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| martes abril 16, 2024

Un libro sobre actualidad y futuro, entrelazado en la vida del autor, el periodista Henrique Cymerman

Primera Parte


 

Días atrás tuve el honor de presentar en una actividad de la OLEI –la Organización de inmigrantes de Latinoamérica y España en Israel- en su sede de Jerusalem, el nuevo libro de mi muy apreciado colega y querido amigo, el periodista Henrique Cymerman, “Conversando con el enemigo”, de la editorial Nagrela. Galardonado repetidamente por su trabajo, este gran profesional enamorado de lo que hace, escribió una autobiografía cuando tiene aún mucho por cierto por lograr. Y como a los 63 se está aún muy lejos de los 120, sabemos que esta no será la última entrevista.

Disfruté en especial de prepararme para la presentación del libro, sabiendo que estaría en el estrado junto a Henrique, quien por sobre todo es una persona íntegra y auténtica, motivada por valores e ideales, que llena de sentido lo que hace. El formato que elegimos para la presentación fue, luego de unas palabras iniciales de mi parte, una entrevista en vivo ante el público, más que nada sobre su reciente viaje a Arabia Saudita y lo que está pasando entre Israel y algunos países del Golfo. Henrique, como Presidente de la Cámara de Comercio Israel-Golfo, conoce los pormenores a fondo.

La primera parte del texto que compartimos a continuación, la personal, no es lo hablado en ese evento sino la entrevista que le realizamos a Henrique hace un tiempo, cuando estaba por salir el libro.

Por separado, publicaremos en este mismo portal la entrevista que se realizó en vivo.

 

P: Henrique querido, vayamos primero a tu autobiografía, aunque eres por cierto muy joven para resumir lo vivido. Así que tendremos que ir por partes.

R: Bueno, te cuento que he cumplido 63 y me siento en el medio de la película en este momento, entonces me negué durante bastante tiempo a escribir una autobiografía. Pero cuando empezó el coronavirus y estábamos encerrados en casa, mi editor en Brasil, que es un gran amigo desde hace muchos años, me presionó. Me envió la tapa del libro, me hizo una jugarreta tremenda, con el nombre de una TED Talk que yo había hecho que se llama “Hablando con el enemigo” y una foto que consiguió sacar de Facebook. La verdad es que empecé a escribir sin ninguna seguridad de que lo iba a acabar ahora, pero tenía un tercio del libro al final del primer bloqueo de varias semanas, lo olvidé, y cuando llegó el segundo empecé a escribir de nuevo. La verdad es que se escribió solo este libro, no era mi cabeza que lo escribía, sino mi corazón.

Tengo un socio que trabaja conmigo, Gil Novick, que vino y la verdad que también confabuló contra mí: empezamos a escribir y se terminó el libro.

 

P: ¿Y por qué lo escribiste?

R: Este libro no es ni para mí ni para nuestra generación, es para las próximas, un poco intentando delinear una estrategia de lo que yo creo que debe de ser Israel cuando cumpla sus 100 años. Obviamente tiene mucho de mi vida, mi historia y mis familias -de parte materna y paterna, cada una es una película-, pero la idea es hacia dónde vamos y dónde podemos llevar este proyecto, que para mí es el más fascinante de la humanidad en los últimos 100 años.

 

P:¿Qué cosas te han marcado más, qué es lo que ha determinado el curso de tu vida?

R: Yo cuento allí episodios de antisemitismo que compartí con el Papa Francisco –  y él tenía lágrimas en los ojos – que me ocurrieron durante mi infancia en Oporto en una escuela católica, que era la mejor de la ciudad en la que yo estudié, y que creo que me marcaron con fuego para siempre. Pero obviamente (también lo hicieron) mi llegada a Israel con 16 años,  de visita, y luego anunciar a mis padres con un telegrama que me quedaba, sin que ellos se lo imaginaran, e intentar arreglar toda mi vida aquí. Luego el fallecimiento de mi padre en vísperas de los exámenes de fin del bachillerato. Tuve ocho meses para aprender hebreo y después del fallecimiento de mi padre, que era muy joven, empecé a tartamudear durante varias semanas, por el shock, y logré solo, sin ningún tratamiento, controlarlo. Luego toda una vida que realmente me hace pensar a veces, cuando miro hacia atrás, que no me creo que fui yo quien pasé tod esto. Siento que tengo una vida fascinante y no la cambiaría por nada.

 

P: ¿Y cómo han evolucionado, cambiado, las prioridades? Yo siento claramente que en distintos momentos, según las circunstancias, lo que a uno le ocurre, sin duda cambian prioridades.

R: Primero que uno alcanza la madurez, creo que hoy en día entiendo muchas cosas que hace años no entendía. Segundo que yo también enfrenté un cáncer. El  día que cumplí 50 años me descubrieron un tumor y me sacaron el riñón; la verdad es que la mayoría de la gente no lo sabe, lo escribí porque creo que es importante que la gente sepa lo que pasó. Luego, hace ya más de un año, Yael y yo nos separamos después de 15 años juntos. Somos amigos, lo llevamos muy bien, fue muy repentino, pero ocurrió. Obviamente estuve muy mal los primeros meses, fue como la muerte, pero ahora estoy mucho mejor y estoy siguiendo la vida, no tenemos tiempo para perder.

En cualquier caso, yo tengo este carácter de aventurero. Mi padre era un niño mimado, la primera generación después del Holocausto, mataron a toda su familia en Polonia mientras él estaba en Portugal. Era piloto de carreras de coches, campeón de Portugal en varias ocasiones, y le gustaba mucho el riesgo de conducir rápido, las carreras. Probablemente llevé a esto en otra dirección, pero tengo esa historia con la aventura. Tengo dos nietos desde que tengo 55 años y me parece muy raro tenerlos, los quiero muchísimo. A veces ellos no me llaman “sába” sino “sabába” ,lo inventaron ellos.

P: Hay que explicarlo….sába, en hebreo, es abuelo. Sabába, que suena parecido y por cierto rima, es una expresión en lunfardo que quiere decir alguien genial, con quien se pasa muy bien, que hace sentir bien. Divino ese invento.

R: Me parece muy raro, cuando voy con ellos por la calle hay gente que piensa que soy su padre.

P: ¿Qué edades tienen?

R: La nena tiene 7 y el nene tiene 3. Intento verles siempre que puedo, la verdad que me gustaría verles más. Yo llegué a una conclusión: yo voy a trabajar y crear hasta el último día, nunca me voy a jubilar, porque para mí lo que yo hago es un enorme placer y no pienso dejar de hacerlo mientras tenga salud. Así que creo que hay que prepararse para más autobiografías, pero por ahora sale la primera.

(continuará)

 

Henrique y sus hijos

 

 

 
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