inaudible de los buenos, que su insistencia en hacerme creer que su actividad es pública y manifiesta no me convence ni me conmueve.
Otra cosa que no me convence es la afirmación de que el antijudaísmo de las izquierdas no tiene su origen en el cristianismo. Si bien es cierto que al judaísmo se lo viene odiando desde el principio esclavo de nuestro pueblo en Egipto, que se continuó con el exilio babilónico, que nos erradicó de nuestro suelo para que desapareciéramos, que después los helenos nos quisieron asimilar, y que el romano quiso borrar todo vestigio de nuestra existencia. Los sucesores de todos ellos fueron el cristianismo en occidente y el islam en oriente, y aunque usted lo quiera negar, el odio occidental, con su innegable influencia cristiana, perdura hasta nuestros días, primero disfrazado de racismo antisemita. invento de los nacionalistas del siglo XIX, que la iglesia aprovechó para desempolvar su sotana; luego vino la oposición del nacionalismo en general contra el nacionalismo sionista, que al principio padecía de la contradicción de no tener nación; y finalmente -por ahora- el antiisraelismo fasciocialista (justificado en la alianza que Israel tiene contra EE. UU., al que odian solo por su supremacía mundial) que no puede ocultar su antijudaísmo al que pretenden camouflar con pretextos que solo convencen a los que se niegan a verlo, porque se aferran a la creencia y al gran deseo de que sus buenos sentimientos hacia nosotros son compartidos por millones de inexistentes buenos que callan. Y cuando hablo de antijudaísmo no puedo ni quiero dejar pasar por alto los ataques a sinagogas, cementerios e instituciones judías de esos elementos occidentales “antiisraelíes”… Cuando digo occidentales me estoy refiriendo al sello cristiano que tiene todo el hemisferio… Ese antijudaísmo que usted llama judeofobia (que semánticamente quiere decir “temor a lo judío” -y tal vez haya algo de cierto en ello-), desgraciadamente, y aunque usted quiera negarlo, utiliza “pretextos” antiisraelíes para manifestarse y desarrollarse que solo los incautos no ven como tales.
Al llegar a este punto, es evidente que en nuestra polémica, aunque nos hayamos acercado un poco, creo que hay una enorme distancia ideológica, porque pienso que aunque su castellano nombre Eliseo es la traducción del hebreo Eliishá, que quiere decir D-os salvará, y su apellido es sefaradí (doy fe, y creo que es de algunas familias de Toledo de la época de las persecuciones y las conversiones forzosas), se me antoja que usted no es judío, sino evangelista -le ruego que me corrija si me equivoco-, y créame tengo mucho aprecio (¡Caramba! encontré la palabra que reemplaza a la que usted identifica como amor) por los evangelistas, que, de todas las creencias cristianas es la única que no nos odia.

Alberto Abadi

Me está hablando de decenas de millones de cristianos que adhieren a Israel y al pueblo judío de manera activa, pública y manifiesta y me hace sentir como que soy sordo porque no los escucho, o ciego, porque no los veo, o tal vez analfabeto, porque no se leer lo que escriben. Por supuesto que no soy ni sordo ni ciego porque sí escucho las expresiones de odio de aquellos a los que veo, así sea virtualmente, ni tampoco analfabeto porque leo lo que escriben. Si son tantos como usted dice, los que «aman» al pueblo judío (entre comillas ,porque -insisto- cuando se trata de individuos de religiones diferentes debemos inhibirnos de hablar de amor o simpatía, y reconocer que es tan solo empatía): ¿Cual es su actividad? ¿Dónde están?, ¿Cómo se manifiestan?… Parecería que su actividad es muy pasiva, que tampoco se los ve públicamente y que no alcanzan a manifestarse en forma elocuente.
Tengo presente la célebre expresión de Martin Luther King: » No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética… Lo que me preocupa es el silencio de los buenos». Y si a esos buenos, usted los escucha, le confieso que yo no… Es tan estruendosa la diatriba de los malos comparada con el rumor inaudible de los buenos, que su insistencia en hacerme creer que su actividad es pública y manifiesta no me convence ni me conmueve.
Otra cosa que no me convence es la afirmación de que el antijudaísmo de las izquierdas no tiene su origen en el cristianismo. Si bien es cierto que al judaísmo se lo viene odiando desde el principio esclavo de nuestro pueblo en Egipto, que se continuó con el exilio babilónico, que nos erradicó de nuestro suelo para que desapareciéramos, que después los helenos nos quisieron asimilar, y que el romano quiso borrar todo vestigio de nuestra existencia. Los sucesores de todos ellos fueron el cristianismo en occidente y el islam en oriente, y aunque usted lo quiera negar, el odio occidental, con su innegable influencia cristiana, perdura hasta nuestros días, primero disfrazado de racismo antisemita. invento de los nacionalistas del siglo XIX, que la iglesia aprovechó para desempolvar su sotana; luego vino la oposición del nacionalismo en general contra el nacionalismo sionista, que al principio padecía de la contradicción de no tener nación; y finalmente -por ahora- el antiisraelismo fasciocialista (justificado en la alianza que Israel tiene contra EE. UU., al que odian solo por su supremacía mundial) que no puede ocultar su antijudaísmo al que pretenden camouflar con pretextos que solo convencen a los que se niegan a verlo, porque se aferran a la creencia y al gran deseo de que sus buenos sentimientos hacia nosotros son compartidos por millones de inexistentes buenos que callan. Y cuando hablo de antijudaísmo no puedo ni quiero dejar pasar por alto los ataques a sinagogas, cementerios e instituciones judías de esos elementos occidentales «antiisraelíes»… Cuando digo occidentales me estoy refiriendo al sello cristiano que tiene todo el hemisferio… Ese antijudaísmo que usted llama judeofobia (que semánticamente quiere decir «temor a lo judío» -y tal vez haya algo de cierto en ello-), desgraciadamente, y aunque usted quiera negarlo, utiliza «pretextos» antiisraelíes para manifestarse y desarrollarse que solo los incautos no ven como tales.
Al llegar a este punto, es evidente que en nuestra polémica, aunque nos hayamos acercado un poco, creo que hay una enorme distancia ideológica, porque pienso que aunque su castellano nombre Eliseo es la traducción del hebreo Eliishá, que quiere decir D-os salvará, y su apellido es sefaradí (doy fe, y creo que es de algunas familias de Toledo de la época de las persecuciones y las conversiones forzosas), se me antoja que usted no es judío, sino evangelista -le ruego que me corrija si me equivoco-, y créame tengo mucho aprecio (¡Caramba! encontré la palabra que reemplaza a la que usted identifica como amor) por los evangelistas, que, de todas las creencias cristianas es la única que no nos odia.

Eliseo Pardo

No considero útil, proseguir el debate iniciado, en vista de los escasos réditos conseguidos por medio de el hasta ahora … se trata creo yo, de una cuestion de percepcion, y tambien de disposicion, por su parte y por la mia, las cuales manifiestamente distan mucho de confluir …le invitaria no obstante a acercarse algo mas, a una realidad que por lo evidenciado desconoce, (la evangelica) en lugar de permanecer cerrilmente anclado en su postura preconcebida … Los avatares padecidos a los largo de los siglos por Israel, obedecen en origen a su reiterada desobediencia a la Alianza establecida con él por El Eterno (las Escrituras son taxativas al respecto) y no a elementos ajenos a ella, mal que le pese admitirlo … es preciso pues reinterpretar la historia a la luz de los Santos Escritos, en lugar de hacerlo con caracter personal, movido por recelos, fóbias o prejuicios (lamento serle tan «explícito») …
Mi condicion judia en cuanto a ella, en nada desmerece a la suya, al proceder no solo de una herencia segun la sangre (el cual no haya en mi una consideracion particular) sino y sobre todo, de un linaje espiritual, ése que usted omite mencionar y parece olvidar …
la sangre es transmisora de determinadas caracteristas geneticas, y de no pocas enfermedades, nada en definitiva que la haga digna de ser considerada como elemento referencial en cuestiones de indole espiritual, siendo en cambios estas últimas las únicas que rigen para mi en orden de prioridad … ¿se da cuenta como estamos usted y yo en distintas sintonias? …

Alberto Abadi

Sigue usando una verborragia cristiana para tratar de decirme que -según Ud. lo asevera- el antijudaísmo está en vías de desaparecer, pero yo leo los diarios , escucho la radio y veo la televisión y me pregunto: ¿quien es, de nosotros dos, el que no ve la realidad?
Me habla de una creencia -el único oasis en medio del desierto del odio- para demostrarme, en definitiva, que la excepción confirma la regla.
También me dice que D-os sigue castigando al Pueblo de Israel por sus desobediencias a las normas impuestas a la Alianza , según los Santos Escritos (¡Por D.os! Utilice Ud. términos hebreos: Torá, Tanaj, Talmud, etc.) y en eso estoy de acuerdo con usted. Cada vez que nuestro pueblo se apartó de El recibió su castigo (si hasta creo que la Shoá es producto de la ira Divina porque se estaban viviendo tiempos de agnosticismo y ateísmo que estaba contagiando las almas judías, y solamente se me ocurre pedir perdón por semejante pensamiento), pero creo que es un error de concepto aceptar el paternalismo muy propio de los cristianos para adjudicarnos todas las culpas del mundo y recibir todos los castigos divinos. Si el Todopoderoso nos castiga constantemente es porque nosotros debemos buscar CONSTANTEMENTE la elevación espiritual, cosa que no le exige a ningún otro pueblo… Incluídos los cristianos, por supuesto, así sean evangelistas, aunque se diga que soy demasiado explícito.
Acepto su proposición de dar por terminada nuestra polémica, y aunque usted opine que produjo escasos réditos, yo veo que nos enriqueció muchísimo al darnos la oportunidad de trascendernos y penetrar espiritualmente el uno hacia el otro.
Para mi fue un gusto y un honor discrepar con usted, y si le parece, escribiré a la Señora Dori Lustrom para que publique en Por Israel el desarrollo de la misma.

Eliseo Pardo

Los términos Toráh y Tanaj me son tan familiares como a usted, pero al aceptar los Escritos neotestamentarios como parte indisociable de la Revelacion Divina, ópto por emplear la expresion «Santas Escrituras» la cual no contradice ni merma en nada , el contenido Sagrado ni la legitimidad de ámbas … ¿Le parece mi «verborea» cristiana? otros en cambio la consideran inequivocamente judia, de modo que todo quedaria reducido al ámbito de lo interpretativo y como tal, de lo sujetivo , sirva ésto a modo de respuesta a su aseveracion …
Las razones por las cuales Ha Shem viene «corrigiendo» tan asperamente a Israel, vienen especificadas tanto en la Toráh, como en los Neviim y Ketubim que complementan el cánon judio, y no son como es obvio, objeto de una simple opinion por mi parte …
Por otra parte, en ningun momento di a entender, como usted insinua, que el antisemitismo esté presto en desaparecer (por desgracia) tan solo me limité a disociarlo del cristianismo, como usted se obstina a hacer sin fundamento alguno, aún aceptando como veraz y lamentable, la trasnochada judeofóbia que contribuyó a expandir la Iglesia romana de antaño, pero éstos afortunadamente, son otros tiempos …
En cuanto a las exigencias manifestadas por Adonay hacia Su pueblo Israel, éstas van en paralelo con las Bendiciones por ÉL otorgadas a este ultimo, y la Alianza en tal sentido establecida, no hay pues de qué extrañarse o indignarse al respecto, como usted lo hace…
Ser cristiano no queda exento de compromiso como parece deducir, muy al contrario, una lectura atenta y reflexiva de los Evangelios podrá corroborarlo, amen de la fidelidad hasta el martirio que vienen demostrando millones de cristianos en Ásia y África, ante la persecucion, violencia y exterminio de los que son victimas, por el hecho de no renunciar a su fé, y de cuyo conocimiento le supongo informado ¿no es asi? …
Debatir es algo muy «judio» como bien sabrá, principalmente para todo aquel que desee acercarse a la luz del entendimiento, nada malo hay pues en ello, siempre que el fin que se persiga resulte didáctico, se observe moderacion el tóno, respeto en las formas, y argumentacion sólida como punto de apoyo, a toda opinion, elementos todos ellos que aqui se han dado, y de lo cual solo cabe felicitarse …
El placer ha sido mio, Apreciado Alberto, y queda usted emplazado cuando guste, en retomar el debate, acerca de esta u otra cuestion, en este mismo fóro …
Por último, dejo de su mano la inciativa que me adelanta a modo de epílogo, limitandome a señalarle que cuenta para ella con mi beneplácito …
Shalom ú Brajá
Elishá

Deja un comentario

Debes estar conectado para publicar un comentario. Oprime aqui para conectarte.

¿Aún no te has registrado? Regístrate ahora para poder comentar.