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| martes abril 16, 2024

BRICS. Sin Jerusalén Este


Traducido para Porisrael.org por Israel Winicki

RESUMEN EJECUTIVO: La Declaración de Xiamen de 43 páginas emitida al término de la novena cumbre del BRICS a comienzos de septiembre muestra un llamativo cambio con respecto a Israel. En el parágrafo 42, muestra las usuales referencias a “relevantes” resoluciones de la ONU, los Principios de Madrid, la Iniciativa Árabe de Paz de 2002, y “acuerdos previos” y llama a una “una solución justa, permanente y completa” para el conflicto israelí-palestino. La Declaración llama a la creación de “un Estado Palestino independiente, viable, viviendo lado a lado en paz y seguridad con Israel” —pero no contiene ninguna referencia a Jerusalén Este.

La Organización BRICS, que está integrada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, representa más del 40% de la población global y su economía suma más de un quinto del Producto Bruto Interno global. Dos de los países son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y los otros tres aspiran a estar. Por lo tanto BRICS es un importante bloque de poder mundial.

Inicialmente, los países del BRICS solamente se preocuparon por temas de desarrollo y no se ocuparon en absoluto del Medio Oriente y mucho menos del conflicto israelí-palestino. Las cosas comenzaron a cambiar cuando Sudáfrica se unió como miembro pleno en el Encuentro de Sanya en abril de 2011. Declarando que están “profundamente preocupados con la turbulencia en el Medio Oriente”, los líderes esperaban “paz, estabilidad, prosperidad y progreso”. Las protestas populares en el mundo árabe fueron más preocupantes que el callejón sin salida israelí-palestino.

La cuestión palestina surgió en marzo de 2012, cuando los líderes de BRICS se reunieron en Nueva Delhi para su cuarto encuentro. Urgieron a ambas partes a “tomar medidas constructivas, reconstruir la confianza mutua y crear condiciones justas para reiniciar las conversaciones, mientras evitan pasos unilaterales”.

Este tono moderado cambió dramáticamente en marzo del 2013 cuando Sudáfrica fue sede de la convocatoria. La Declaración de Durban hizo una referencia explícita por primera vez a Jerusalén Este  como la capital del futuro estado palestino. En adición a lo usual, llamó entre otras cosas a una solución de dos estados, incluyendo la creación de “un estado palestino contiguo y económicamente viable, existiendo lado a lado en paz con Israel, dentro de fronteras reconocidas internacionalmente, basadas en aquellas existentes el 4 de junio de 1967, con Jerusalén Este como su capital”.

Desde su retorno a la arena internacional, la Sudáfrica post-apartheid ha estado a la vanguardia de la campaña internacional contra Israel y ha impulsado o facilitado numerosas declaraciones, acciones y resoluciones anti-israelíes. Unos días antes de los ataques del 11 de septiembre, Durban fue la sede de la conferencia de la ONU contra el racismo que señaló a Israel para vilipendiarlo. Así, como sede del BRICS Pretoria pudo señalar su posición sobre Jerusalén Este, y los otros líderes del BRICS lo suscribieron.

(Una referencia a Jerusalén Este también aparece a principios de 2010, cuando Sudáfrica fue parte del grupo de tres miembros IBSA, con Brasil e India, los otros dos miembros).

Los países miembros del BRICS han sido más solidarios con los palestinos que con Israel. China e India no normalizaron sus relaciones con Israel hasta enero de 1992, y la antigua URSS no tuvo relaciones diplomáticas con Israel entre junio de 1967 y octubre de 1991. Sólo Brasil tuvo vínculos formales con él desde fines de los años 40. Por consiguiente, otros se unieron al coro de Pretoria sobre Jerusalén Este.

El status político de Jerusalén ha sido controvertido desde el plan de partición de la ONU de 1947, que sugirió que fuera una ciudad internacional. La comunidad global no reconoce a Jerusalén Occidental, que ha sido parte de Israel desde mayo de 1948, como la capital del país. La mayoría de los estados, incluyendo los EEUU, tienen sus embajadas en Tel Aviv.

Al mismo tiempo, la ciudad sigue siendo la capital de facto de Israel y alberga todos los símbolos del estado y su soberanía, como la residencia del primer ministro, la Knesset (parlamento), y la Corte Suprema. La presentación de credenciales de los embajadores extranjeros acreditados en Israel, incluyendo embajadores árabes musulmanes, como los de Egipto, Jordania y Turquía, tiene lugar en Jerusalén, no en Tel Aviv.

Además, no hay resoluciones de la ONU o planes para declarar a la ciudad capital del estado palestino. Los acuerdos de Oslo, y otros acuerdos bilaterales simplemente indican que el status político final de la ciudad deberá ser resuelto a través de negociaciones y acuerdos.

El centro del tema de Jerusalén se encuentra en la Ciudad Vieja, que alberga sitios sagrados para las tres religiones abrahamicas. La ciudad no es Berlín, para ser dividida y repartida, sino que sólo puede ser compartida por medio de acuerdos y compromisos. Intervenciones exteriores a favor de una parte, en este caso los palestinos, sólo hacen al problema más intrincado.

El gobierno israelí tiene que asumir su parte de responsabilidad en la controversia por Jerusalén Este. Por ejemplo, hasta la resolución de la UNESCO de abril de 2016, que cuestionó los vínculos judíos con Jerusalén, el gobierno de Netanyahu fue indiferente a los movimientos internacionales. Aun países que se mostraban amistosos hacia Israel votaron con los países árabes islámicos. El enojo post-resolución de Israel no pudo ocultar su chapucería diplomática.

Mientras tanto, durante la década pasada, Jerusalén Este se transformó en parte integral del compromiso de India con el Medio Oriente y figuró en los principales alegatos políticos y declaraciones bilaterales. La referencia a Jerusalén fue mantenida aun después del cambio de gobierno en India, cuando gobierno del derechista y nacionalista hindú BJP reemplazó al Partido del Congreso, que simpatizara con los palestinos desde 1920.

Desde su primera presentación ante el BRICS en Fortaleza, en julio de 2014, el Primer Ministro hindú Narendra Modi ha incluido Jerusalén Este. Posteriormente, en abril de este año Jerusalén este figuró en una declaración de los enviados de los países del BRICS en Medio Oriente reunidos en India. La misma declaración puede verse en los compromisos de Delhi con Egipto, Arabia Saudita y otros.

Pero un gran cambio ocurrió en mayo de este año, poco antes de la visita de Modi a Israel en julio. Con el Presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas de pie a su lado, Modi llamó por “una Palestina soberana, independiente, unida y viable, coexistiendo pacíficamente con Israel”. Por primera vez en cerca de una década, no hubo referencias a Jerusalén Este.

¿Esta nueva tendencia continuará? La respuesta está en los caprichos del conflicto israelí-palestino y en la sutileza diplomática israelí.

***El Profesor P. R. Kumaraswamy dicta cátedra sobre el Medio Oriente contemporáneo en la Universidad Jawaharlal Nehru, Nueva Delhi y es autor de “India´s Israel Policy” (Columbia University Press, 2010)

[1] BRICS: Conferencia de Relaciones Internacionales integrada por los presidentes de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.

[1] Centro BESA: Centro Beguin y Sadat de Estudios Estratégicos

https://besacenter.org/perspectives-papers/brics-jerusalem/

 
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