En el afán de querer obtener alguna ligazón islámica con la historia y algún vínculo que los una con la milenaria tierra de Israel, los palestinos, en una burda y delirante distorsión de la Biblia, que ofende y pretende quitar legitimidad a las religiones judía y cristiana, inventan sin ruborizarse, que el patriarca Abraham, el primer monoteísta, era islamista y que la Virgen María y Jesús de Judea eran palestinos.
«Abraham no era ni un judío, ni cristiano, pero él era un Hanifa (seguidores de Abu Hanifa el fundador de la escuela Hanifita) verdadero musulmán, y no era de los politeístas» – Corán 3:67. En su grotesca revisión de la historia, a la que sólo pueden dar crédito, los excesivamente ignorantes, en ocasión de conmemorarse el Día Internacional de la Mujer, el movimiento Al Fatah, (que fue fundado por el premio Nobel de la Paz, el terrorista Yasser Arafat y cuyo sucesor es el «moderado» Mahmoud Abbas devenido en presidente de la Autoridad Nacional Palestina) publicó en su página web la siguiente declaración oficial en honor al Día Internacional de la Mujer: «Si nos sentimos orgullosos de la santidad de nuestra tierra, entonces nos sentimos orgullosos de que la primera y más importante mujer santa entre las naciones y los pueblos es de Tierra Santa: la Virgen María – la mujer del amor y la paz – es de la nación de Palestina, cuyas raíces se basan en las profundidades de la historia. Nuestro movimiento toma nota de su orgullo en todas las mujeres Shahidas (Mártires), los presos, los combatientes palestinos, que han convertido en un modelo de sacrificio y de una escuela que enseña el sentido de dar y de sacrificio». Incluir y mezclar a la Virgen María, figura pilar para el catolicismo, entre mujeres terroristas suicidas, como Dallal Mughrabi, ( la joven asesina palestina de 19 años que perpetró en el año 1978 uno de los más sangrientos atentados terroristas, a quien Mahmoud Abbas homenajeó poniendo su nombre a una plaza en Ramallah) es una afrenta mayúscula de parte de los musulmanes, que sin duda reaccionarían con furia y violencia en el caso que Aisha, la mujer preferida del profeta Mahoma, que se casó con éste a la edad de 9 años, fuera sindicada de profesar el cristianismo. Otra absurda y ficticia versión de la historia a la que son afectos los palestinos, es la referida al origen de Palestina, que fue la Tierra de Israel y Judea, hasta que su nombre fue cambiado por los romanos en el año 135 de la EC. Los sobrevivientes de la rebelión judía del año 70 D.C. fueron sometidos a vejaciones y provocaciones similares a las que causaron otra rebelión en el año 132 DC. Los romanos vencieron otra vez, y la revuelta terminó en el 135 DC. El Emperador Romano Adriano (Publios Aelios Adrianos) castigó a los Judíos sobrevivientes. El renombró a Jerusalén con su nombre y como el dios Júpiter Capitolinos—Aelia Capitolina, e impuso la pena de muerte a cualquier judío que entrara en la ciudad. Algunos historiadores dicen que. en este periodo de tiempo, fue posiblemente cuando los romanos le dieron el nombre a Judea, de Palestina. Otros creen que el cambio ocurrió más o menos como un siglo más tarde, después que Constantino estableció la parte del este, o la parte Bizantina del Imperio Romano. Así que, el término romano de «Palestina» llegó a la existencia mucho después que las Escrituras habían sido canonizadas. El término «Aelia Capitolina» no duró para Jerusalén, pero «Palestina» de alguna forma persistió y posibilitó que permaneciera en la región, incluida Judea y sus alrededores. Naturalmente, los judíos descendientes de los que han estado viviendo allí desde esos tiempos, han rechazado ese nombre.
Resulta curioso, o cuanto menos llamativo, que en el Corán, escrito unos 2000 años después de los textos de la Biblia, se pretenda hacer creer que el heredero de Abraham fue Ismael y no Jacob, (Israel) que las promesas sobre dicha tierra eran para él, y que los musulmanes afirmen hoy en día que en el pasado fueron los judíos y cristianos los que tergiversaron el texto bíblico para hacer de Israel el heredero en vez de Ismael. Los palestinos de hoy día insisten que ellos habitaron la tierra de Canaán antes de que Dios se la diera a Israel. Pero ellos están seriamente mal informados o son, deliberadamente, tenaces mentecatos. Algunos creen que Israel hoy día fue una vez miles de años atrás llamada Palestina. La palabra Palestina no aparece en el hebreo original o en la traducción Griega de la Biblia. El término Hebreo Pelesheth, se refiere a la tierra antigua de los Filisteos—Filistea. Contrariamente a lo que algunos creen, nunca hubo un estado palestino. Cuando la ONU, en una resolución de 1947, ordenó la partición de la tierra en dos Estados, esto fue rechazado por la parte árabe (incluida la futura Palestina). Por consiguiente, de acuerdo con el Derecho Internacional, Palestina nunca existió. Israel declaró su independencia, el 14 de Mayo de 1948; lejos de declarar la suya, la parte árabe atacó al día siguiente al recién creado Estado de Israel.
Recientemente, el Gobierno del Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, resolvió declarar patrimonio nacional la Tumba de los Patriarcas, en la ciudad de Hebrón, y la de la matriarca Raquel, en el distrito de Belén, ambas en Cisjordania. La Torá, refiere en una descripción clara, precisa y detallada, la adquisición de la llamada Cueva de los Patriarcas, Mearat HaMajpela (Cueva de Majpela, en Hebrón por parte de Abraham, para que fuera enterrada allí su esposa Sara, él mismo, y sus descendientes. Ignorando la primer escritura fehaciente que se menciona en la Biblia, le decisión de Israel, fue condenada por la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que encontró otra de sus consabidas excusas para evitar las negociaciones, al considerar que «daña los esfuerzos internacionales destinados a lograr la reanudación del proceso de paz», estancado desde hace más de un año». La ONU, como no podía ser de otra manera, criticó a Israel. El coordinador especial de la ONU para el proceso de paz en Medio Oriente, Robert H. Serry, mostró su preocupación por la decisión de Israel de declarar patrimonio nacional dos lugares sagrados en territorio palestino ocupado, y agregó que el anuncio puede «provocar tensiones» , e instó al Gobierno israelí a «no adoptar medida que pueda perjudicar las negociaciones». Los palestinos, en forma descarada pretenden forjar su historia, en base a datos inventados y torpemente fraguados. En un pretendido respeto religioso, dicen aceptar a los fieles de los denominados Pueblos del Libro, pero quieren incorporar a la virgen María, a Jesús e inclusive Moisés, a la legión de feligreses del Islam, para ellos, la única «religión perfecta».
http://www.rkpress.com.ar/
Reenvia: www.porisrael.org
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