El conflicto palestino-israelí se ha convertido en un verdadero “Waterloo” para la izquierda, frente al cual exhibe una inhabilidad única de superar prejuicios enquistados en su superioridad moral y un simplismo blanquinegro para juzgar y condenar. Con qué facilidad el dedo acusador se alza de manera instintiva contra el Estado Judío ignorando el contexto, obviando los hechos, desechando la historia, cual jauría desatada “babeando” tras su presa. La izquierda, entre cuyos fundadores y luchadores sobresalieron los hijos de Moisés, pareciera cargar ...