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| viernes abril 19, 2024

La experiencia israelí en niños con trauma por misiles, es aplicada en zonas de desastre en América Latina

Voluntarios de IsraAID trabajan en Colombia, México, Guatemala y Puerto Rico


Yotam Politzer en Grecia, ayudando a refugiados sirios

Mucho después de apagados los reflectores de la televisión tras una catástrofe, cuando el terremoto de turno o el último huracán ya no son noticia, los voluntarios de la organización israelí IsraAID siguen trabajando. Tienen claro, por su experiencia de larga data en este campo, que tras la prestación de la primera ayuda de urgencia, hay aún mucho trabajo por hacer.

Es por eso que su gente, tanto los israelíes mismos como los voluntarios locales en cada lado capacitados por ellos, aún se encuentran en México, más de 2 años después del terremoto, en Puerto Rico más de 2 años después del huracán, en Guatemala a casi un año y cuatro meses de la erupción del volcán Fuego y-el lugar más reciente de trabajo- en Cúcuta y Barranquilla en Colombia, junto a la frontera con Venezuela, a raíz de la seria crisis de refugiados venezolanos que huyeron al país vecino debido a la situación en su país.

No son escenarios idénticos. Cada uno tiene su desafío especial, aunque también hay por cierto similitudes, tratándose de ayuda a gente cuya rutina se alteró drásticamente.

Para entender qué se está haciendo, con qué desafíos lidia IsraAID, entrevistamos a Yotam Politzer, Director General de la organización.

Yotam Politzer, Director de IsraAID
Yotam Politzer, Director de IsraAID

 

P: Yotam, me habías explicado en una entrevista anterior que lo singular de vuestro trabajo es que es a largo plazo, no se trata sólo de ayuda inmediata en situación de emergencia. Eso también es así ahora en los cuatro sitios en América Latina en los que se hallan ¿verdad?

R: Así es, tanto en México (especialmente en el Estado de Morelos), en Guatemala, Puerto Rico y Colombia. Hay allí mucho trabajo por hacer. En primer término prestamos ayuda a largo plazo en el tema del agua, para que la gente pueda tener agua potable, y  nos dedicamos al tema del apoyo emocional. Pero también llevamos a cabo programas en cuyo marco preparamos a la comunidad para que tenga de antemano las herramientas que les permita lidiar con eventuales catástrofes, sean huracanes en el Caribe o Centroamérica u otro tipo de desastres naturales. No me refiero a la parte física, a cómo reforzar las casas sino a cómo organizar equipos de voluntarios, cómo coordinar a la gente para trabajar cuando ya surge la situación de emergencia.

P: Me imagino que para todo esto tienen que estar en contacto estrecho con las autoridades locales.

R: Por supuesto. Tenemos una gran cooperación por ejemplo con el Ministerio de Educación en México. Estamos trabajando allí ya en 200 escuelas y nos han pedido que lo hagamos en más. Aunque México es más desarrollado que otros países de la región, aún necesitan mucha ayuda y nosotros la prestamos en equipos combinados con mexicanos.

P: El último escenario de trabajo que se les agregó, fue la frontera entre Colombia  y Venezuela, especialmente Cúcuta y también Barranquilla, del lado colombiano por cierto . ¿Qué están haciendo allí?

R: Allí aunque también ayudamos en el tema del agua, lo central es la preparación de centros para niños, un espacio que sirve de protección, de abrazo, de apoyo para los niños que no tienen otro marco.

P: ¿Dirías que allí pasó la emergencia del gran flujo de refugiados venezolanos a Colombia y ya comenzó otra etapa distinta en vuestro trabajo?

R: No diría exactamente que terminó la etapa de emergencia. La diferencia entre una catástrofe natural y una crisis de refugiados, es que esta última es un desastre continuo. Aún siguen llegando refugiados. La situación en Venezuela no ha mejorado. Aún hay necesidades básicas que atender, pero también hay que ocuparse de la gente que cruzó a Colombia hace ya tiempo.

P: Y ustedes no son los únicos que trabajan allí.

R: Exacto, por eso hay que averiguar siempre qué hacen otras organizaciones, qué hace el gobierno a fin de entrar en el vacío, en donde hace falta la ayuda. De alimentos y medicamentos se ocupan más que nada la Cruz Roja, la ONU, pero como no vimos que otro se estuvieran dedicando al tema de los niños y su educación, abordamos ese aspecto. También nos lo pidieron directamente de las Naciones Unidas, conociendo nuestra experiencia en la materia. Y es lo que estamos haciendo. Es importante hacer lo que se necesita, no lo que otros ya hacen.

P: ¿Hay algo de vuestra actividad que dirías que distingue a IsraAID?

R: Sí, nuestra especialización en trauma. Usamos modelos desarrollados en Israel para ayudar a niños que sufrieron traumas. Es que cuando hablamos de “educación”, la referencia no es solamente a aritmética e inglés, sino a proporcionar a los niños herramientas para lidiar con temores y ansiedades.

 

P: ¿Se puede comparar entre lo que viven niños en zonas de conflicto y los que pasaron un terremoto o tuvieron que dejar su país?

R: Claro que las circunstancias son distintas. En Israel conocemos bien los problemas derivados del conflicto, los niños que viven bajo alerta constante por el disparo de cohetes, sea en el sur por Gaza o en el norte años atrás por los disparos desde Líbano a Kiryat Shmona. Pero en todos estos casos, el común denominador es la sensación de inseguridad, la ansiedad continua, de estar viviendo una situación que no termina, la incertidumbre. Y todo esto es especialmente grave en niños.

Trabajando en Guatemala
Trabajando en Guatemala
Ayudando a la población en la zona donde había sido la catástrof provocada por la erupción de Fuego
Ayudando a la población en la zona donde había sido la catástrof provocada por la erupción de Fuego

 

P: Lo muy singular de vuestra actividad es que es a largo plazo. Se quedan mucho tiempo en cada lado, para ayudar a la gente luego de haberse visto muy golpeada por tal o cual catástrofe.¿Saben cuánto tiempo estarán en estos sitios de los que hemos estado hablando en Latinoamérica?

R: No sabemos de antemano. El promedio suele ser 3 años, más o menos. En Haití fue un caso extremo. Después del terremoto estuvimos 8 años.

P: ¿Es posible evaluar el tema de la frontera colombo-venezolana, que tanto depende de la situación política?

R: Cuando el tema es una crisis de refugiados, es difícil decir, porque como comenté antes, es algo continuo. En Grecia por ejemplo, donde ayudamos a refugiados de Siria, no pensamos que cuatro años después de comenzado ese trabajo, todavía estaríamos en el lugar. Es Europa…pensamos que el desenlace sería otro. Quizás la situación en Venezuela cambie y en medio año nos vayamos, es difícil decir. Pero puede ser. Claro que también puede empeorar.

 

P: ¿Cuánta gente tienen en cada lado?

R: En general para los trabajos a largo plazo tenemos equipos de entre 10 y 15 personas en cada país, entre nuestros voluntarios israelíes y los locales que se les suma, capacitados por nuestra gente. Además, cada mes o cada dos meses llegan expertos especiales por temas puntuales, por ejemplo ingenieros especializados en el tema del agua.O expertos en trauma. También pueden sumarse equipos especiales a misiones cortas de una semana o un mes, a acompañar y guiar.

El promedio es de 15 personas, pero también hay equipos más chicos u otros de 50 ó 60 personas. Depende de la situación. Nuestro enfoque es que los equipos deben ser profesionales y dinámicos, flexibles, de modo que si hay que cambiar algo, eso no resulte en un operativo demasiado complejo y engorroso.

P: Ustedes trabajan fuera de los reflectores, pero vuestro trabajo ha sido reconocido ampliamente.

R: La verdad que sí. El premio más importante que recibimos nos lo dio la Canciller de Alemania Angela Merkel por el trabajo con los refugiados sirios en su país. Y también una distinción del Presidente de Israel por Impacto Global. Toda distinción es muy apreciada.

P: Y yo agrego que también la ONU los ha destacado por vuestra actividad. Gracias Yotam y que sigan haciendo el bien.

R: Muchas gracias

 

http://www.semanariohebreojai.com/articulo/1333

 
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