Foto Dori Lustron EL PASADO “Si me olvidare de ti, oh Jerusalem, sea olvidada mi diestra”. (Salmo 137/5) Fue el Rey David quien, ya hace más de 3.000 años, consolidó la unificación del Pueblo de Israel con Jerusalem como capital y centro nacional judío. Mientras Jerusalem estuvo gobernada por los judíos brilló y creció con la fuerza del amor y la convicción del ideal monoteísta que representaría para toda la humanidad. Por desgracia la fuerza bruta y pagana del Imperio Romano destruyó por segunda vez a ...