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Israel Nunca Se Vio Tan Bien


David Suissa

Fundador de la revista OLAM

huffingtonpost.com

Publicado el 2 de febrero de 2011

alg_netanyahuNos advirtieron. Los genios de Paz Ahora nos advirtieron. Los brillantes diplomáticos nos advirtieron. Los think tanks nos advirtieron. Incluso los dictadores árabes nos advirtieron. Desde hace décadas, nos habían estado advirtiendo que, si se deseaba «paz en Medio Oriente», simplemente había que arreglar el problema palestino. Una reciente variante sobre este tema ha sido: -“solo hagan que los judíos detengan la construcción de departamentos en Jerusalem y Efrat. Sí, si todos los judíos en la Margen Occidental y Jerusalem Oriental sólo «congelaran» su construcción entonces, finalmente, los líderes palestinos podrían llegar a la mesa y la paz podría estallar”-.

¿Y qué pasaría si la paz estallara entre judíos y palestinos? ¿Todos los árabes furiosos que ahora manifiestan en las calles de todo Medio Oriente se sentirían mejor?

¡Qué maldita tontería!

¿Ha habido alguna vez un mayor abuso del idioma inglés, en la diplomacia internacional, que denominar al conflicto entre israelíes y palestinos el «proceso de paz de Medio Oriente”? Como si sólo hubiera dos países en Medio Oriente.

Incluso si se cree absolutamente en el imperativo de crear un estado palestino, no me pueden decir que la firme y global obsesión con el conflicto palestino-israelí, a expensas de los enormes males en el resto de Medio Oriente, no ha sido una idiotez, si no negligencia criminal.

Mientras decenas de millones de árabes han estado sufriendo, durante décadas, de brutal opresión, mientras gays estaban siendo torturados, escritores encarcelados, mujeres humilladas y disidentes muertos, el mundo – sí, el mundo – estaba obsesionado con el conflicto palestino-israelí.

Como si los palestinos – las mismas víctimas mimadas sobre las que el mundo ha gastado miles de millones, que habían rechazado una oferta de paz después de otra – fueran las únicas víctimas en Medio Oriente.

Como si el conflicto palestino-israelí no tuviera nada que ver con el sangriento conflicto, de 1.000 años de duración, entre musulmanes sunitas y chiítas, o con el deseo de los brutales dictadores árabes de permanecer en el poder, o con el deseo de los radicales islámicos de instalar nuevamente el Califato, o con la desesperación económica de millones, o, simplemente, con la ausencia de libertad de expresión y derechos humanos en todo el mundo árabe.

Mientras los santurrones que despotrican contra Israel, han analizado todos los defectos de la democracia de Israel – algunos, con creciente histeria, porque el experimento democrático judío, en el barrio más desagradable del mundo, se había convertido en una vergüenza – mantienen sus bocazas cerradas acerca de la opresión de millones de árabes en todo Medio Oriente.

Gritaban ¡falta! si los árabes israelíes – que tienen infinitamente más derechos y libertades que cualquier árabe en Medio Oriente – tenían sus derechos comprometidos de alguna manera. Pero si un poeta era encarcelado en Jordania o un homosexual era torturado en Egipto o una mujer era lapidada en Siria, lo único que se oía era un “estridente” silencio.

Piensen en la ridícula cantidad de tinta de los medios de comunicación y de atención diplomática, que se han vertido sobre el conflicto palestino-israelí en los últimos años, mientras que gran parte del mundo árabe estaba sufriendo y ardiendo lentamente, y díganme que esto no es una negligencia criminal. ¿Alguna vez recuerdan haber visto una resolución de la ONU o una conferencia internacional en apoyo de los árabes de Medio Oriente que no fueran los palestinos?

Por supuesto, ahora que el volcán árabe entró en erupción, por fin todos esos detractores crónicos de Israel han descubierto, de repente, una nueva causa: ¡Libertad para los pobres árabes oprimidos de Medio Oriente!

Imagínenselo, en lugar de colocar a Israel bajo su crítico e hipócrita microscopio, los detractores de Israel en el mundo han tomado el imperfecto experimento democrático de Israel y le dicen al mundo árabe: ¿Por qué no tratan de emular a los judíos?

¿Por qué no darles igualdad de derechos a vuestras mujeres y homosexuales, como lo hace Israel?

¿Por qué no darle a su gente la misma libertad de expresión y libertad de voto, como lo hace Israel? ¿Y por qué no ofrecerle las oportunidades económicas que tendrían en Israel? ¿Por qué no tratan a vuestros ciudadanos judíos y cristianos, de la misma manera en que Israel trata a sus ciudadanos árabes y cristianos?

¿Por qué no estudian cómo Israel ha luchado para equilibrar religión con democracia – una tarea muy difícil pero no insuperable?

¿Por qué no enseñar a vuestra gente que los judíos no son los hijos de los perros, sino un noble y antiguo pueblo, con una conexión de 3.000 años con la tierra de Israel?

Sí, imagínense si los detractores de Israel hubieran gastado una fracción de su energía combatiendo las mentiras de los dictadores árabes y defendiendo los derechos de millones de árabes oprimidos. Imagínense si el presidente Obama hubiera tomado un uno por ciento del tiempo que se tomó insistiendo en los asentamientos judíos, para defender los derechos democráticos de los árabes de Egipto – lo que, de repente, está haciendo ahora que el volcán ha hecho erupción.

Tal vez es sólo más fácil golpear a una sociedad libre y abierta como la de Israel.

Bueno, ahora que el pozo negro de la opresión humana en el mundo árabe se ha abierto para que todos lo vean, ¿Cuán mala se ve la democracia de Israel? ¿No desean que el mundo árabe tenga un atisbo de la sociedad civil de Israel? ¿Aún se preocuparán acerca de la «estabilidad en Medio Oriente?»

Pueden predicarme todo lo que quieran acerca de la gran tradición judía de la autocrítica – en la que creo – pero justo ahora, cuando veo a las pobres almas árabes siendo asesinadas por el simple hecho de protestar en la calle, nunca me sentí más orgulloso de ser un partidario del estado judío.

Fuente:  huffingtonpost.com

Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld

Cortesía de Ariel ben Abraham

Difusion: www.porisrael.org

 
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