A estas alturas de la película —y de la vida— que cuatro inútiles con el cerebro tan lleno de consignas como vacío de conocimiento intenten dejarme sin el derecho a la palabra, no me sorprende nada. Son muchas las veces que he sufrido la ira de la intolerancia, a veces por parte de la extrema derecha, que me ha montado algunos ruidosos espectáculos. Recuerdo una vez, en la Feria del Libro de Madrid, cuando presentaba la versión castellana de mi libro Carta a mi ...