Suecia se niega a investigar 512 actos de violencia religiosa musulmana contra refugiados cristianos.
Mientras los refugiados sirios y de otros países del Medio Oriente buscan y encuentran asilo en Europa traen consigo sus tensiones religiosas y persecución. Concretamente, los migrantes musulmanes a menudo persiguen a los inmigrantes cristianos, o inmigrantes que se convirtieron al cristianismo. Open Doors Deutschland documentó 743 ataques contra cristianos en Alemania en 2016, y la policía alemana documentó otros 100 en 2017. Violencia similar afecta a los refugiados cristianos en Suecia, pero el país escandinavo aún no ha emitido una investigación. [1]
Una encuesta publicada por Open Doors Suecia el año pasado (2017) descubrió que ciento veintitrés solicitantes de asilo cristianos informaron persecución por motivación religiosa y 512 incidentes separados. Los refugiados cristianos sufrieron 65 agresiones violentas, 55 amenazas de muerte, 7 casos de agresión sexual, junto con casos de exclusión social, insultos, desprecio y amenazas por parte de “refugiados” musulmanes. Más de la mitad, el 53 por ciento, dijo que habían sido atacados violentamente al menos una vez. Casi la mitad, el 45 por ciento, informó haber recibido al menos una amenaza de muerte. Más de las tres cuartas partes de quienes enfrentaron tal persecución se convirtieron al cristianismo, los perpetradores eran musulmanes. Otros refugiados o inmigrantes llevaron a cabo más de cuatro de cada cinco (81 por ciento) de los ataques, 415 de 512.
En un artículo para National Review, Jacob Rudenstrand, Secretario General Adjunto de la Alianza Evangélica Sueca, y Peter Paulsson, Director de Open Doors Suecia, lamentaron que “la reacción tanto en los medios de comunicación como en los funcionarios del gobierno haya sido de indiferencia”.
La actitud dhimmi de los medios de comunicación como el gobierno y líderes de opinión suecos es desviar la mirada en relación a violencia contra cristianos por parte de musulmanes en Suecia, cuando los musulmanes son el 1,4 por ciento de la población y habiendo sido la Iglesia Luterana (Evangélica) de Suecia la religión del estado hasta el año 2000.
Suecia, su gobierno, sus líderes de opinión aún desvían más la mirada ante las agresiones yihadistas que sufre Israel perpetradas por la República Islámica de Irán a través de Hizbulá, Hamás, o de Turquía a través de Hamás, y otros tantos regímenes islamistas del mundo musulmán, y para congraciarse con el yihadismo hasta miembros del Parlamento sueco participan en manifestaciones propalestinas en las que la gente grita consignas antisemitas y alaba los apuñalamientos palestinos contra judíos israelíes.
Los medios suecos, al igual que el Gobierno, tampoco están interesados en el problema del antisemitismo. Cuando el think tank sueco Perspektiv På Israel presentó las pruebas en mayo de 2015 de que el director en el país de Islamic Relief difundía publicaciones antisemitas en Facebook, nadie en los medios tuvo interés en escribir de ello, pese al hecho de que Islamic Relief recibe financiación de Sida, la agencia del Gobierno sueco responsable de la ayuda oficial a los países en desarrollo. Los medios suecos ni siquiera permitieron que se publicara un artículo de opinión de Perspektiv På Israel al respecto. Nyheter24, uno de los que se negaron, escribió un email a Perspektiv På Israel que decía: “A los lectores, por decirlo suavemente, no les interesa este asunto concreto”. En Suecia el antisemitismo es aceptado por la sociedad sueca como algo correcto y normal.
La misma Iglesia Luterana de Suecia ha legitimado el antisemitismo mediante el apoyo al documento de Kairos Palestine. [2]
Muchos judíos abandonan Suecia tras las agresiones antisemitas [3]. Están aumentando los crímenes de odio, perpetrado por islamistas y neonazis, contra los judíos, y las autoridades suecas neciamente miran hacia el vacío interestelar. Primero fueron los judíos, ahora son los migrantes cristianos, en poco tiempo serán los cristianos suecos los que sufrirán las agresiones yihadistas.
NOTAS
[2] https://es.gatestoneinstitute.org/7187/suecia-antisemitismo
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