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| viernes marzo 29, 2024

A favor de la nueva coalición de Netanyahu – “El regreso del bloque derechista” –


 

Traducido por Hatzad Hasheni

19.5.201

La última vez que Netanyahu sorprendió con la dramática inclusión de un partido a la coalición fue la entrada de Shaúl Mofaz y Kadima. Por entonces, los medios de comunicación del mundo calificaron al Primer Ministro como “el rey Bibi” (King Bibi). Ahora Netanyahu lo ha hecho de nuevo, aunque ahora en el mundo, probablemente, van a estar menos entusiasmados con el nombramiento del Ministro de Defensa Avigdor Liberman.

No importa. Se acostumbrarán. Los mismos que ahora lloran por su nombramiento fueron los que lloraron cuando fue nombrado canciller. Al final, Liberman ha demostrado que existe una gran brecha entre sus declaraciones beligerantes en la oposición y su desempeño de hecho dentro de la coalición.

Netanyahu obtuvo lo que quería por encima de todo – expandir el gobierno y dejar de depender de los pocos diputados que habían amargado su vida, siendo que el precio que ha pagado no es particularmente alto. Hay que decir la verdad: la unión de Liberman al gobierno no es problemático ni es delirante, lo opuesto es lo cierto, el haberse quedado en la oposición era lo que hasta ahora era un problema. Ahora ha llegado a la conclusión que llegó el momento de corregir. De hecho, esta es la coalición que quería establecer Netanyahu hace un año. Con el Partido Laborista, antes de la formación del gobierno, ni siquiera había mantenido contactos. Fue Liberman quien se escapó a último momento, provocando una distorsión de la voluntad de los votantes que escogieron por la derecha. Ahora, un año después, el público recibe el gobierno por el cual votó. Con 67 escaños (más otros 3,5 de diputado que se tiraron al balde por el partido de Eli Ishai). Este es el bloque de derechas… 70 escaños.

Además de presentarlo como un extremista, que como se señaló anteriormente, no se demostró cuando fue Ministro de Asuntos Exteriores, atacan a Liberman por su falta de experiencia. Es cierto. La única bala que pasó cerca de la cabeza de Liberman fue una pelota de tenis. Pero ¿Desde cuándo el nombramiento de ministros pasa por sus habilidades? Yair Lapid, sin diploma de escuela secundaria, no impidió que fuese nombrado Ministro de Hacienda, y Naftali Bennett, que hasta este momento no se interesó por los temas de educación, entró casi naturalmente en su puesto. La cartera de Defensa no es necesariamente diferente en este aspecto. Shimon Peres, entró en la oficina sin haber estado en el servicio militar. Moshe Arens, otro ministro de Defensa con una historia esencialmente civil, sigue siendo considerado como uno de los mejores ministros de Defensa de la historia. Y a Amir Peretz preferimos olvidar.

El nombramiento de Liberman como ministro de Defensa es también una pequeña victoria para Netanyahu en un contexto completamente diferente. Los malos vientos que soplan desde los militares lo han estado conduciendo hacia la locura. En un momento en que todos los generales revelan que albergan en el interior de su alma un poeta y todos estos generales sueñan con campos de rosas y tulipanes, mientras que el Ministro de Defensa los defiende y no permite que nadie los pueda criticar, tal vez ha llegado la hora de sacudir a algunos de la cúpula para extraer este aire de delirio devolviendo algo del espíritu de lucha que parecen haber perdido.

Si Netanyahu y Liberman son los grandes triunfadores, los perdedores – Yaalón y Hertzog – podrían elevar sus críticas especialmente contra ellos mismos. Yaalón – ya que estiró la cuerda demasiado, ya que no comprendió que, con el debido respeto al chaleco antibalas público que protege la dignidad de los generales de alto rango desde hace décadas, alguien aquí ha cruzado la línea. Un soldado que violó los reglamentos y las órdenes militares no es un asesino y la sociedad israelí no se asemeja ni en una uña a la sociedad alemana de los años 30‘.

Y Hertzog, sobre quien es imposible encontrar una definición más precisa para su conducta que “el que duda en su propia vida”. Un acuerdo de coalición con el Likud debería haber sido firmado por él desde hacia tiempo. Al igual que debería haber decidido sobre la fecha de las primarias y otras decisiones que tenía que tomar, aunque una y otra vez se metió en interminables consultas y en un incontrolable deseo de complacer a todo el mundo. Esta vez dudo demasiado tiempo. La vacilación le podría costar su futuro político, que como se ve por el momento, su futuro ya es su pasado.

Difusion: Porisrael.org

 
Comentarios

Además, si en algo están de acuerdo la izquierda moderada y la derecha, es en que los árabes no quieren la paz, ni quieren un estado palestino, por lo cual un acuerdo está muuuy lejos.

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