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| viernes abril 19, 2024

Shovrim Shtika (Rompiendo el Silencio) – Una industria de mentiras


Es poco probable que el golpe sufrido por la ONG Rompiendo el Silencio anteayer cambiará su conducta (el supuesto palestino al que golpeo el portavoz de la organización, que ejemplificaría la conducta inapropiada de los soldados israelíes, dijo que el hecho no ocurrió – aclaración de HH). Los miembros de la organización nunca han pretendido hablar con la sociedad israelí sino que han buscado una forma de convencerla sobre la justicia de sus ideas.

Shovrim Shtika (Rompiendo el Silencio) se ha convertido en una industria que produce dinero europeo a partir de mentiras y falsedades, acusando a las Fuerzas de Defensa de Israel y a Israel. Bajo la cubierta protectora de defender los “derechos humanos” (que en la práctica significa defender los derechos para todos, excepto para los judíos), la organización ha ayudado indirectamente a la actividad de boicot internacional contra Israel y ha proporcionado a quienes nos odian y nos quieren muertos… con un arma “moral”. La mayor parte de la actividad de Shovrim Shtika (Rompiendo el Silencio) atrae a una audiencia global cautiva que no sabe mucho sobre la complicada realidad en nuestra región. Cuando escuchan el “testimonio” de los israelíes que sirvieron en el ejército, crece su odio hacia Israel y hacia el pueblo judío.

Los gobiernos extranjeros le han dado al grupo más de 10 millones de shekels (más de tres millones de dólares) en los últimos años para que pueda seguir brindando más “testimonios” contra nuestros soldados. El New Israel Fund también ha donado millones a la organización siendo que uno de cuyos fundadores, Yehuda Shaúl, dijo en una gira que “los colonos simplemente envenenaron todo el sistema de agua de la aldea [palestina]”. Su lengua “no se le pegó al paladar”. Se descubrió que aquella mentira no tenía ninguna base. Ahora descubrimos que el portavoz del grupo, Dean Issacharoff, mintió cuando “testificó” que, cuando era soldado, golpeó brutalmente a un palestino. “Nunca sucedió”, testificó ese mismo palestino en el tribunal.

Cuando a un informante se le dice que en realidad él es un “luchador por la libertad moral” y que sus acciones contra su propio pueblo son retratadas heroicamente y está ungido con el aceite de los derechos humanos, comienza a creer que es un salvador. Entonces su imaginación se pone en marcha y las cosas menores se convierten en eventos de gran portento. Sabe que se espera que él suministre esos productos, por los que no solo se le paga dinero, sino que también es quien crea una riqueza simbólica y prestigio en ciertos círculos sociales en Israel y en el extranjero. Entonces él infla las cosas de acuerdo con su imaginación malvada hasta que comienza a creer en sus propias mentiras.

Hay una justicia poética en el hecho de que la persona que fue calificada de mentirosa por el tribunal ocupa el cargo de portavoz del grupo, un portavoz cuya boca se llena de mentiras sobre su pueblo. No es la Derecha la que debería alegrarse, sino más bien cualquier israelí que busca la justicia y sabe cuán lejos están las Fuerzas de Defensa de Israel de la imagen demoníaca que este grupo de soplones ha creado sobre ella.

Traducido por Hatzad Hasheni

 
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