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| sábado abril 20, 2024

Para un mundo hambriento, a plantar semillas para producir alimentos ricos en proteínas

Compañías como PepsiCo se apoyan en la tecnología de Equinom para producir fuentes de nutrientes esenciales más robustas, saludables y asequibles.


Mire un tomate y sabrá ahí mismo si el tamaño, color y forma están bien.

Sin embargo, no se puede juzgar el perfil nutricional de un producto sólo con mirarlo. Esa información está escondida en los genes de la planta.

Equinom, una compañía emergente, o startup, aprovechó la capacidad de secuenciación del ácido desoxiribunocleico, o ADN, para crear un nuevo procedimiento, en términos de tiempo, precisión y costos, para crear semillas superiores en rendimiento y calidad nutritiva, así como en su aspecto.

Creada hace cuatro años, la firma tiene sede en el kibbutz Givat Brenner, al sur de Rehovot, en el centro de Israel. Tiene 14 empleados.

Hasta ahora Equinom ha desarrollado un tipo de ajonjolí resistente y de gran rendimiento, y semillas de legumbres y quinoa con alto índice proteínico que se ofrecerán en el mercado en dos años.

El ajonjolí y la quinoa se han cultivado durante miles de años, pero son caros porque sólo se plantan en pocas regiones del planeta, tienen que cosecharse a mano y están sujetos a daños causados por el clima.

Variedades pre-comerciales de quinoa de Equinom. Foto cortesía.

Tipo de quinoa de la firma. Foto cortesía.

La tecnología de Equinom supera esas limitaciones y puede, potencialmente, revolucionar la disponibilidad y costos de esos nutritivos productos, además de mejorar su calidad.

Equinom recaudó recientemente $1,25 millones de dólares en una ronda de financiación encabezada por Hazera 1939, otra compañía israelí especializada en semillas y cultivos.

“No sabemos de ninguna otra compañía que esté intentando mejorar el contenido proteínico de las semillas”, dijo el fundador de la firma, Gil Shalev. “Creo que eso se debe a nuestra exclusiva tecnología. La mejora genética clásica es un proceso muy complejo y requiere grandes inversiones”.

Shalev explicó a ISRAEL21c que aunque la mejora genética tradicional tiene un índice de éxito de sólo el 5 al 8%, la técnica de Equinom aumenta diez veces la probabilidad de lograrlo reduciendo a la mitad los costos de desarrollo.

“Esto significa que las compañías de alimentos estarán a favor de invertir en la creación de variedades nutritivas que antes no habrían ni imaginado. Se crearán, pues, nuevos programas para desarrollar cultivos más sabrosos y saludables a la vez que se reducen los costos para los consumidores de todo el mundo”, dijo.

Shalev, quien tiene un doctorado en genética y fitomejoramiento, enfatiza que la tecnología de Equinom no se basa en modificación genética. “No manipulamos el genoma; simplemente determinamos cómo crear mejores semillas con la mejor combinación de genes. Es un proceso completamente natural”.

Alternativa a la soja

Equinom firmó recientemente un acuerdo con Obela, un proyecto conjunto de PepsiCo y Strauss Group, de Israel, para poner en práctica su proceso en el desarrollo de varios cultivos.

Uno de los aspectos de gran interés para la industria de alimentos es la producción de leche de origen vegetal que no incluya soja.

El director de Equinom, Nir Linchevski, explicó que la soja aporta el 99% de las proteínas vegetales a la comida procesada porque es muy barato cultivarla. Sin embargo, mucha gente es alérgica a ella o quiere evitar su regusto o los efectos parecidos al estrógeno que produce.

“Otras leguminosas ofrecen proteínas de buen sabor y buena calidad sin efectos secundarios, pero los retos están en el contenido proteínico y el precio”, dijo Linchevski a ISRAEL21c.

Agregó: “Queremos desarrollar una alternativa, una proteína vegetal de mejor calidad con un precio adecuado para el mercado. Cuando podamos competir en precio, esperamos captar una parte importante del mercado de proteínas vegetales para la nutrición humana, que tiene un valor de 7.700 millones de dólares”.

Al colaborar con compañías de semillas, Equinom podrá facilitar la producción de una semilla específica cuyo contenido proteínico en calidad y cantidad sea similar al de la soja, según Shalev.

Equinom puso a prueba su concepto con distintas variedades de pimientos. El pasado año lanzó un proyecto de fitomejoramiento con el productor líder de tomate en rama en Europa y firmó un contrato con una compañía agrícola japonesa para la producción de semillas de tomates cherry de alta calidad.

Aspecto de la oficina de Equinom en el kibbutz Givat Brenner. Foto cortesía.

Aspecto de una de las paredes de la oficina de Equinom en el kibbutz Givat Brenner. Foto cortesía.

El  enfoque que ha puesto la compañía en el ajonjolí, la quinoa y nuevas fuentes de proteína surgió a raíz de conversaciones con productores internacionales de alimentos que han mostrado interés en mejorar la calidad de los ingredientes para satisfacer la demanda de los consumidores de alimentos bajos en grasas y de vegetales altamente nutritivos.

“La principal forma de lograrlo es mejorando las semillas”, dijo Shalev, y explicó que por primera vez en la historia la industria de alimentos puede trabajar con compañías como Equinom para elaborar ingredientes naturales para cumplir objetivos específicos: quizá un desayuno de cereales a base de quinoa.

“Las compañías de alimentos se han dado cuenta de que necesitan más que tecnología para innovar”, agegó Linchevski. “Cuando se habla de innovación, Israel sobresale. Los diez grandes productores de alimentos [del mundo] están invirtiendo aquí. Es realmente muy emocionante formar parte de esto”.

La compañía planea contratar seis expertos más en fitomejoramiento y genómica.

Para más información, pulse aquí.

 
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