Hace unos días unos amigos y yo volvimos de Madrid, ciudad en la que siempre me había sentido a gusto, y había visitado a menudo. Pero mi estadía reciente en la capital hispana fue más breve y menos placentera que otras veces. Sucedía que la ciudad había adquirido de pronto un color gris oscuro, y estaba mucho menos concurrida que en otras ocasiones. Había un aire general de desolación, y daba la impresión de que allí estaba ocurriendo algo muy ...