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| viernes abril 26, 2024

Hamás sigue encontrando refugio en Turquía


A Turquía le quedan una o dos reuniones para normalizar sus relaciones con Israel, según declaró el otro día a los medios el ministro turco de Exteriores, Mevlut Cavusoglu. Las relaciones entre ambos países han sido gélidas desde 2010, cuando Ankara patrocinó una flotilla a la Franja de Gaza, territorio controlado por la organización terrorista Hamás, para intentar romper el bloqueo internacional encabezado por Israel. Varios comandos israelíes subieron a bordo de uno de los barcos, lo que provocó un enfrentamiento que se saldó con diez muertes.

Turquía sigue insistiendo hasta el día de hoy en que Israel debe levantar el bloqueo. No es un problema fácil de resolver, pero igual de espinoso es el problema del continuo apoyo de Ankara al grupo terrorista palestino. Durante años han circulado informaciones de que Turquía provee de dinero a Hamás. Pero como se trataría de fondos en metálico, a los israelíes no les resulta fácil documentarlo. Esa es la razón por la que Israel se concentra en otra exigencia: la de que se desmantelen las oficinas de Hamás en Estambul.

Las oficinas de Hamás en Turquía tuvieron gran repercusión mediática en agosto de 2014, cuandoSaleh Aruri, líder militar en el exilio de la organización terrorista, anunció que ésta se encontraba detrás del secuestro y asesinato de tres adolescentes israelíes en la Margen Occidental. Esa operación dio lugar a la extenuante guerra de 51 días entre Israel y Hamás. Aruri hizo el anuncio en Estambul, ante un concurrido auditorio, en el que había altos funcionarios turcos.

Con una mayor atención puesta sobre él, y la preocupación por el hecho de que tuviese su base operativa en el corazón de un país de la OTAN, el Departamento del Tesoro de EEUU clasificó a Aruri como terrorista en septiembre de 2015. Según informes de prensa, Aruri fue deportado después, en diciembre de 2015, aunque su salida de Turquía pudo haberse producido mucho antes.

Aunque Aruri era el más destacado miembro de Hamás refugiado en Estambul, muchos otros altos cargos de la organización palestina siguen ahí. Su expulsión de Turquía parece ser el centro de las demandas de Israel, cuando las conversaciones sobre el reacercamiento están próximas a concluir.

Uno de ellos es Bakri Hanifa, un importante agente financiero de Hamás, según el periódico kuwaití Al Seyasah, que en 2014 señaló que movió “decenas de millones de dólares” desde Turquía a Qatar antes de ser destinado a las ramas políticas y militares de la organización. Se ha informado de que Hanifa dirigió un negocio de cambio de divisas en Siria, donde Hamás tuvo una delegación antes de que la guerra civil le obligara a encontrar otra base de operaciones. Hanifa es hoy es propietario de al menos una empresa que comercia en Estambul con metales preciosos, diamantes y gemas.

Otra importante figura de Hamás que sigue instalada en Estambul es Maher Ubeid. Ubeid ha sido miembro del buró político de Hamás desde 2010, y se ha reportado que ahora es el responsable de gestionar las relaciones internacionales de la organización. Las informaciones indican que también es un importante agente financiero. Según la web de Hamás, Ubeid se encontraba entre los 415 militantes de la organización exiliados en 1992. A su regreso, ese grupo acabó formando el núcleo dirigente de la misma. En los últimos años, Ubeid ha formado parte de comitivas de alto perfil de Hamás en Irán y Malasia.

En Estambul tienen casa no son solo figuras de carácter político o financiero. También hay muchas con las manos manchadas de sangre. Figuras como Mahmud Atún, hallado culpable del secuestro y asesinato de Nisim Toledano, un israelí de 29 años.

Tras ser detenido, Atún admitió su participación en otras operaciones terroristas. Fueexcarcelado y enviado a Turquía como parte de un intercambio (por el soldado israelí Guilad Shalit) en 2011. En Estambul, Atun se ha convertido en una figura pública que da discursos yaparece en televisión para ensalzar las virtudes de Hamás.

Mayed Hasán Ragueb Abu Queteish es otro de los miembros de Hamás instalados en Turquía queestuvieron implicados en el asesinato de Toledano. Se exilió en Turquía en 2011 con los demás, y también se ha convertido en un personalidad pública.

A Queteish y Atún se les unió Musa Mohamed Daud Akari, que también participó en el asesinato de Toledano. Se puede ver a Akari alardeando de su rol en ese crimen en un vídeo de YouTube.

También está Taisir Suleimán, sentenciado a cadena perpetua por el asesinato en 1993 de un soldado israelí antes de que se sacara un billete (sin vuelta) a Estambul en 2011. Fahed Sabri Barhán al Shaludi sigue acusado de pertenecer a la misma célula que Suleiman. Ha aparecido en la televisión turca.

Turquía da igualmente cobijo a un miembro fundador de las Brigadas QasamWalid Zakaría Abd al Hadi Aquel, que recibió 21 sentencias en su contra en Israel por un amplio rango de actividades terroristas antes de exiliarse en Turquía.

Harun Mansur Yaaqub Naser al Din es otro miembro de las Brigadas Ezedín al Qasam. Admite abiertamente haber matado a soldados israelíes. En una entrevista realizada tras ser puesto en libertad, presumió de que Turquía da plena libertad a los presos excarcelados para ir a donde quieran y hacer como les plazca.

Por último, está Aymán Mohamed Abd al Rahim Abu Jalil, sentenciado a tres cadenas perpetuaspor distintas actividades relacionadas con el terrorismo. Ahora, Abu Jalil es al parecer un ciudadano turco naturalizado y dispone de pasaporte.

Estas son solo las diez figuras de Hamás que se cree están en Turquía. Pero muchos más, que pueden ser fácilmente identificados en la prensa árabe y turca; y casi todas  tienen perfiles en Facebook y Twitter, donde suelen publicar comentarios sobre sus vidas en Turquía.

Ciertamente, Hamás no ha sido proscrito como grupo terrorista en Turquía. Y muchos de estos individuos fueron enviados a Turquía en intercambios de prisioneros. Pero eso no justifica que Ankara mire hacia otro lado mientras estas personas siguen participando en actividades de Hamás. De hecho, no es difícil entender por qué Israel ha hecho de su expulsión una de sus demandas clave. Mientras esta célula de Hamás siga operando allí a plena luz del día, Israel considerará a Turquía un Estado patrocinador del terrorismo. Los países occidentales que mantienen el veto a Hamás también ven a Turquía con esta luz tan poco favorecedora.

Si las dos partes resuelven este problema, Ankara tendrá la oportunidad de restablecer sus vínculos con un poderoso actor regional. Y, lo que es más importante, podrá restablecer su imagen internacional dando un paso que sin duda también va en su propio beneficio.

© Versión original (inglés): The Weekly Standard
© Versión en español: Revista El Medio

 
Comentarios

Los turcos, como es su costumbre, siguen apostando al caballo perdedor. Así les va…

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