En su columna del 18 de marzo, 2018 en el diario saudita en Londres Al-Sharq Al-Awsat, el periodista Hussein Shubakshi escribió sobre la situación de los judíos que vivieron en los países árabes. Este señaló que sufrieron de discriminación y prejuicios, a pesar de que fueron “pilares de la economía y de la cultura y arte en sus países”. Por ejemplo, fueron acusados de traición y sus bienes fueron confiscados para incitarlos a emigrar. Al presentar ejemplos de varias familias judías prominentes que se marcharon de Irak, Siria y Egipto y prosiguieron prosperando en otros lugares, Shubakshi señala que esto fue una pérdida para las sociedades y la economía árabes.
Lo siguiente son extractos de su columna:[1]
“Existe un tema que no recibe suficiente atención y sé de antemano que evocará respuestas duras y emocionales. Ese tema son los derechos de los judíos quienes vivían en el Mashreq [la parte oriental del mundo árabe]. Naturalmente, la respuesta sarcástica inmediata será: ¿’No deberían los ciudadanos [árabes] tener derechos en sus países antes de que los [preocupemos por] otros?’ El problema es que el fenómeno de la discriminación en el tema de los derechos es un problema en sí mismo.
“Los judíos de los que hablo formaban parte de comunidades árabes homogéneas. Eran ciudadanos [comunes], hasta que comenzó su opresión, manifestada en dudar de su lealtad, acusándoles de traición y presionándolos para que se marcharan. Cuando la presión no produjo resultados, sus propiedades simplemente fueron confiscadas. [Todo] esto le fue hecho también a otros, pero los judíos fueron blanco habitual de acusaciones de traición y sospechas de deslealtad, a pesar de que fueron los pilares de la economía y de la cultura y del arte en los países donde vivieron.
“Recuerdo un incidente que me sucedió… Mi hija estaba a punto de tener una delicada operación en los Estados Unidos para extirparle un tumor maligno. Yo asistía a los rezos de los viernes en Jeddah cuando [el predicador] comenzó… maldiciendo a los judíos y a los cristianos. Yo me opuse a esto, diciendo: ‘¿Se supone que debo maldecir al judío que está a punto de operar a mi hija? (El cirujano resultó ser judío). ¿Por qué debería yo maldecir a alguien que nunca me ha hecho ningún daño? al contrario, le deseo mucho éxito”. Comencé a recordar los encuentros que tuve con los judíos en el mundo árabe, de todas las áreas de la vida. Por ejemplo, recordé a Serge Berdugo, que se desempeñó como ministro de cultura en Marruecos en 1993-1996 y quien me dijo: ‘Nosotros los marroquíes [judíos] tenemos plenos derechos civiles’. [También recordé] mi reunión en Bahréin con Rouben, el propietario de la famosa tienda de electrónica cerca de Bab Al-Bahréin [en el centro de Manama], quien me dijo que Bahréin respeta los derechos de los judíos que viven allí.
“[Pero], en contraste con estos ejemplos, también hay historias trágicas sobre la negación de derechos, sobre el trato racista y degradante y sobre la apropiación forzosa de bienes de judíos inocentes. Tales ejemplos son conocidos de países como Irak, Libia, Argelia, Sudán, Túnez y Yemen. La familia Kadoorie, [por ejemplo], salió de Irak hacia Hong Kong, donde fundó el hotel más antiguo de Hong Kong, la Península… Otra familia [judía] que salió de Irak fue la familia Saatchi, quienes se establecieron en Gran Bretaña y fundaron la agencia de publicidad Saatchi. La familia Safra partió de Siria hacia Brasil, donde fundó un imperio financiero y la familia Cicurel, propietaria de grandes tiendas departamentales, vino de Egipto. Todas las familias presentadas [aquí] como ejemplos estaban perdidas en la economía árabe y en la sociedad árabe, que no logro ser tolerante y se convirtió en un emblema de exclusión.
“El crimen perpetrado por Israel contra los palestinos no nos da el derecho de hacer lo mismo con los ciudadanos [de los países árabes] que no tienen nada en común con Israel aparte de su fe judía”.
Nota de Porisrael:
Lo que el considera crimen contra los palestinos es por la mentira de la propaganda palestina. No creo que este hombre haya estado en Israel nunca y cree las mentiras de los medios árabes. Dori Lustron
[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 18 de marzo, 2018.
Habría que alentar a este buen hombre a visitar Israel.