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| viernes marzo 29, 2024

SHOFTIM 5778


B’H

Moshe instruye al pueblo de Israel para designar jueces y policías en cada ciudad; «Justicia, justicia perseguirás,» les ordena, y deben administrarla sin corrupción ni favoritismo. Los crímenes deben ser investigados meticulosamente y la evidencia examinada a fondo. Un mínimo de dos testigos verosímiles es requerido para condena y castigo.

En cada generación, dice Moshe, habrá personas encargadas de interpretar y aplicar las leyes de la Torá. «De acuerdo a la ley que ellos te enseñarán, y el juicio que te instruirán, harás; no te desviarás de lo que te dirán, ni a la derecha ni a la izquierda».

Shoftím (jueces) también incluye las prohibiciones contra idolatría y brujería, las leyes que gobiernan la denominación de un rey; y las indicaciones para la creación de «ciudades de refugio» para el asesino no intencional. También son explicadas varias de las leyes de la guerra; la excepción de la batalla de quien recién se casó, construyó una casa, plantó un viñedo o es «temeroso y de corazón suave»; la exigencia de ofrecer la paz antes de atacar una ciudad; la prohibición de destrucción injustificada de algo valioso, ejemplificada por la ley que prohíbe cortar árboles frutales durante el sitio de una ciudad.

La parashá concluye con la ley de Eglá Arufá, el procedimiento especial a seguir cuando una persona es asesinada por un asesino desconocido y su cuerpo es encontrado en el campo, que resalta la responsabilidad de la comunidad y sus líderes, no sólo por lo que hacen, sino también por lo que podrían haber prevenido que ocurra.

 

JUSTICIA, JUSTICIA PERSEGUIRAS

 

¡QUEREMOS JUSTICIA SOCIAL! ¡QUEREMOS QUE SE HAGA JUSTICIA! ¡QUE LA JUSTICIA FUNCIONE! ¡JUSTICIA PARA…! ¡JUSTICIA!

El clamor por justicia es tan antiguo como la humanidad misma, y es un grito que resuena a lo largo de la historia.

La pregunta es: ¿Qué es la justicia? La respuesta más simple es: Lo contrario de injusticia.

Pero en un sentido más profundo, para que la justicia sea justa (valga la redundancia) debe ser a imitación de la que imparte Di-s. Una justicia basada en la verdad, pero también en la misericordia. Decimos en la plegaria “Uva leTzion”: “Da verdad a Iaakov, misericordia a Abraham”. Esto sobre todo se aplica cuando debemos juzgar a nuestro hermano. El juicio debe ser justo, pero también debemos ser misericordiosos, ponernos en el lugar de aquel a quien juzgamos. Sólo así podremos construir un mundo más justo y cumplir con nuestra misión de construir entre nosotros una morada para Di-s, pues Él solo puede morar donde hay justicia.

 

Un juez imparcial

Por Naftali Silberberg

 

La parashá de esta semana, Shoftim, siempre es leída en el primer shabat del mes de Elul. Como nada ocurre por accidente, esta parashá debe tener alguna enseñanza importante para implementar en este mes tan auspicioso.

Shoftim significa “jueces”. La Torá nos ordena designar una jerarquía de jueces en cada ciudad y provincia. A nivel literal, este mandamiento se refiere a los jueces que resuelven las cuestiones civiles, penales y religiosas. En un nivel más profundo, sin embargo, este mandamiento, así como sus detalles, tiene un gran significado para cada uno de nosotros y nuestras vidas personales.

Examinemos uno de los detalles de esta ley:

No pervertirás la justicia, no mostrarás favoritismo y no aceptarás el soborno…

Una vez que la Torá ya prohíbe la perversión de la justicia, ¿cuál es la necesidad de prohibir el soborno? ¿Acaso el soborno no es la manera más obvia de pervertir la justicia? Rashi, el prominente comentarista de la Biblia, explica que la Torá prohíbe el soborno, ¡inclusive si el que lo da lo hace con la condición de que el juez imparta un veredicto justo! Pues tan pronto como el juez es “sobornado”, está tentado de actuar en favor de dicha parte y no será capaz de emitir una decisión objetiva. Como continúa el versículo: …porque el soborno enceguece los ojos del sabio. Tan pronto como existe una afinidad entre un juez y uno de los litigantes, este no está capacitado para presidir el caso.

Durante el mes de Elul, cada persona debe juzgar sus acciones y los logros del año anterior. Sin embargo, todos estamos “sobornados” de cierta manera por nuestro amor propio y somos incapaces de hacer una evaluación completamente justa. Por lo tanto, cada persona debe nombrar a un «juez», un mentor espiritual imparcial que pueda emitir una opinión objetiva.

Además, el conocimiento de que al final de cada semana o cada mes tendrá que hablar de sus logros espirituales con otro es a menudo suficiente para colocar a una persona en el camino de la mejoría. Como dijo Rabí Iojanán ben Zakai a sus discípulos: «Si ustedes solo temieran a Di-s tanto como temen a sus semejantes…”. (www.es.chabad.org)

 

Observancias de Elul en Pocas Palabras

 

Como el último mes del año judío, Elul es tradicionalmente un tiempo de introspección y balance —un tiempo para repasar los actos de uno y el progreso espiritual del año anterior y de preparación para los próximos «Días de Temor» de Rosh HaShaná y Iom Kipur.

Como mes de «Misericordia Divina y Perdón» Elul es el momento más oportuno para teshuvá («retorno» a Di-s), plegaria, caridad y aumentar Ahavat Israel (amor al prójimo) en la búsqueda de automejoramiento y acercarse a Di-s. El maestro jasídico Rabí Schneur Zalman de Liadi compara al mes de Elul con un tiempo cuando «el rey está en el campo» y, a diferencia de cuando está en el palacio real, «cualquiera que lo desea tiene permitido encontrarse con él, y recibe todo con un semblante amable y muestra un rostro sonriente a todos».

Las siguientes son algunas de las costumbres y prácticas básicas del mes de Elul:

Cada día del mes de Elul (excepto en Shabat y el último día de Elul) hacemos sonar el shofar (cuerno de carnero) como un llamado al arrepentimiento.

Cuando escribimos una carta o nos encontramos con otro, nos bendecimos mutuamente incluyendo el saludo Ketiva vejatima tova —lo que es traducido aproximadamente como «Que seas inscripto y sellado para un buen año».

Se agrega a las plegarias diarias, por la mañana y por la tarde, el Capítulo 27 del Libro de Salmos.

El Baal Shem Tov instituyó la costumbre de recitar tres capítulos de Salmos adicionales cada día, desde el 1 de Elul hasta Iom Kipur (en Iom Kipur se recitan los 36 capítulos restantes, completando de esta forma todo el libro de Salmos).

Elul es un buen momento para revisar los tefilín y las mezuzot por un escriba acreditado para asegurarse que están en buenas condiciones y son adecuados para su uso.

Durante la última semana de Elul, en los días anteriores a Rosh HaShaná, se recitan las plegarias de Slijot, la primera noche a medianoche, y los días siguientes temprano por la mañana.

 

 

 

 

 
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