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| viernes marzo 29, 2024

Pizzería Sbarro, 9 de agosto, uno de los peores atentados en Jerusalem


Frimet (65) y Arnold (67) Roth, residentes en Jerusalem, no tienen descanso. Un enorme vacío se abrió en sus vidas el 9 de agosto del 2001 cuando su hija Malki, de tan solo 15 años, fue asesinada en la explosión en la pizzería Sbarro en el centro de la capital, una de las numerosas víctimas. También hubo 130 heridos. Fue un atentado suicida en el que un terrorista detonó 10 kilos de explosivos que llevaba escondidos en una guitarra. Pero tuvieron que seguir adelante. Tienen varios hijos más, entre ellos la hermana menor de Malki, que nació con discapacidad.

“No nos recuperamos sino que funcionamos”, nos dijo Frimet , al recibirnos en su casa en el barrio Ramot.

Al dolor por la pérdida de su hija, se agrega la angustia por la sensación de injusticia, que fácilmente se podría haber evitado. Tiene nombre y apellido: Ahlam al-Tamimi, la terrorista palestina jordana que fue clave en la células de Hamas que organizó el atentado. Estuvo presa en Israel. A pesar de las súplicas y lucha de los Roth, fue liberada en octubre del 2011 por Israel en el intercambio para recuperar al soldado Gilad Shalit que estaba secuestrado en Gaza en manos de Hamas.

En Jordania, Al-Tamimi vive libremente, formó familia con un primo suyo que también había cometido un atentado en Israel, y vive  vanagloriándose de lo que hizo. Estados Unidos pidió su extradición dado que tanto Malki como otras de las víctimas tenían también ciudadanía norteamericana, pero Jordania la negó a pesar del acuerdo entre ambos países, y no se ha hecho nada más al respecto.

El pedido norteamericado de detención de Ahlam al-Tamimi
El pedido norteamericado de detención de Ahlam al-Tamimi

 

Los Roth no piensan abandonar esta lucha. Les duele y les cuesta un gran esfuerzo emocional. Pero no pueden rendirse. Aunque a Malki, ya lo saben, no la podrán recuperar.

 

P: Frimet, esta entrevista es en recuerdo de su hija Malki, asesinada a los 15 años en el atentado terrorista en la pizzería “Sbarro” de Jerusalem, pero es también un intento de lograr justicia. Y esto lleva nombre y apellido: Ahlam al-Tamimi. Hoy quieren lograr que sea extraditada a Estados Unidos desde Jordania. Pero la lucha en relación a Tamimi comenzó mucho antes ¿Verdad?

R: Así es. Cuando su nombre apareció en la lista de los terroristas que iban a ser liberados en el intercambio por Gilad Shalit , que finalmente se concretó en octubre del 2011, ya comenzamos a mandar cartas a las autoridades para que no se la libere. Ella es especial en su maldad, en su crueldad. Mató a 16 personas. Se dice 15 pero en realidad son 16 porque una persona se halla en coma desde entonces. Eso no es estar vivo.

P:¿A quién escribieron para impedir su liberación?

R: Al  Primer Ministro, a diferentes figuras, tratamos de influir en la opinión pública, escribimos artículos. Pedimos que saquen su nombre de la lista. Nadie escuchó. Después Netanyahu dijo que había enviado cartas a las familias de todas las víctimas, sobre la liberación de los asesinos. No es cierto. Ninguna carta.

P: ¿A qué cartas se refería?¿Para qué?

R: Para disculparse, para expresar su pesar…no sé. Así dijo. Yo llamé a su oficina a preguntar dónde está esa carta, porque nosotros no habíamos recibido nada. Hablé con alguien de la oficina y oí que a su lado alguien decía “Dile que las cartas fueron llevadas anoche al correo”. Mentira. Nos mintió con mucha facilidad. Claro que no es que la carta habría cambiado nada. Eso es aparte. Y eso no es todo. También le permitieron de hecho juntarse con quien es hoy su esposo, formar una familia.

Netanyahu dijo en su momento “la exilamos a Ammán”. ¿Exilamos? ¡Si ella creció allí! Había dejado Ammán sólo por unos dos años, vino a estudiar acá y a asesinar. Estudiaba periodismo en Cisjordania, trabajaba en la televisión. Pero de hecho es jordana. Así que eso no fue ningún exilio. La devolvieron donde estaba su familia. Y cuando permitieron a su primo salir de la cárcel, donde se habían comprometido, le permitieron ir a Ammán. Cuando tratamos de impedirlo hubo presiones del mundo, que no se puede separar a una pareja comprometida. Recordemos: ambos estaban en la cárcel por asesinato. Él mató a un israelí y ella a 16.

P: Así que esa fue la segunda parte de la lucha…tratar de impedir que él pueda ir a Jordania a juntarse con ella.

R: Así es. Estábamos por presentar el caso ante la Suprema Corte de Justicia para frenar la posibilidad que él pase a Jordania. Nos llamaron de uno de los ministerios, no recuerdo cuál, y nos pidieron que esperemos, que no avancemos con eso. Así lo hicimos, pensando que lo pedían porque algo estaba por cambiar. Pero a las pocas horas nos enteramos de que ese terrorista había cruzado la frontera a Jordania. La Suprema Corte lo habría impedido, porque esas eran las condiciones de su liberación, pero el gobierno fue el que intervino para que el resultado sea otro.

P: ¿Cómo lo explica?

R: Yo podría intentar explicar lo que hizo Netanyahu, pero quedaría muy mal. Lo que tengo para decir es que no le importa.  Que lo que le importa es seguir siendo Primer Ministro. ¿Para qué liberó a todos esos asesinos? Porque sintió que eso fortalecería su posición. Recordemos que en el 2011 fue la protesta social por la carestía de vida. Varios comentaristas analizaron que Netanyahu sintió que  si liberaba a todos esos asesinos para recuperar a Guilad Shalit, eso calmaría a la población, que la atención iría para otro lado.

P: Yo no estoy tan segura, pero usted dice que esa fue la suposición.

R: Así es. Es un horror lo que pasó. En ningún otro país los habrían liberado.

 

Un monstruo

P: Una de las consideraciones es pensar si los liberados vuelven a dedicarse al terrorismo. Pero no es sólo eso ¿verdad?

R: No, no es sólo eso. Es también el tema de la injusticia. Ahlam el-Tamimi se dedica desde entonces a incitar al terrorismo, desde el momento que fue puesta en libertad. No descansa ni un minuto. Está en televisión, en Twitter, en Facebook. Viaja por todo el mundo árabe. Ya ha estado en por lo menos 7 países árabes en los últimos años. Se presenta ante multitudes que la apoyan. ¡Eso es incitación! Se vanagloria de lo que hizo. Es explícita al respecto. Concedió numerosas entrevistas en las que cuenta orgullosa lo que hizo.

P: ¿Y usted puede mirar esas entrevistas?

R: Sí las he mirado. Sin duda. Quiero escuchar directamente lo que dice sobre lo que hizo. Y una de las cosas que me rebelan es que se la suele presentar como  mera asistente..¡Eso no es cierto! Ella fue el cerebro del atentado y ha descripto con exactitud lo que hizo. Dado que era periodista, le dejaban fácilmente entrar a Jerusalem, a la parte occidental. Así que entró y salió varias veces para buscar un lugar con mucha gente. Dijo explícitamente que buscaba un lugar con muchas mujeres y niños.

P: No lo escondió en ningún momento sino todo lo contrario.

R: Exacto. Fue ella quien encontró ese lugar porque estuvo observando y llegó a la conclusión que allí a esa hora había muchas mujeres con sus hijos, en medio de las vacaciones de verano, que salían a almorzar. Fue ella quien entregó los 10 kilos de explosivos al terrorista suicida y lo acompañó por todo el centro de Jerusalem. Y otra cosa me subleva es que la policía tenía información que hay un terrorista dando vueltas por la ciudad. Pero no cerraron el centro. Podrían haberlo hecho. Lo hicieron en otras ciudades más adelante cuando recibieron una información de ese tipo. Una vez lo hicieron en Haifa. No recuerdo cuál era la otra ciudad. Sabían que habría una explosión.

P: Claro que es como hallar una aguja en un pajar. No van exactamente con un cartel mostrando quiénes son.

R: Para eso está la policía. Claro que no. Iban disfrazados de turistas y hablaban en inglés. O sea, no sé si el terrorista suicida hablaba, pero ella sí, para que no sospechen. Así fue que llegaron al lugar elegido, ella le dio las instrucciones y le dijo “no explotes todavía, dame un cuarto de hora para alejarme”. Ella no quería suicidarse. No me parece que todo esto permita presentarla a ella como una mera ayudante. Fue clave en todo esto.

P: Todo aquel que es capaz de cometer una matanza así es un monstruo, también si hay menos víctimas. ¿Por qué usted dice que ella tenía una crueldad especial?

R: Ante todo sí hay que tomar en cuenta la cantidad de gente que mató. ¿Sabes que eso es equivalente a 650 muertos en Estados Unidos? ¿Cómo reaccionarían allí ante una situación así? ¿Habrían liberado a la terrorista asesina?

Pero además, toda su forma de referirse al atentado. Un periodista israelí hizo una película sobre el atentado y la entrevistó cuando ella estaba presa aquí. Le preguntó si sabe cuántos niños murieron en la explosión y ella dijo, sonriente: “Tres, creo que tres”.Y él corrigió: “8”. Ella sonrió más todavía y dijo “¿Ocho? Pues ocho”, evidentemente satisfecha. Esa es una crueldad especial. Y no se ha arrepentido de nada sino todo lo contrario, está orgullosa, cuenta feliz sobre lo que hizo y con eso también alienta a otros. Se cuida de llamar explícitamente a otros a salir a cometer atentados, pero es de hecho lo que hace, disfrazándolo de llamado a “luchar por el pueblo palestino”.

¿Y la paz?

P: Hoy en día está claro que no hay ninguna posibilidad de acuerdo en el horizonte. Pero cuando usted ve esa incitación ¿se pregunta si acaso es concebible mientras hay incitación de ese tipo, mientras se sigue glorificando a los terroristas?

R: Yo no quiero entrar en eso porque no está directamente vinculado a nuestra lucha por conseguir la extradición de esta terrorista. Pero sí puedo decir que ella incita continuamente. Si eso significa que no hay esperanza de un acuerdo de paz futuro, no lo sé. Yo sí puedo hablar sobre ella, porque la seguimos y sabemos siempre qué está haciendo. Y lo que nos interesa es que se haga justicia. Y si ella vive libremente, feliz, sin sentirse amenazada, eso alienta a otros a seguir sus pasos. Pero no puedo decir nada sobre opciones de paz en el futuro, no lo sé.

P: Mi pregunta es si es concebible un futuro de paz mientras se siga incitando al terrorismo.

R: Claro que no. Eso es absolutamente imposible.

La lucha por la extradición

P: ¿En qué consiste vuestra lucha actual, iniciada ya hace años?

R: Estamos en contacto telefónico y por e mail con gente de la administración norteamericana, el Departamento de Estado y el Congreso. La lucha es por la concreción del pedido de extradición de Ahlam al-Tamimi que Estados Unidos presentó ya hace años a Jordania, basado en el acuerdo de extradición que suscribieron ambos países en 1995.

P: Casi podría imaginarme los problemas que enfrentaría el Rey Abdallah si aprobara esa extradición, por el radicalismo contra Israel y por la mayoría palestina en la población del reino.

R: Pero por otro lado puede haber presión de Estados Unidos, que influye mucho. Recordemos que él recibe gran ayuda financiera de Estados Unidos, clave para su reino. Pero en lugar de advertirle, le dan honores, lo invitan a la Casa Blanca, lo elogian como socio en la guerra contra el terrorismo,lo cual es ridículo por cierto.

P: Lo dicen por su participación en la coalición contra ISIS, el Estado Islámico. ¿Qué respuestas reciben de Estados Unidos?

R: De algunos, ninguna. En el Departamento de Justicia nos dicen “estamos con ustedes y también luchamos, esperamos que se haga justicia”. El Departamento de Estado es otro mundo.

 

La vida después de la tragedia

P: Frimet, en medio del dolor por el asesinato de Malki, siguen adelante, pero también lidian con otro problema, por vuestra hija con necesidades especiales.

R: Así es. Nació con muchos problemas. Hoy tiene 24 años. Recién hace dos semanas supimos en qué gen hubo una mutación que al parecer es la responsable de todo lo que le pasa.

P: ¿Se pueden comunicar con ella?

R: Muy poquito.

Malki con su hermanita menor, que nació con numerosos problemas de salud
Malki con su hermanita menor, que nació con numerosos problemas de salud

 

P: Y la familia es mucho más grande.

R: Sí, tenemos varios hijos más, no me gusta entrar en detalles. Y gracias a D´s, también nietos.

P: Cada hijo tiene su lugar en la vida. Y me pregunto si acaso el dolor por Malki (z”l) y esta lucha jurídica en la que no consiguen avanzar, los ha llevado en algún momento a usted y su esposo a preguntarse para qué seguir.

R: No, nunca.

P: ¿Se puede separar entre la vida diaria y esta lucha?

R: Por supuesto, hay que hacerlo, hay que separar entre el dolor, el duelo y la nostalgia por Malki, que siempre nos acompañan, y la felicidad con los nietos, y también separar todo de la lucha jurídica. Jamás consideramos siquiera dejarla de lado. ¿Por qué tendríamos que hacerlo? Esa mujer asesinó a nuestra hija. ¿Por qué vamos a dar el brazo a torcer? Logramos mucho al conseguir que Estados Unidos pida la extradición en el 2017, cuando se desclasificó el acta de acusación contra esta terrorista, que antes estaba cerrada. Fue el rey Abdallah quien decidió no extraditarla. Se presenta como monarca democrático, pero está claro que no lo es. Un tribunal jordano determinó que el acuerdo de extradición no está vigente, pero claro que lo está, está firmado y en base a él también han extraditado ya a Estados Unidos a otros ciudadanos jordanos, por otros crímenes.

Numerosos dibujos infantiles, evidentemente hechos por los nietos de los Roth, adornan el salón y la cocina.
Numerosos dibujos infantiles, evidentemente hechos por los nietos de los Roth, adornan el salón y la cocina. Se sigue adelante por ellos, con dolor.

 

Y así era Malki…

La familia Roth en tiempos más felices, completos, con Malki
La familia Roth en tiempos más felices, completos, con Malki

 

P: Frimet ¿Cómo quisiera que se recuerde a Malki? ¿Me puede contar de ella?

R: Nos hace tanta falta que a veces me cuesta creer que estuvo viva.

P: ¿Por qué pasaron muchos años?

R: No. Es algo que sentí enseguida. Nos fue arrebatada en forma tan repentina, no está, y es difícil hoy recordar que antes de eso la vida era tan feliz, que la familia estaba completa y ella estaba con nosotros. Malki irradiaba alegría, felicidad, mucho amor. Era una niña especial. Y al mismo tiempo, una niña normal de su edad. Era muy sociable, activa en el movimiento “Ezra”. Pasaba allí varias horas por semana , era como su segunda casa. Le gustaba mucho estar con sus amigas. Dejó un diario del último año de su vida, donde escribió detalladamente todos los días lo que hacía, sus conversaciones con sus amigos.

 

P:¿Ustedes sabían de ese diario?

R: No, lo encontramos después.

P: ¿Y qué les hizo hallarlo cuando ella no estaba?

R: Fue muy difícil leerlo. También ahí quedaba claro lo especial que era. Dedicó mucho tiempo a ayudar a niños con limitaciones, también a su propia hermana. No era sobreentendido todo lo que hacía. Mis otros hijos no lo hacían y no lo hacen tampoco hoy. Pero Malki sí. También fuera de casa tenía actividades voluntarias con esos niños. Una vez dedicó todo el verano a ayudar a una madre sola que tenía un niño con Canavan. Iba todos los días. Él falleció un tiempo después, estaba muy grave.

Con su hermana menor
Con su hermana menor

 

P: Qué alma buena…

R: Sin duda. El verano antes de su asesinato se había presentado como voluntaria para un campamento de “Etgarim”, una organización que ayuda a jóvenes con discapacidad. Ella era una de las madrijot. Lo disfrutaba mucho. Siempre buscaba dónde ayudar, dónde hacer alguna actividad voluntaria. También era muy talentosa en música. Tocaba la flauta maravillosamente. También era buena en manualidades, estaba todo el tiempo haciendo cosas. ¿Qué puedo decir? Era mi hija y aunque era chica, era como mi amiga porque era la mayor de mis hijas. Los mayores son los hermanos varones. Ella estaba justo en el medio.

P: Y quedó siempre con 15 años. Seguramente cuando usted ve a sus amigas, piensa en lo que ella habría hecho si hubiera crecido como ellas.

R: Claro, pero para eso no preciso verlas. Siempre pienso en la familia que habría podido formar. Y en lo que habría hecho. Quería trabajar en alguna profesión paramédica, aunque no sabía todavía en qué exactamente. Pensaba quizás en fisioterapia o terapia ocupacional.

P: ¿Qué lugar ocupa Malki en la familia actualmente? ¿Se la menciona con naturalidad?

R: Intentamos. Dos de nuestras nietas llevan su nombre. Una se llama Malka y la otra tiene Malka de segundo nombre, pero no se lo usa tanto. Es difícil mencionarla asiduamente. Es terrible perder a un hijo.

 

Aquella mañana…

P: ¿Usted sabía que ella iba a Sbarro?

R: No. No tenía que estar allí. Me llamó una hora antes, me dijo que se va de Ramot, nuestro barrio, estaba en la casa de una amiga-la que fue asesinada junto a ella-porque habían estado adornando la pieza de otra amiga que estaba por volver de un viaje al exterior, para darle la sorpresa.Y al salir de ahí me llamó a decirme que va al encuentro de otras amigas del movimiento juvenil, que sería en Talpiot. Iban a preparar el campamento de verano que debía comenzar unos días más tarde.

P: O sea que cuando usted oyó del atentado ni se imaginó que ella podía estar allí.

R: No, para nada. Y otros de mis hijos estaban también fuera de casa, pero ninguno tenía que pasar por Sbarro. Pero siempre tenía miedo. Por todos. Los demás, Baruj Hashem, volvieron a casa. No estaba preocupada por Malki. Pero de repente oí que no había llegado al encuentro en Talpiot. Y luego me enteré que la familia de su amiga tampoco había oído nada de ella. Nadie.  No logramos ubicarla por el celular. Nos dijeron que la red celular se había desmoronado.

P: Algo muy común a raíz de atentados con bomba. ¿Y cómo se enteraron?

R: Llevó muchas horas. Yo fui al hospital Shaarei Tzedek con la mamá de su amiga.

P: Deseando seguramente que esté herida.

R: Claro. La buscamos allí. La otra madre encontró a su hija, pero falleció poco después a raíz de las graves heridas. Yo no encontré allí a Malki. Del hospital llamaron a Abu Kabir, el instituto de Medicina Forense, y dijeron que no estaba allí, en base a mi descripción. Buscamos en otros hospitales. También mi esposo. Recién de noche la encontraron en Abu Kabir. Llevó mucho tiempo, no sé por qué, desde que trasladaron su cuerpo desde Sbarro a Abu Kabir. Y hasta hoy me carcomo por no haber ido a Abu Kabir. Fue muy difícil. Mi esposo tampoco fue.Enviamos a nuestros hijos mayores, los varones. Ellos la reconocieron. Yo no la vi y me arrepiento hasta hoy. Podría haberla visto una vez más, pero no fui.

P: Quizás mejor Frimet…

R: No sé…hasta hoy pienso en eso. Nuestros hijos nos dijeron por teléfono que era ella. Eran las 2 de la madrugada…pero claro que ya antes tuvimos claro que …Malki había muerto.

 P:¿Le ayuda ser creyente en el esfuerzo para seguir adelante?

R: No, no ayuda. Para nada. Sólo hace plantear más preguntas. Tengo mis preguntas, aún las tengo. Pero no tengo respuestas. Es muy difícil. Por mis otros hijos, tenía que seguir enseguida haciendo las cosas. Apenas terminó la shivá, la semana de duelo, fui con mi hija chica a la piscina. Volví a nadar. Nado todos los días. Pero no es recuperarse. Es simplemente funcionar. No nos recuperamos nunca.

P: O sea que todos los días tiene que tomar la decisión de seguir adelante…

R: Así es.

P: Recordándola…

R: Siempre. Quiero que se la recuerde como la luz que era. A ella y a todas las víctimas. Hubo tantas…Casi una familia entera murió allí. Los padres y tres de sus hijos. Un poco antes de que llegues hablé con una madre con la que estoy en contacto, que perdió en el atentado a su hija única, que estaba embarazada. Iba a nacer su primer nieto. Todo se perdió. No puede haber otro dolor así.

Y pido que todos los recuerden. Y que publiquen lo que nos hizo esa asesina, que vive libre y feliz, orgullosa de lo que hizo, disfrutando con nuestro dolor, que la alegra. Es importante recordar que ella quiere que suframos, quiere que lloremos. Ese es su objetivo.

P: Yo voy a publicar todo lo que usted me ha dicho.

R: Muchas gracias. Gracias por publicarlo.

 

 

 
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