Parecía a propósito. Durante la visita del Vice Presidente de Estados Unidos Joe Biden a Israel, alguien se ocupó de publicar que se avanzaba en el proceso de construcción de 1600 nuevas unidades de vivienda en el barrio Ramat Shlomo en Jerusalem oriental.»No me sorprendan con anuncios de este tipo», habría dicho Biden, según algunas fuentes, a su anfitrión, a solas. El Premier israelí Benjamin Netanyahu , según se publicó, dijo que él no sabía nada, que lo habían sorprendido a él también, se disculpó por lo incómodo (en términos políticos) de lo sucedido, pero aclaró que Jerusalem toda es la capital de Israel y que allí no hay congelamiento de ningún tipo en la construcción.
Al visitar al día siguiente el lado palestino, Joe Biden declaró en Ramallah que la decisión israelí aquí mencionada «socava la confianza» necesaria para negociar. El Presidente palestino Mahmud Abbas exigió a Israel cancelar la decisión de construir en Ramat Shlomo y le exhortó a «no perder la chance de hacer la paz».
Pues bien. En este complejo mosaico, sentimos que hay varios puntos que aclarar.
1) Cuando el Premier Netanyahu anunció una moratoria de seis meses en la construcción en los asentamientos, aclaró desde un principio que Jerusalem oriental no estaba incluida. Para los palestinos, ello era insuficiente, en gran medida precisamente por la no inclusión de Jerusalem Este-que ellos exigen sea la capital de su futuro Estado independiente.
2) Es inconcebible que el Primer Ministro sea sorprendido con pasos y anuncios que dañan sus intentos de desarrollar un vínculo de confianza y coordinación con la administración Obama. Eso no significa que diga a todo «amén» a los norteamericanos. De hecho, en este tema, ya ha aclarado que Jerusalem no será dividida. Pero cuando hay que empezar con disculpas, algo está mal.
3) Al conquistar Jerusalem oriental el 8 de junio de 1967, Israel reunificó la ciudad y puso fin a una situación en la que no se permitía a los judíos orar en el Muro de los Lamentos, su santuario más sagrado. El lugar, hacia el que oraron judíos durante milenios, por ser el único remanente del Templo Sagrado, pasó nuevamente a manos judías. Pero los barrios nuevos construidos en varios puntos de Jerusalem Este, como anillo fortalecedor alrededor de la ciudad original, nada tienen que ver con la Jerusalem milenaria y bíblica. Tampoco Ramat Shlomo. Sin embargo, son hoy consenso en Israel y difícilmente haya alguien que acepte desmantelarlos. Son parte integral de la capital israelí.
4) Más problemático es el control en barrios árabes de Jerusalem Este, que por cierto no son parte del anhelo judío durante tantos siglos por la ciudad Sagrada. El gobierno debería pensar cómo hallar una fórmula que permita que esos barrios estén bajo control palestino. Para Israel, son una carga innecesaria, que nada tiene que ver con el sueño judío de generaciones.
5) Es indudable que todo paso que Israel da en Jerusalem Este, por más que la vea como parte de su capital, exaspera a los palestinos que la exigen para sí. Cabe recordar, de todos modos, que Jerusalem nunca había sido capital palestina (nunca hubo un Estado palestino) ni de ningún otro pueblo, sino sólo del pueblo judío. Tampoco Jordania la convirtió en su capital cuando la ocupó en 1948, en la guerra en la que los árabes atacaron al entonces naciente Estado de Israel.
6) Sobre la exhortación del Presidente Abu Mazen a «no perder la chance de hacer la paz» y de «dar a los esfuerzos de la administración Obama la chance de tener éxito»: Indudablemente, pasos unilaterales de Israel, no ayudan. Pero nos parece oportuno recordar que hace más de un año que los palestinos rehusaban volver a la mesa de negociaciones.. Tras muchos esfuerzos justamente de la administración Obama, aceptaron volver pero sólo a «negociaciones indirectas».
7) El proceso de paz fue iniciado en 1993. Sin duda, pasó demasiado tiempo sin que arroje resultado concreto alguno Las culpas , son compartidas. Ambas partes son responsables por las demoras, aunque a nuestro modo de ver, el gran pecado fue el terrorismo, que no hizo menos que aumentar continuamente la desconfianza israelí. Medidas de seguridad motivadas por los atentados, causaron dificultades a los palestinos…y el círculo vicioso siguió su curso.
8) Pero el problema no es sólo explicar el pasado sino saber cómo se mira al futuro. Eso, lo determina el presente. Y en eso, a nuestro criterio, el anuncio de las nuevas casas en Ramat Shlomo, es mucho menos serio que lo que no ha dejado de pasar del lado palestino: la glorificación del terrorismo y la violencia, la falta de educación hacia la paz.
9) También del lado israelí, en el pueblo y en el gobierno, hay radicales y extremistas. También en Israel se oye a veces a ministros y diputados hablando de modo que hacen que quien tiene la convicción de que los acuerdos deben ser de a dos, se agarra de la cabeza. Hay quienes dicen «no renunciar a nada» y «todo es nuestro». Pero no hay quienes transmiten al pueblo mensajes de muerte.
10) ¿A qué nos referimos? A Dallal Mughrabi, la terrorista palestina responsable del atentado más mortífero perpetrado contra civiles israelíes, quien en 1978 tomó control de un ómnibus repleto de pasajeros en la carretera costera y mató , junto a otros miembros de su célula armada, a 37 personas, tanto entre los viajeros de ese ómnibus como de automóviles que pasaban, hacia los cuales disparaba. .La Autoridad Palestina anunció con gran entusiasmo hace ya un tiempo que este jueves, en el aniversario del ataque («la acción», le llaman los palestinos), sería inaugurada una Plaza pública en Ramallah en su memoria.
11) Por intensas presiones, al parecer también del propio vice Presidente de EEUU Joe Biden, fue cancelada la ceremonia. Pero el daño, a mi criterio, ya está hecho. Es que la población palestina ya oyó repetidamente a sus autoridades llamando a Dalal Mughrabi de «heroína» y «mártir» y la dan como «ejemplo». Destacan que en la semana del Día Internacional de la Mujer «el sacrificio de Dalal Mughrabi debe ser recordado».
Y nos preguntamos. ¿No entienden todavía los palestinos que su futuro Estado no depende sólo del territorio en el que puedan construirlo (un elemento clave por cierto) sino también, y ante todo, de los valores sobre los que exista? ¿No captaron todavía que el mensaje de la plaza de Ramallah, elogiando a una terrorista, es el peor que pueden transmitir a sus niños a los que dicen querer darles una vida sana, en paz?
Reenvia: www.porisrael.org
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