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| jueves noviembre 21, 2024

La peligrosa alianza de las organizaciones terroristas


Asimetrías constantes

Los puntos de coincidencia de los expertos se relacionan con las notables asimetrías que Israel siempre tuvo que enfrentar, que si bien son permanentes, a lo largo de los años han modificado sus características:

Territorio: la orientación a la solución de dos estados para dos Pueblos, la instalación del «muro de separación», han hecho que las distancias modifiquen las dimensiones de sus amenazas. La población israelí está hoy más expuesta a los frentes de choque que en los primeros decenios de la existencia de Israel. Las guerras son ahora, simultáneamente, en el frente, donde está el Ejército, y en la retaguardia, donde residen los ciudadanos.

Población: El desarrollo demográfico, tanto en la población palestina como en los países vecinos, ha acentuado la desproporción de «los pocos contra los muchos». Si agregamos a ello los avances intelectuales, las instrucciones paramilitares que ofrecen países como Siria e Irán, la penetración y expansión de las ideas islámicas radicales, todo ello hace que las motivaciones adquieran mayor impulso y polaricen las posiciones.

Respaldo internacional: La propuesta de 1947 en las Naciones Unidas en cuanto a la partición de Palestina en dos estados, fue votada por 56 países. Hoy son 192 estados los que integran ese organismo internacional, 56 de ellos islámicos que constituyen un 29% automático en toda votación. Esta realidad exige de Israel aplicar sus tácticas internacionales con mayor cautela, a distintos «precios» y con menor disponibilidad de tiempo para asumir decisiones. No cabe la menor duda, que el apoyo de los EE.UU., en estas condiciones, resulta cada vez más importante y decisivo, pero resulta asimismo más complejo y más condicionado.

Definiciones: Durante los últimos años, se ha dirigido contra Israel una campaña destinada a cuestionar la legitimidad de su existencia, incluso argumentando que «tal vez haya sido un error histórico el haber permitir el establecimiento del Estado Judío». Si bien la Carta de la ONU establece el «Principio de la prohibición de la amenaza y el uso de la fuerza armada contra la independencia política y la integridad territorial de los Estados miembros…», hace ya varios años que somos testigos de las violentas expresiones iraníes, desde la máxima tribuna internacional, en cuanto a la necesidad de la desaparición del Estado de Israel, conceptos expresados bajo la sombra de esfuerzos intensivos de equipamiento nuclear.

Concepciones morales: A pesar de todas las acusaciones, Israel sigue imponiéndose a sí misma limitaciones de conducta sin parangón, respondiendo a normas morales rígidas. Israel no se permite conductas como la de los rusos en Chechenya o la de los serbios en Albania. Nosotros no podemos actuar como los americanos en Vietnam ni como los británicos en Afganistán. Con todo, los planteamientos contra Israel y contra israelíes en tribunales de todo tipo, amparados por el principio de la jurisdicción universal en cuanto a delitos contra el derecho internacional, son más frecuentes, más agudos y festín permanente de los medios de comunicación.

Cambios ideológicos

Muchas son las razones de estos cambios. El Medio Oriente se ha hecho muy fundamentalista, y es constante el propósito de encontrar maneras efectivas que logren perjudicar al Estado de Israel intentando llevarlo a su desaparición. Lo sectores extremistas aprendieron algunas lecciones: sus continuados fracasos en el campo de batalla los ha inducido a entender que por las armas no doblegarán a Israel. Que no son capaces de producir armamento – excepto la relativa capacidad que poseen Irán, Egipto, Siria. Que frente a la potencia de fuego del ejército israelí rápidamente pueden recurrir a la comunidad internacional en busca de amparo y apoyo.

Y en la búsqueda de nuevas formas de enfrentamiento, se destaca el intento de trasladar el área de acción al corazón mismo de la población israelí – la derrota en el frente militar los ha llevado a exaltar los «logros» en las ciudades, en los supermercados, en los medios de transporte, en los secuestros, en los suicidios.

Pero también les ha resultado claro que el terror no es un arma que se puede utilizar indefinidamente en contra de un país establecido. El terror pudo haber liquidado los procesos de Oslo, pero no debilitó la entereza de la población israelí. De una situación que teníamos cientos de víctimas por año, ya van muchos meses que no se registran acciones terroristas con resultados trágicos.

Con todo, siguen suponiendo que el «talón de Aquiles» se encuentra en la población civil israelí. Este cambio fue evidente a partir de la primer Intifada. De esta manera llegaron también a la utilización masiva de misiles y proyectiles sobre la retaguardia israelí, directamente sobre áreas pobladas – tanto por judíos como por árabes israelíes – , disparando desde zonas densamente pobladas, lo que limitó las posibilidades de reacción de Tzahal. Y a esto se sumó siempre la protesta internacional que «Israel responde en forma desproporcionada» y es merecedora de toda condena. Como si fuera «desproporcionado» defenderse con un revólver cuando nos quieren acuchillar.

¿Quién es nuestro enemigo?

El conflicto árabe-israelí ha disminuido su energía. El país árabe más importante, Egipto, firmó el 26.3.79 acuerdos de paz con Israel. También Jordania lo hizo el 27.11.94. Israel y los países árabes sunitas comparten los mismos enemigos. El enfrentamiento es directo entre Israel y los palestinos, pero actúan fuerzas externas más radicales. La lucha es contra el Movimiento Yihad, corriente ideológica dentro del Islam político, caracterizado por la frecuente y brutal utilización del terrorismo y que ha puesto en peligro la estabilidad de todos los estados árabes.

Parte de este yihadismo es también Al Qaida, y todos ellos ven en Israel un enemigo central, ven a los judíos y al Estado de Israel como el mismo objeto de destrucción

Lo más grave está en la cooperación entre todas esas agrupaciones, aunque cada una de ellas por separado sea de proporciones limitadas. Al Qaida, Yiha, Talibán, y con ellos Hizbollah y Hamás, están interrelacionados, intercambian experiencias, comparten campos de entrenamiento, acumulan posibilidades operativas y cualidades técnicas, asimilan doctrinas de lucha y gozan de las mismas fuentes de financiación – en especial Irán y Siria.

Hisbollah: ¿País o movimiento?

Pero Israel también absorbe experiencias y actualiza sus perspectivas. La segunda guerra del Líbano, aún con resultados incompletos, fue seguida por tres años de cese de fuego. Hizbollah entendió muy bien el mensaje, el golpe recibido fue elocuente, le resultaron claras sus limitaciones.

Eso no significa que no se prepara para otra vuelta, ajustando las tácticas: habiendo sido alejado de la línea fronteriza con Israel por la presencia del ejército regular libanés y de las fuerzas de UNIFIL, se replegó a los 160 poblados chiítas al norte del río Litani. Ningún oficial o soldado libanés o de los contingentes internacionales se atreve a entrar en esos poblados. Allí se acumula armamento, se entrenan combatientes, esos 160 poblados constituyen el ejército de Hisbollah. Ellos se convertirán en el campo de batalla si nuevamente tronarán los cañones.

El hecho que esta organización terrorista es integrante del gobierno libanés y goza del reconocimiento estatal, con derecho de veto en el gabinete ministerial, hace que todo enfrentamiento futuro será contra el Líbano como país. Este desarreglo político debe ser entendido por la población libanesa, conocido por la comunidad internacional y argumentado claramente por Israel: puede resultar así un freno a cualquier intento de agresividad directa pues se supone que nadie está interesado en la destrucción del Líbano ni en aumentar las víctimas de su castigada población.

La amenaza iraní

Las amenazas iraníes son múltiples. Han mejorado sus cualidades militares convencionales, habiendo desarrollado misiles de largo alcance. Han ampliado en número y en capacidad los centros de entrenamiento terrorista, tanto dentro del territorio iraní como en otros países, incluso en América Latina. Han acelerado el abastecimiento de armas, recibiendo apoyo logístico del ejército sirio. Han extendido los mecanismos operativos ubicando unidades de expertos altamente entrenados en muchos países. Persisten en sus propósitos de equiparse con armamento nuclear mientras amplían su apoyo al terror internacional: es una combinación que exige reajustes en las estrategias y tácticas de todos los países de la región. No persisten las reglas conocidas de «defensa convencional».

Varios analistas han considerado a la Operación «Plomo fundido» del 2009 como el primer combate de la lucha abierta entre Israel e Irán. Pero el enfrentamiento de un ejército regular con unidades guerrilleras, exige ajustar las tácticas. En el 2006 se supuso, equivocadamente, que el impacto que pudiera infringir la fuerza aérea israelí sería suficiente. Se esperaba que fueran golpes decisivos y que en breve tiempo doblegarían al enemigo. Se desmereció la participación de las fuerzas convencionales de tierra, lo que provocó daños y decepciones. La lección permitió modificar la táctica y mejorar los resultados en el 2009.

El mayor peligro está en la combinación del desarrollo de la capacidad nuclear con el apoyo a elementos terroristas. Corea del Norte, Pakistán, Irán nucleares – son amenazas que combinan los tres elementos: lo convencional, lo nuclear y el terror. Es fundamental agotar todas las posibilidades de acción diplomática internacional para impedir el fortalecimiento de este proceso. Es imperioso para Israel evitar que las capacidades nucleares lleguen a ser operativas.

Lic. Samuel Leillen

31.1.2009

 
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