Durante una rueda de prensa celebrada el pasado día 1, el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Ned Price, habló de las próximas elecciones palestinas y de la solución de los dos Estados. En referencia a los comicios, los primeros en 15 años, Price dijo:
El ejercicio de celebrar unas elecciones democráticas es algo que debe determinar el pueblo palestino. Hemos de advertir que EEUU y otros socios clave de la comunidad internacional llevan mucho tiempo siendo claros sobre la importancia de que los participantes en ese proceso democrático renuncien a la violencia y el terrorismo y reconozcan el derecho de Israel a existir.
Sobre este último punto, Price añadió:
La solución de los dos Estados es precisamente lo que permitirá a los israelíes y a los palestinos vivir los unos junto a los otros con dignidad y seguridad, garantizando los intereses de los israelíes y los de los palestinos. Justamente por eso es por lo que apoyamos esta solución de los dos Estados, como previamente hicieron Administraciones de ambos lados del espectro político.
Dos días después, la Comisión Electoral Central (CEC) palestina comunicó que se habían presentado 36 listas para las elecciones legislativas, programadas para el 22 de mayo.
Aunque los candidatos aún no han presentado sus programas electorales, es evidente que algunos de ellos no tienen la intención de satisfacer los deseos del Departamento de Estado acerca de “renunciar a la violencia y el terrorismo” y aceptar la “solución de los dos Estados”.
De hecho, están prometiendo todo lo contrario. Están diciendo que siguen comprometidos con la lucha contra Israel y que no tienen la menor intención de reconocer su derecho a existir.
Dos de esas listas pertenecen a Hamás, el movimiento islamista que gobierna en la Franja de Gaza, y al Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), organización marxista-leninista integrada en la OLP (Organización para la Liberación de Palestina).
La lista de Hamás, denominada Jerusalén es Nuestro Destino, ha sido aprobada por la CEC, aunque los líderes del movimiento islamista proclaman que no reconocen los Acuerdos de Oslo suscritos en 1993 por Israel y la OLP.
Merece la pena señalar que las elecciones se celebran al amparo del Acuerdo Interino Israelo-Palestino de 1995 (Oslo II), en el que ambas partes reafirmaron “su deseo de lograr una reconciliación histórica y forjar un acuerdo de paz justo, duradero e integral”.
Tanto Hamás como el FPLP han rechazado todos los acuerdos suscritos entre Israel y la OLP, incluidos los de Oslo. Aun así, estos grupos terroristas no tienen problemas en participar en unas elecciones celebradas bajo los auspicios de Oslo.
De hecho, Hamás y el FPLP parecen utilizar los Acuerdos de Oslo como un caballo de Troya a fin de hacerse con el Parlamento y el Gobierno palestinos. Ambos se oponen férreamente a cualquier acuerdo de paz con Israel y no reconocen su derecho a existir. Ahora bien, no tienen reparos en servirse de Oslo para concurrir a los comicios.
En otras palabras: los enemigos de la paz usan un acuerdo de paz para hacer avanzar su objetivo de destruir las perspectivas de paz entre Israel y los palestinos.
Los palestinos que se oponen a la paz con Israel llevan tiempo demandando a sus dirigentes que revoquen todos los acuerdos suscritos con Israel. Se oponen a cualquier reconocimiento del derecho de Israel a existir, a cualquier normalización con Israel, a las negociaciones de paz con Israel, y han denunciado repetidamente los procesos de paz con Israel como actos de traición.
Sin embargo, esta peligrosa explotación de los Acuerdos de Oslo no parece perturbar a la Administración norteamericana ni a la UE cuando hablan de la necesidad de que los palestinos celebren unas elecciones libres y democráticas. Mientras, los líderes de Hamás y el FPLP son muy poco ambiguos respecto de sus intenciones.
Sami Abu Zuhri, un portavoz de Hamás, ha declarado que su grupo eligió el nombre de Jerusalén es Nuestro Destino para recalcar que la organización a la que pertenece, considerada oficialmente terrorista, no ha cambiado su posición en lo relacionado con el conflicto israelo-palestino, especialmente su negativa a aceptar el derecho de Israel a existir y su deseo de reemplazarlo con un Estado islámico. «Esta lista demuestra que las convicciones y posiciones de Hamás no han cambiado”, afirma. “Hamás cree firmemente en que su auténtico destino la lleva a Jerusalén y que pronto habrá una batalla decisiva para derrotar [a Israel] y expulsarlo de nuestra tierra”.
Según Abu Zuhri, Hamás se presenta a las elecciones a fin de “prepararse con toda la fuerza para la batalla de Jerusalén”.
Cuando habla de “expulsar a Israel de nuestra tierra”, Abu Zuhri reafirma el compromiso expresado en la carta fundacional de Hamás, donde se lee:
… la tierra de Palestina ha sido un ‘waqf’ islámico durante generaciones y [lo será] hasta el Día de la Resurrección; nadie puede renunciar a él o a parte alguna de él. No hay solución al problema palestino salvo la Yihad [guerra santa]. Hemos de difundir el espíritu de la Yihad entre la Umma islámica, combatir a los enemigos y unirnos a las filas de los combatientes en la Yihad.
El alto cargo de Hamás está admitiendo abiertamente que su organización se presenta a las elecciones para librar la guerra contra Israel.
No hace falta decir que Abu Zuhri y la cúpula de Hamás están enviando este mensaje al portavoz del Departamento de Estado: si piensas que Hamás va a renunciar a la violencia y el terrorismo o a aceptar la denominada solución de los dos Estados, te estás engañando de una manera penosa.
El investigador palestino Walid Jaled ha destacado que la lista electoral de Hamás incluye varios terroristas que son “presos heroicos y símbolos de la yihad para este gran pueblo”. Los terroristas de Hamás presos en Israel son “el modelo que adoran las generaciones, y las familias educan a sus hijos para que los emulen”.
Por lo que hace a la denominación de la lista de Hamás, Jaled dice:
Jerusalén es nuestro destino porque no hay soluciones parciales con esta entidad [Israel]; no es nuestro vecino ni nuestro socio, sino nuestro enemigo.
Otro dirigente de Hamás, Fawzi Barhum, ha reconocido igualmente que su organización se presenta a las elecciones para lanzar una guerra contra Israel:
Seguiremos con nuestra lucha y resistencia hasta la liberación de Palestina, Jerusalén y la mezquita de Al Aqsa.
De igual manera, el FPLP, que se presenta a los comicios bajo el eslogan “El latido del pueblo”, también ha dejado claro que planea servirse de los Acuerdos de Oslo como un caballo de Troya. A la hora de explicar su decisión de concurrir a las elecciones, el FPLP ha manifestado:
El Frente Popular para la Liberación de Palestina insiste en su rechazo categórico de los Acuerdos de Oslo y en su exigencia de que la Autoridad Palestina los cancele y rompa sus relaciones con [Israel]. Nos negamos categóricamente a reconocer la entidad sionista.
Como Hamás, el FPLP ha jurado combatir a Israel “hasta la liberación de toda Palestina”, es decir, de todo Israel.
Visto el panorama cismático y turbulento en Fatah, la facción del presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abás, que presenta hasta tres listas distintas, organizaciones como Hamás y el FPLP están bien situadas para conseguir numerosos escaños en el Parlamento palestino y formar parte de un nuevo Gobierno de coalición.
Dadas las circunstancias, parece que los palestinos que defienden el terrorismo y no aceptan la solución de los dos Estados se aprestan a dominar tanto el Parlamento como el Gobierno de la AP.
EEUU y el resto de la comunidad internacional siguen en disposición de tomar una importante decisión ante esta grave tesitura; han de reflexionar sobre cómo su indiferencia ante la participación en unas elecciones de grupos extremistas contrarios a la paz ha contribuido a este escenario pesadillesco.
Ahora que las candidaturas de Hamás y el FPLP han sido aprobadas por la CEC, EEUU y el resto de la comunidad internacional pueden impedir que el complot se materialice dejando claro que no reconocerán Gobierno palestino alguno que incluya a terroristas. Y lo deben hacer antes, no después de las elecciones.
© Versión original (en inglés): Gatestone Institute
© Versión en español: Revista El Medio
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