Israel está librando una dura guerra contra el terrorismo, que le fue impuesta por Hamas y Hezbolá, a las que se sumaron otros tentáculos del eje del mal encabezado por Irán. Y más allá de la natural dificultad de combatir a organizaciones terroristas que incrustan sus infraestructuras militares en medio de sus propios civiles, que santifican la muerte y no la vida, y que quieren destruir a Israel, están las complicaciones derivadas de las presiones de un mundo que parece ...
Si el mundo no ayuda, que por lo menos no moleste
No hace falta ser un genio para entender que un alto el fuego no sería el fin de la amenaza sobre Israel sino todo lo contrario, una posibilidad dada a los terroristas para reorganizarse, respirar y prepararse para volver a atacar.