Durante más de una década, Alberto Nisman investigó el peor ataque terrorista cometido jamás en suelo argentino: el atentado contra la sede de la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina) en Buenos Aires (1994). Hubo ochenta y cinco muertos y centenares de heridos. Hace cuatro años, el fiscal federal daba los últimos retoques al informe en el que acusaba a la entonces presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner –y a decenas de personas más– de ayudar a encubrir la responsabilidad de la República Islámica de ...