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| miércoles abril 24, 2024

Arabia Saudita e Israel: ¿Quién necesita a quién?


Las tensiones en el Golfo Pérsico estan aumentando debido a la inestabilidad extrema y la desconfianza , especialmente entre el Irán chiita y la Arabia Saudita sunita. El apetito de Estados Unidos por la participación militar ha disminuido después de casi dos décadas de guerra y la región carece de cualquier forma de marco de seguridad colectiva, lo que deja un vacío de seguridad considerable. Las propuestas de los estados del Golfo a Israel son parte de un esfuerzo por salvar el compromiso de seguridad de Estados Unidos con el área y, al mismo tiempo, apuntalar una relación que pueda mitigar la creciente influencia de Teherán.

 

La relación entre Israel y Arabia Saudita se ha vuelto mas cordial durante algún tiempo. Ambos países estaban alarmados por lo que sus respectivos gobiernos vieron como la debilidad de la administración de Obama ante un Irán en ascenso. Ambos se opusieron al acuerdo nuclear de Irán (el Plan de Acción Integral Conjunto, o JCPOA). Ambos quieren que se tomen medidas mucho más estrictas contra la creciente influencia de Teherán, sobre todo en Siria. Pero con todo eso dicho, Israel, que no importa nada del Golfo, preferiría no interferir directamente en el conflicto saudí-iraní, ya que es poco probable que se beneficie de tal interferencia y de hecho podría verse seriamente perjudicado.

 

A los estados del Golfo alineados con Arabia Saudita les gustaría revitalizar el interés de Washington en la región, pero esta agenda es más difícil de vender que antes, y no solo porque los estadounidenses se han cansado de la participación militar en conflictos distantes. El presidente Donald Trump declaró abiertamente que Estados Unidos no necesita el petróleo del Golfo y afirma que los beneficiarios de este comercio deben cuidarse a sí mismos solo con el apoyo general y el respaldo de Estados Unidos.

 

Ademas del desafío el cual enfrenta Riad, se le suma la imagen empañada de su liderazgo. El príncipe heredero Muhammad bin Salman fue ampliamente condenado (aunque de manera ineficaz) por ordenar presuntamente el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, y el reino es cada vez más criticado por su conducta en la guerra de Yemen. Una de las pocas jugadas abiertas para Riad es hacer propuestas pacíficas hacia Israel, una medida que probablemente impulsará sus acciones en Washington incluso si ofrece otros potenciales beneficios.

 

Arabia Saudita sufre graves consecuencias derivadas de sus enfrentamientos con el Irán chií y sus representantes. Aproximadamente la mitad de la producción de petróleo del país se interrumpió, 5 millones de barriles por día, como resultado de los ataques por drones {aviones no tripulados} lanzados desde Yemen por los rebeldes hutíes -quienes estan respaldados por Irán. Los ataques del 14 de septiembre de 2019 tuvieron como objetivo  las extensas instalaciones petroleras de Saudi Aramco en Abqaiq. Según el sitio web de Al- Masirah, un canal de noticias por satélite dirigido por los hutíes, el grupo promete ataques adicionales si las fuerzas de la coalición saudí no se retiran de Yemen.

 

El ataque demostró que Riad es vulnerable a los ataques de Teherán y sus representantes. Más ataques hutíes contra el negocio petrolero saudí serían desastrosos porque el petróleo es el pilar central de la economía del reino y la piedra angular de su desarrollo. Según los últimos datos del FMI, los ingresos de petróleo representaron alrededor del 85% de las exportaciones de Arabia Saudita y casi el 90% de los ingresos fiscales, y el sector petrolero comprende más del 40% del PIB total. El déficit presupuestario de Arabia Saudita cada año, dependiendo del precio del crudo Brent, es de 40.000 a 60.000 millones de dólares.

 

Arabia Saudita necesita urgentemente una ruta alternativa para la exportación de su petróleo, y esa es una razón más para las propuestas de Riad hacia Jerusalén. El reino ya está hablando con Israel sobre un gasoducto a Eilat, a solo 40 km de distancia, para la importación de gas natural israelí. Por extensión, esta ruta podría desarrollarse como una forma alternativa de llevar petróleo saudita al puerto de Haifa para exportarlo a Europa y Occidente. Esta sería una forma mucho más segura y rápida de garantizar las exportaciones sauditas hacia el oeste, ya que evitaría la agresión iraní en el Estrecho de Ormuz y el Estrecho de Bab al-Mandeb en el Mar Rojo. También ahorraría las considerables tarifas de tránsito que implica cruzar el Canal de Suez.

 

Esta ruta podría abrir un nuevo mundo de mercados de exportación para Arabia Saudita. Por el momento, el reino está buscando importar gas natural, pero con el tiempo, puede avanzar para desarrollar sus propias reservas de gas natural, que son las quintas más grandes del mundo.

 

Israel está desarrollando sus reservas de gas natural, pero no posee lo suficiente para justificar la construcción de un gasoducto de exportación a Europa. Sin embargo, un vínculo con Arabia Saudita podría inclinar la balanza a favor de un oleoducto del Mediterráneo Oriental, que podría ser extremadamente lucrativo para ambos socios.

 

Ya sea que Arabia Saudita esté presionando por la guerra con Irán o no, sus opciones para evitar una se están reduciendo. El reino, que está dentro del alcance de los misiles iraníes, tiene mucho más que perder con una guerra así que Irán. «Arabia Saudita no apoyará una guerra con Irán para evitar ataques», dijo Joshua Landis, director del Centro de Estudios de Oriente Medio de la Universidad de Oklahoma.

 

Teherán sigue aprovechándose de las numerosas perturbaciones en Oriente Medio para difundir su influencia. Está formando un puente terrestre para conectar Irán a través de Irak con Siria, la frontera israelí en el Golán y el Líbano (la «Media Luna Chiíta»). Los chiítas representan solo el 10% de la población musulmana del mundo, pero son una gran mayoría en Irán, que ha utilizado los movimientos chiítas en otros lugares para afirmar su hegemonía regional.

 

Una media luna chiita completa representaría un serio desafío para los intereses saudíes en la región. Amenazaría rutas comerciales vitales y la seguridad de la región en su conjunto. Haría aún más complicada la intervención en áreas dominadas por Irán, dado el potencial de escalada entre Arabia Saudita y las fuerzas respaldadas por Irán. En términos más generales, la presencia iraní alimenta un sectarismo creciente que representará una amenaza para la estabilidad regional en los próximos años. Riad hará todo lo que pueda para mitigar esa amenaza, llegando incluso a extender una mano amiga a Israel.

 

Traducido paara Porisrael.org por Esther Sterental

 

https://besacenter.org/perspectives-papers/saudi-arabia-israel-overtures

 
Comentarios

No de A.Saudita a HAIFA sino a ASHKELON por intermedio de un oleoducto existente que va desde EILAT

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