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| jueves marzo 28, 2024

Importante explicacion para los que votaremos en Israel

La dimensión económica de la crisis política israelí. Con el periodista Adrián Filut.

“Las elecciones cuestan dinero. Pero los acuerdos de coalición irresponsables que estaban negociando, muchísimo más”.


Ir a las urnas cuesta dinero. Eso está claro. Desde el pago a los funcionarios que trabajan para que se lleve a cabo la jornada electoral, hasta la impresión de las papeletas con el nombre de cada partido, pasando por el sueldo de quien maneja el vehículo en el que se llevan las urnas a todos los sitios en los que funcionan colegios electorales. Eso, evidentemente, es ineludible.

A ello se suma por cierto el hecho que entre el llamado a elecciones y la formación del nuevo gobierno, el período de transición nunca es bueno para la economía ya que todo entra en una fase de cierto estancamiento.

Cuando esto ocurre en la asiduidad que estamos viendo ahora en Israel, el problema se multiplica. El 9 de abril la ciudadanía votó y ahora lo volverá a hacer el 17 de setiembre. No es una situación sana para ninguna economía, aún sin entrar en los análisis políticos propiamente dicho.

Pero el periodista Adrián Filut, especializado en temas económicos, comparte con nosotros su visión sobre un problema mucho mayor. Si se hubieran concretado los acuerdos de coalición que el Primer Ministro Biniamin Netanyahu estaba negociando, el resultado para la economía nacional haría sido incomparablemente peor.

Adrián, nacido en Montevideo, es columnista, analista y comentarista en Calcalist, el diario económico con más tiraje de Israel, perteneciente al Grupo Yediot Ahronot. Su opinión es requerida también en programas de radio y televisión, como la radio pública KAN en español, el programa “Antes de las Noticias” en el Canal 13 de la tv israelí, “¿Dónde está el dinero?” en la emisora 103FM y “Boker tov Israel” en la emisora Galei Tzahal.

 

P: Adrián, un gusto pode entrevistarte, aunque el tema sea complejo y negativo. Israel va nuevamente a elecciones y se comenta por todos lados que eso sale mucho dinero. Entiendo que se puede calcular con claridad de cuánto se trata.

R: Así es. El Ministerio de Finanzas calculó que eso saldrá aproximadamente 475 millones de shekel o sea cerca de 130 millones de dólares. Eso incluye todos los gastos directos en la preparación de las elecciones y su realización.

P: Los aspectos, digamos, prácticos…

R: Claro. Sueldos de todos los que trabajan para las elecciones, antes, durante y después de las mismas, todo lo necesario para que se puedan llevar a cabo. A esa  suma hay que agregarle otros 1200-1500 millones de shekels que es lo que pierde la economia israeli por el feriado nacional. O sea que en total estamos hablando de casi 2.000 millones de shekels.

P: Se cuente inclusive, claro, lo que cuesta imprimir las papeletas con los nombres de los partidos.

R: Por supuesto. Todo lo necesario para que haya elecciones.  Es natural que se gaste presupuesto en eso. Pero no lo es que haya que volver a votar tan poco después de las elecciones anteriores. Recordemos que ya lo hicimos el 9 de abril.

P: Y ahora, se lo hará nuevamente el 17 de setiembre.

R: Exacto. Ahora, claro que siempre hay un gasto que es un daño económico, pero esta vez más aún, es una situación especial. Tengamos en cuenta que este proceso empezó el 28 de diciembre del 2018 cuando se disolvió la Kneset anterior, la número 20. Cuando no hay Kneset y no hay gobierno, no se puede hacer nada, se tranca toda la política economica, no se puede tomar decisiones. No se puede subir impuestos ni bajar impuestos, cortar o agrandar presupuestos ni realizar cambios estructurales para fomentar el crecimiento , porque el gobierno es interino. Todo tiene que ser aprobado por el asesor legal del gobierno. Hay muchas limitaciones.

Ahora, calculemos: en setiembre son las elecciones, luego son las fiestas, se iniciará la negociación de coalición y ya casi se nos termina el 2019. O sea que este año, a nivel económico, es un año perdido.

P: Me imagino que aquí hay cosas que pasan también por lo psicológico, no sólo por lo formal, por la sensación de que todo está en el aire.

R: Exacto. Precisamente por eso iba a decir que lo que hay que tener en cuenta es que este año hubo un estancamiento total no sólo a nivel del sector público, que como expliqué no puede hacer nada, sino también a nivel del sector privado. Es que es sabido que cuando hay elecciones es un momento de inestabilidad porque no se sabe cuáles serán las políticas. Y por sobre todas las cosas , hay incertidumbre total. En momentos así, las empresas, deciden esperar antes de invertir, de comprar, de emplear a alguien. Los contratistas de construcción prefieren esperar antes de construir un edificio para ver qué pasa con los impuestos. También alguien que quiere comprarse un auto, por dar un ejemplo, pospone consumo. Todos esperan y cuando todos esperamos y postergamos, se estanca la economía.

Pero además, dado que el gobierno, entre elecciones, es solamente de transición, no puede tomar medidas que ahora serían muy necesarias como subida de impuestos, por ejemplo, para lidiar con el déficit fiscal que está por llegar a un 4% del Producto Bruto Interno, una suma que se acerca a los 50 mil millones de shekel  (casi 14 mil millones de dólares) .

P: O sea que de todos modos, ir a elecciones nuevamente, es una complicación económica.

R: Sí. Todo esto es muy serio. Pero yo considero que habría sido mucho peor si en lugar de ir a elecciones, Netanyahu hubiera tenido éxito en formar la coalición que estaba negociando.

P: ¿A qué te refieres? ¿No es contradictorio?

R: No. El daño económico que habría causado al Estado lo que estaba pactando con sus socios de coalición, habría sido enorme, mucho peor que el gasto de una jornada electoral.  Ir de nuevo a elecciones, claro que sale dinero. Pero los acuerdos de coalición irresponsables que estaban negociando, habrían costado muchísimo más.

Y lo afirmo en base a datos  que ya se habían anunciado oficialmente sobre lo que estaba siendo pactado en esas negociaciones de coalición, la implementación de esos acuerdos hubiera costado 20.000 millones de shekel.

Un problema con nombre y apellido: Moshe Kahlon

 El Ministro de Finanzas Moshe Kahlon (Foto: GPO)
El Ministro de Finanzas Moshe Kahlon (Foto: GPO)

P: Suena a suma suma exorbitante.

R: Lo es debido a que los partidos de coalición explotaron al máximo la delicadísima situación legal de Netanyahu que lo ha debilitado y convertido en un político altamente al que se puede chantajear a nivel político.

P: Porque los partidos de oposición ya habían aclarado que no se sentarían con Netanyahu dado que pende sobre él un acta de acusación por sospecha de corrupción. O sea que quienes sí negociaron con él, consideraron que no tiene alternativa.

R: Exacto. Pero a todo esto se  agrega un elemento clave. En esas negociaciones, se había prometido a Moshe Kahlon volver a ser Ministro de Finanzas. Y eso sería terrible.

P: ¿Por qué?

R: Porque eso es querer resolver el problema del déficit  fiscal a través del nombramiento del Ministro de Economía responsable de la creación de dicho déficit fiscal. Antes de Kahlon Israel estaba en una excelente posición fiscal. Él entró a su cargo en un momento muy alto y dejó al Ministerio de Economía en un estado catatónico. Es como que te atiendas con un médico que te opera mal y le pidas a él que vuelva a operarte para resolver el problema. No creo que ninguna persona en su sano juicio haga algo así.

P: Creo que una de las preguntas relevantes al respecto es si Kahlon hizo todo lo que estás describiendo porque esa es su concepción social, o porque lanzó todo el tiempo economía de elecciones.

R: Todo el tiempo economía de elecciones. Al respecto hay bastante consenso. Lo estuvo haciendo desde el día que entró. Es más, tampoco lo negó en ningún momento. El siempre dijo “yo soy un político y siempre estoy preparado para las próximas elecciones”.

P: ¿Así nomás?¿Con esas palabras?

R: Sí, varias veces.

P: ¿Pero no es resultado de su auténtica visión social?

R: Él tuvo una política muy populista. Está lo que se llama la izquierda económica y la derecha económica. La izquierda económica dice “nosotros queremos que haya más Estado”, o sea que la mayoría de los servicios  y productos sean dados por el Estado. O sea, más gasto público. Para eso se necesita subir los impuestos porque para que haya más gasto público hace falta más ingreso público. Quiere un Estado fuerte, un Estado benefactor.

Y está la derecha que dice “quiere menos Estado”.

P: Liberalismo…

R: Claro. Más mercado que Estado. Entonces quieren impuestos más bajos y gastos más bajos. ¿Pero qué hizo Kahlon? La mitad de cada lado. Gastos más altos e impuestos más bajos. Eso es populismo. No se puede vivir en rojo permanente. En algún momento va a estallar el problema. Es lo que nosotros escribimos todo el tiempo contra Kahlon: si quiere gastar más, gaste más, pero suba los impuestos. Y él dijo “yo no subo impuestos”.

En un momento en el que se sabe que no se puede dar sino que hay que sacar, y está Kahlon como una especie de Santa Claus populista, ponerlo a él como Ministro de Economía, era algo sumamente peligroso.

 

Sobre la estabilidad de la economía israelí

P: ¿Cómo se llegó a un déficit de casi un 4% , se  siempre se habla de lo estable, equilibrado y responsable de la economía israelí?

R: La economía está muy bien. El problema es que el gobierno, concretamente el Ministro de Finanzas Moshe Kahlon, condujo una política fiscal irresponsable y populista. Aumentó violentamente el gasto público, subieron mucho diversas subvenciones, dieron aumentos a los policías, bomberos, soldados, a los sobrevivientes de la Shoá, a los jubilados. ¿A quién no?. Y por otro lado Kahlon bajó los impuestos de forma que no tiene parangón. Ambas cosas juntas, evidentemente-y esas fueron también las advertencias del Banco Central y también de organismos internacionales- en algún momento iban a generar un abismo y un déficit fiscal sin precedente por mas que no hay crisis ni recesión: Por más que hay una ralentización económica como en toda la economía mundial, que tiene mucho que ver también con la guerra comercial entre China y Estados Unidos, la economía israelí está creciendo bien, a un buen ritmo, algo más de un 3%,.

P: El que haya por un lado un porcentaje de crecimiento bastante bueno y por otro lado que me hables de ralentización económica ¿No es una contradicción?

R: No. Cuando hablo de ralentización económica me refiero a que ahora la economía crece un poco menos que antes. Hace unos años crecía a un 4%. Ahora a un 3%. La economía sigue creciendo pero un poco menos que antes. No hay recesión en Israel sino un crecimiento más lento.

Adrián Filut, entrevistando al entonces candidato Moshe Feiglin en la conferencia de
Adrián Filut, entrevistando al entonces candidato Moshe Feiglin en la conferencia de»Calcalist»

 

¿Y la revolución judicial?

P: Del tema económico, salvo en la prensa económica, se ha dicho mucho menos. La gran tormenta de los últimos tiempos es por la revolución jurídica que parece que Netanyahu quería hacer. ¿Hay alguna conexión entre ambos puntos?

R: Por supuesto, aunque no parece inmediata. Lo que descubrimos en estas cinco semanas de negociaciones para formar coalición, es que Netanyahu tenía un plan maestro desde el primer día de hacer pasar la cláusula que permita sobreponerse a decisiones de la Suprema Corte de Justicia, la ley de inmunidad, debilitar el sistema judicial y varios elementos más como incluir en los nombramientos políticos también a los asesores legales de los ministerios. Eso sería un retroceso en el Estado de Derecho.

El tema es que todas estas iniciativas, que considero Netanyahu estaba promoviendo por sus intereses personales, relacionados a las tres cargas penales pendientes en su contra, también podría tener incidencia en la parte económica, que es la que estamos analizando en esta entrevista.

P: ¿En qué sentido?

R: La literatura económica está llena de investigaciones que muestran una relación positiva entre un sistema judicial fuerte y el crecimiento económico, entre un fuerte sistema de controles y equilibrios y el crecimiento económico, el Estado de Derecho y la prensa libre y el crecimiento económico y así sucesivamente.

P: Estás diciendo que lo que podría parecer solamente un tema que atañe a lo jurídico, en realidad incide a la larga también en lo económico.

R: Totalmente. Sin lugar a dudas. Es lo que se llama economía institucional, o sea la explicación de variables económicas a través de variables no económicas institucionales.Sabemos que la calidad de las instituciones tiene una incidencia impresionante en el producto, en el crecimiento económico. Y por supuesto que la corrupción tiene una incidencia negativa en el crecimiento económico.

O sea, resumiendo: todo esto- el nombramiento de Kahlon como Ministro de Finanzas y todos estos cambios jurídicos- habría causado un año económico muchísimo mayor que el gasto directo de las elecciones.

P: Veamos pues qué sucede después del 17 de setiembre. Muchas gracias Adrián.

R: A vos.

 

http://www.semanariohebreojai.com/articulo/944

 
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