Ignoro cuál puede ser la solución a la barbarie que perpetran los ultraortodoxos judíos, si la cárcel, el destierro, la privación de toda clase de derechos u otro tipo de castigo, pero lo cierto es que el dolor que un judío medio laico y medio metafísico como yo puede sentir cuando un hermano suyo mata a un bebé o acuchilla a una niña por la espalda es tremendo, porque es un dolor teñido de vergüenza, roído por el desánimo, erizado ...