Mientras los judíos europeos eran masacrados sistemáticamente por el ejército alemán -es esa guerra a dos frentes que libró durante la Segunda Guerra Mundial-, los judíos húngaros veían con tensa calma lo que sucedía con sus paisanos. Eso cambió diametralmente cuando en 1944 estos fueron víctimas del poderío y la violencia extrema de las fuerzas teutonas, que -bajo la eficiente tarea logística de Adolph Eichmann- lograron el cometido de incinerar en los crematorios de Auschwitz a más de medio millón ...