Un nuevo y prometedor dispositivo para mejorar las colonoscopias, desarrollada por la compañía IBEX Technologies, tuvo su origen en un método para explorar a distancia túneles por donde entraba contrabando

El dispositivo consiste en una “manguera” delgada e inflable que puede ser manejada como robot en un túnel oscuro como el colon. Una cámara en la parte delantera de ésta transmite video en vivo en tiempo real con imágenes de alta resolución.

Conocido como RoboSleeve, el dispositivo también puede ser usado por equipos de asistencia en desastres, como terremotos, huracanes o minas colapsadas, y también sirve para inspeccionar alcantarillas, y tuberías de agua y gas.

Mientras trabajaban en la manguera, los fundadores de IBEX, Oleg Popov y Raphael Moisa, pensaron en otros tipos de “túneles” en los que ésta podría usarse. Fue entonces cuando dieron con una idea de la cual nacería Consis Medical, proyecto empresarial derivado de IBEX que se dedica exclusivamente a ese túnel de 2 m de largo en el interior del cuerpo humano: el colon.

Las colonoscopias facilitan la detección temprana, y prevención, del cáncer colorrectal, el segundo más letal en el mundo.

Los médicos recomiendan a sus pacientes que se hagan una colonoscopia regularmente a partir de los 50 años. Es el procedimiento más común en todo el mundo y en Estados Unidos, por ejemplo, se llevan a cabo más de 15 millones de colonoscopias al año. Si el cáncer de colon, del cual se detectan 1,4 casos nuevos al año, se encuentra en una fase temprana, el índice de supervivencia relativa de cinco años es del 92%.

Pero las colonoscopias son costosas. Un solo endoscopio, el aparato utilizado para realizar el procedimiento, cuesta más de 60.000 dólares, y las clínicas generalmente compran varios. Además, limpiar uno después de cada uso cuesta alrededor de 100 dólares, pues se necesita un equipo especial.

Además, el procedimiento es incómodo y corre el riesgo de generar complicaciones, incluso perforación del colon.

Probado en animales y simuladores

Consis Medical, basándose en su tecnología de investigación de túneles, diseñó el dispositivo, que es autopropulsado, para que entre al colon como un “fino globo alargado, parecido a los que tienen formas de animales cuando se inflan”, dijo Ido Agmon, jefe de desarrollo de negocio de la firma, a ISRAEL21c.

A medida que el globo se infla, usando líquido o gas, una “manguera invertida se expande y se desplaza por todo el colon, suave y rápidamente”.

El dispositivo, hasta ahora probado en animales y simuladores de colon, se creó pensado para ser más económico, seguro y cómodo que un endoscopio tradicional, que “es muy doloroso, lleva tiempo y no es agradable en absoluto, ni para el paciente ni para el médico”, agregó Agmon.

Hay una fricción mínima entre el colon y la manguera porque “sólo se expande desde la parte delantera y no tiene que empujarse”, dijo.

El globo se desecha después del procedimiento. La única parte que necesita limpieza es la cabeza, donde va la cámara y una fuente de luz.

“Tiene el tamaño de una cápsula de menos de 10 cm de largo”, señaló Agmon. “Su limpieza es muy diferente a la de un endoscopio, de dos metros de largo y con muchos recovecos y pequeños canales”.

De izq. a der., Alexander Polischuk, jefe ejecutivo de Consis Medical; el doctor Arik Segal, jefe de mercadeo; e Ido Agmon, jefe de desarrollo de negocio. Cortesía.

Aunque la manguera funciona de forma muy diferente a la cápsula con cámara incorporada PillCam Colon 2, de Given Imaging, o a la cápsula de rayos X C-Scan, de Check-Cap —ambas compañías son israelíes— todas están diseñadas para ser menos invasivas que las colonoscopias tradicionales.

Otra compañía israelí, GI View, recibió la aprobación de la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) hace un año para un endoscopio autopropulsado desechable. La compañía alemana Invendo fabrica un endoscopio desechable que recibió la aprobación de la FDA en enero.

Agmon dijo que el precio por el cual se tiene pensado vender Consis Medical es el más bajo, alrededor de 100 dólares por unidad, lo que también podría ayudar a que la compañía entre en mercados nuevos, entre ellos China e India, donde el número de colonoscopias está creciendo rápidamente.

“Nuestro plan es poner en marcha los primeros ensayos clínicos en humanos en los próximos 12 meses”, dijo Agmon. Serán necesarios otros tres o cuatro años hasta que la FDA apruebe una versión del dispositivo completamente funcional.

Consis Medical, con sede en Beersheva, tiene su propio equipo de dirección e inversionistas, principalmente la Autoridad de Innovación de Israel, pero todavía es una empresa pequeña, con sólo tres empleados. El objetivo para este año, según Agmon, es recaudar dos millones de dólares para ampliar el equipo y comenzar los ensayos clínicos.

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