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| jueves abril 25, 2024

VAIKRÁ


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Di-s llama a Moshe a la Tienda del Encuentro y le comunica las leyes de los Korbanot, ofrendas de animales y vegetales traídas al Santuario. Estas incluyen: La “ofrenda de elevación” (olá) que es totalmente incinerada para Di-s en el fuego del Altar; Cinco variedades de “ofrendas vegetales” (minjá) preparadas con harina fina, aceite de oliva y olíbano; La “ofrenda de paz” (shlamím), cuya carne era comida por aquél que traía la ofrenda, mientras que ciertas partes eran quemadas en el Altar y otras entregadas a los Kohaním (sacerdotes);Los diferentes tipos de “ofrendas de pecado” (jatat) traídas para expiar por transgresiones cometidas erróneamente por el Sumo Sacerdote, la comunidad entera, el rey o un judío ordinario; La “ofrenda de culpa” (asham) traída por una persona que obtuvo beneficio de la propiedad del Santuario, o por quien tiene duda de si transgredió una prohibición divina, o por quien “traicionó a Di-s” a través de jurar en falso para defraudar.

 

DE LO NUESTRO

 

Al ordenar que sean traídas las ofrendas Di-s no utiliza la palabra ISH para referirse al hombre, sino Adam.

¿A qué se debe esto? Di-s nos está transmitiendo que debemos traer ofrendas DE LO NUESTRO y no cosas robadas.

Así como Adam, el primer hombre, era dueño de todo y por eso cuando presentaba ofrendas, éstas eran de su propiedad, del mismo modo, nosotros, que somos hijos de Adam debemos presentar ofrendas de LO NUESTRO y no cosas robadas.

Y este principio debe aplicarse a todos los aspectos de nuestra vida. Nada de lo que demos al Creador debe ser robado, nada de lo que demos a los demás debe ser mediante el robo. Debemos dar siempre de lo nuestro.

 

El Tercer Socio de todo Negocio

 

Hay quienes piensan que en los temas referentes a la relación del hombre con Di-s, es más importante respetar los detalles que en los relativos a la relación entre las personas.

Está claro que cualquier transgresión de las instrucciones de la Torá con respecto a las Mitzvot relacionadas con Di-s, implica un deterioro en nuestra aceptación de la autoridad Divina y del Yugo Celestial. Por otro lado, cuando fallamos en los preceptos referentes a la relación con nuestro prójimo nos parece que sólo menoscabamos a esa persona y no a Di-s.

En nuestra Parshá aparece una expresión tajante que demuestra que dicha presunción es equívoca de raíz. En esta porción la Torá se refiere entre otras cosas al caso de un individuo que miente y estafa al prójimo con un depósito recibido. Dice la Torá: «Si una persona pecare y cometiere un acto de expropiación contra El Eterno mintiendo a su prójimo». Aparentemente la persona ha cometido una falta contra otro individuo, más la Torá lo considera un agravio contra Di-s.

Rabí Akiva explica la gravedad de la estafa por un depósito entregado en custodia (el comentarista Rashi lo cita en su explicación de la Torá):»En los préstamos y transacciones comerciales, las partes se apoyan en la presencia de testigos o en un documento. Pero «quien deja un depósito en custodia en lo de su compañero y no quiere que ninguna otra persona sepa de ello, sino sólo el Tercero de entre ellos. Entonces al cometerse una estafa, se miente al Tercero de entre ellos, (es decir, Di-s).

Cuando se deja algo en manos de un compañero para que lo cuide, generalmente no hay testigos ni documentos, se apoya en su compañero y por sobre todo en el que el «El Tercer mediador»- Di-s sabe de ese depósito. Por eso quien recibe un depósito y luego engaña, en realidad niega la presencia de Di-s, y esa es la razón por la cual la Torá dice:»un acto de expropiación contra el Eterno».

No obstante, debemos entender el significado de «el Tercer mediador».Cuando dos personas hacen una transacción y junto a ellos se encuentra un testigo, éste no puede ser llamado «el tercero de entre ellos», ya que el sólo es un verificador y no parte del negocio. Por qué Hashem es llamado «el Tercero entre ellos».

Aquí queda de manifiesto el verdadero y grave significado de un pecado contra el prójimo, con el se atenta contra el Reino Celestial. En realidad el auténtico dueño es Di-s y todo Le pertenece, como versa: «de Di-s es la Tierra y todo lo que hay en ella», solo que Hashem le da a la persona esos bienes o dinero. Resulta entonces que hay tres dueños: el depositante (a quien pertenece el bien), el depositario (en cuyo poder está ahora el bien, y se niega a devolverlo) y el Tercero entre ellos-Hashem-verdadero dueño de todo. Cuando alguien pasa por encima de la Voluntad de Di-s, que entregó a alguien la posesión sobre un bien, porque comete un fraude, no solo ocasiona un daño a su compañero sino que niega la potestad de Hashem, el verdadero Dueño, que dispuso que el bien sea propiedad de determinado individuo.

Por eso la Torá acentúa el hecho de que al engañar a otra persona, se está atentando contra Di-s, y no simplemente «perpetrando un engaño».Pero sabemos que «no existe nada que se interponga a la Teshuvá», y también en este caso la Torá le da al individuo la posibilidad de retornar y corregirse, y entonces se cumple de inmediato -como finaliza el versículo- «y expiará… y será perdonado». Y así se comporta Di-s con todo el Pueblo de Israel: aunque «a causa de nuestros pecados fuimos arrojados de nuestra tierra», en el momento en que los judíos hacen teshuvá, de inmediato son redimidos, con la llegada del Mashíaj Tzidkeinu, muy pronto en nuestros días ya!

(Likutei Sijot, tomo 7, Pág. 6) (www.es.chabad.org)

 

¿Qué es Jametz?

 

Jametz literalmente quiere decir “leudado”- cualquier alimento hecho de granos y agua que fermentó y leudó. Pan, cereales, tortas, galletitas, pizza, pastas y cerveza son los ejemplos más clásicos de Jametz; pero cualquier alimento que contenga grano o sus derivados puede ser, y mayormente es, considerado Jametz. En la práctica, cualquier alimento procesado que no tenga estricta supervisión rabínica, es potencialmente Jametz.

El Jametz es la antitesis de la Matza, el pan ázimo que comemos en Pesaj para recordar el apuro con el que salimos de Egipto, y la humildad por la cual fuimos meritorios de la redención. La matza es el símbolo del éxodo, un componente central en la mesa del Seder, y el corazón del “Festival de las Matzot” (el nombre de Pesaj en la Torá). Y además de alimentarnos exclusivamente con matza debemos liberarnos del Jametz – el egoísmo y la insensibilidad espiritual que representa. (www.es.chabad.org)

 

 
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