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| viernes abril 19, 2024

Luchando contra el horror.

Tarde, poco y lento.


Este mes se cumplen dos años desde que Abu Bakr el-Baghdadi se autoproclamó Califa, al frente de lo que originalmente era el brazo de Al Qaeda en Irak , pasó luego a ser el Estado Islámico en Irak y el Levante (este es exactamente la sigla DAESH en árabe) y en junio del 2014 pasó a ser, por sus propias pretensiones, un marco amorfo, sin fronteras, que debe abarcar el mundo del Islam todo.

Mucha sangre ha corrido bajo el puente desde entonces. Cientos de miles han muerto en estos dos últimos años a manos de la organización radical que el mundo todo conoce como ISIS (DAESH en su sigla en inglés), aunque de hecho el nombre exacto desde junio del 2014 es el Califato Islámico. Centenares de miles ya habían sido víctimas de la guerra en Siria e Irak, en la que el actual Califato, antes con otros nombres, jugó un rol preponderante.

La enorme mayoría de las víctimas eran civiles, los propios árabes musulmanes que tuvieron la terrible mala suerte de vivir en las zonas a las que logró avanzar la bestia. Solemos destacar que todo aquel que no acepta la interpretación radical del Islam que presenta el Califato, o sea el extremismo purista del siglo VII cuando nació el Islam, es asesinado. En la práctica, aldeas enteras fueron arrasadas sin que nadie alcance a decir si acata o no  a los recién llegados.

Al banco de víctimas, fueron sumados  en forma sistemática cristianos y yazidíes, a los que el Califato persigue y aniquila en masa. Mujeres yazidíes son convertidas en esclavas sexuales y los relatos del horror que logran salir  al mundo libre, hielan la sangre.

Estamos frente a una entidad terrorista que llegó a controlar un territorio en Siria e Irak equivalente aproximadamente al de Gran Bretaña, que por su crueldad logra aterrorizar en el mundo entero, y que anuncia más y más muerte en Occidente, donde ya ha golpeado. El extremismo de siglos atrás, combinado con la tecnología del siglo XXI  que permite rápida propagación de los mensajes por el espacio cibernético, arrojan un producto letal.

Para comprender a fondo lo que está ocurriendo y lo que aún puede pasar, consultamos a la Dra. Anat Hochberg Marom, experta en terrorismo islamista.

Este es un resumen de su análisis. Da miedo.

                                                …………………

Occidente no lidia con una organización enorme, pero el peligro no está en su tamaño ¿Verdad?

Por supuesto que no. Se estima (no hay números exactos), que esta organización cuenta hoy con entre 20 y 25 mil hombres, llegados de más de 90 países. El gran tema son los varios cientos (quizás miles, no se sabe a ciencia cierta) de células físicas y también virtuales, desparramadas por el mundo. Me atrevo a decir que las virtuales son las más peligrosas. 

Un hombre radicalizándose solo frente a su computadora, sin que nadie lo pueda detectar, puede salir una mañana y matar a decenas de personas.

Exactamente.  Es casi imposible frenarlos porque es necesario ubicar a gente que está sola, que probablemente no diga nada a nadie, y simplemente se radicaliza leyendo o mirando los mensajes extremistas por la red. 

¿Y las informaciones sobre los  ataques a la organización que lo están afectando en  Siria, son una buena señal?

Mi interpretación es que cuando más se incrementan los ataques aéreos contra ellos en Irak y Siria, contrariamente a lo que podíamos suponer, esperando su debilitamiento, se multiplica su fuerza en el resto del mundo. Cuanto más golpes reciben en Oriente Medio, más se presenta como víctima de Occidente, lo cual le facilita el reclutamiento de más y más gente a sus filas.

Y el hecho es que esto les funciona.

Sin duda. Es que aquí, para ser parte, alcanza con compartir la ideología, no es que hay una incorporación formal. Ellos exhortan a quienes atrae en las redes a actuar en su nombre, diciéndoles que desde ahora son sus soldados en Occidente.Les dicen que luego de haber jurado fidelidad a la organización, tienen la obligación de perpetrar ataques en su nombre “porque estamos en guerra y Occidente nos ataca”. Presentan la guerra contra ISIS como una guerra contra el Islam.

Y para aquellos que ya están en Occidente, en general segunda generación, o sea ya nacidos en Occidente, es más fácil. 

Por supuesto. Aunque están menos concentrados y les cuesta más conseguir armas, por  otro lado allí están más insertados en la población general. No necesitan una gran logística como en Irak y Siria para cometer  atentados. La idea es global pero la implementan a nivel local, dondequiera que puedan.

Están entre nosotros….

Sin duda. Y el gran riesgo es la fuerza de la inspiración que esta gente tiene. No importa en qué país están ni quién es su líder. Así es con la ideología. Y ese es su mayor peligro. No es algo físico que está en un lugar determinado, sino algo intocable que se halla en todos lados  y que influye sobremanera sobre la mente y el alma de la gente .Eso es lo más peligroso.

Es una situación  explosiva. Niños de 10 años, sin que los padres sepan siquiera, pueden pasar un lavado de cerebro sentados frente a sus computadoras en París, Italia, Nueva Jersey, donde sea. Es un espanto, una amenaza impresionante.

¿Se puede frenar esta amenaza?

Lo único que puede frenar esto es una ofensiva del mismo tipo, igualmente fuerte, pero usada de forma inteligente  Así como no se lidia con cáncer tomando aspirina, tampoco esto será derrotado sin ir a la raíz, sin tratarlo a fondo.

Occidente está hoy muy por detrás de la organización terrorista. Demasiado poco, demasiado lento, demasiado tarde. Todo es cierto. Pero hay que encontrar la respuesta. La solución debe ser colosal, seguir atacando pero también en la arena cibernética. Allí es imprescindible encontrar una respuesta de gran envergadura.

¿Occidente está en buen camino?

Occidente no entiende todavía  que no entiende. Siento que en Europa viven aún en una realidad muy ingenua, casi una puesta en escena, que no captan cabalmente lo que significa una amenaza terrorista diaria. Las libertades individuales son totalmente prioritarias y los terroristas lo aprovechan para actuar contra la democracia. Hay que destinar una cantidad muy grande de recursos para frenar lo que están pasando hoy jovencitos  de  17-18 años expuestos a la ideología del yihad.

¿Es tarde para lograr frenar esta amenaza?

Es tarde ya ahora, pero no demasiado tarde, hay que seguir  desplegando esfuerzos en esta lucha y buscar la respuesta a dar por la red . en internet, a los mensajes inhumanos de esta organización.

Occidente no entiende que está perdiendo. Es difícil admitir que se está perdiendo en la lucha por la conciencia. Y para ISIS es una lucha por la vida o la muerte. Por eso sostienen que todo musulmán que no interpreta el Islam de modo extremista como en el siglo VII, debe morir. Hay que ampliar el concepto básico  y captar cabalmente que no se trata solamente de una lucha política y militar sino más que nada, de conciencia, una lucha por las mentes, en el mundo todo.

 
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