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| domingo diciembre 22, 2024

El después de las actuales revueltas/revoluciones en el mundo árabe


Eduard Yitzhak

Porisrael.org

Empleando un símil cartesiano, el sistema de referencia en que se mueve la sociedad árabe en general quedaría definido por las coordenadas del eje de la abscisa nacionalista y del eje de la ordenada religiosa.

La abscisa cartesiana abarcaría desde el nacionalismo monárquico feudal y estatal [Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos, Yemen, etc.] al estatalista panarabista nacional-socialista [Egipto, Siria, Irak hasta el derrocamiento de Saddam Hussein], y la ordenada cartesiana, tendría teóricamente que desplazarse desde el islamismo [Arabia Saudita] al ateísmo pasando por laicismo. Pero la ordenada cartesiana en el mundo musulmán y árabe se desplaza sólo por el islamismo, pero no alcanza al laicismo, y mucho menos al ateismo.

La abscisa nacionalista. El eje cartesiano del nacionalismo

 

Acabada la Segunda Guerra Mundial se inició el proceso de descolonización del Magreb, [el Poniente del mundo árabe, incluye Marruecos, Túnez, Argelia, Mauritania, Sahara Occidental y Libia], y de la mayoría de los países árabes. Una vez expulsados los colonizadores europeos,  a veces tras cruentas guerras de liberación contra la metrópoli, en algunos países se impondrá un nacionalismo feudal, como Marruecos, en otros un presidencialismo socialista, como Argelia que acabará en el socialismo nacionalista, y en otros se instaurarán regímenes nacional panarabista-socialistas [de inspiración nacional-socialismo alemán] como Egipto, Siria e Irak, tras golpes de estado anti-monárquicos,  [1]

La Liga árabe afirma que “árabe es una persona cuyo idioma es el árabe, vive en u país de lengua árabe y simpatiza con las aspiraciones de los araboparlantes”.

Este planteamiento ha marcado el devenir político y social del mudo árabe, a pesar de la diversidad de dialectos del árabe,  desde mediados del siglo XIX con el nacimiento de los nacionalismos modernos. A imagen y semejanza del nacionalismo europeo, el nacionalismo árabe proclamará que todos los pueblos árabes comparten una historia, una cultura y una lengua comunes. Se forjará una ideología política arabista aletargada durante los doce siglos anteriores debido a la adhesión de la mayoría de los árabes a la Umma islámica, colectivo que acentúa la unidad dentro del Islam de poblaciones y países que supera las fronteras lingüísticas y étnicas del mundo árabe.  [2]

La diversidad dialectal de la lengua árabe de los 22 países miembros de la Liga Árabe se está  reduciendo con la escolarización, -a pesar del gran fracaso escolar -,  con la expansión de los medios de comunicación en lengua árabe, Egipto es el mayor productor de series televisivas del mundo árabe, y los dibujos animados televisivos emplean el árabe clásico con gran influencia en las nuevas generaciones. [3]

Tres años después de finalizada la Segunda Guerra Mundial,  los judíos consiguen su estado, liberado de la ocupación británica, y anteriormente otomana.                                              Israel, el estado judío, consigue su independencia, reconocida por las Naciones Unidas el 14 de mayor de 1948, en una porción de su tierra ancestral, aunque la mayor parte de la tierra judía estará ocupada por los árabes. El mundo árabe considerará un deshonor y una afrenta a su orgullo que el sometido pueblo judío pueda librarse del yugo árabe y/o musulmán.

Israel es atacado al cabo de pocas horas de proclamar su independencia por los ejércitos de cinco países árabes (Transjordania, Egipto, Siria, Líbano e Irak) y la Legión Árabe que cruzan la frontera e inician la invasión del estado judío, dando así comienzo a la primera guerra árabe-israelí.

Azzam Pashá, Secretario General de la Liga Árabe, que pensaba destruir Israel y exterminar a los judíos, declaraba el 15 de mayo de 1948:

«Esta será una guerra de exterminio y una masacre trascendental de la cual se hablará como de las masacres mongoles y de las cruzadas». [4]

A partir de la nacionalización del Canal de Suez en 1956, Gamal Abdel Nasser  se convertirá en el referente principal del nacional-socialismo panarabista.

El objetivo principal del Rais [Caudillo]  Nasser será destruir Israel para poder acaudillar el mundo árabe.

El 14 de octubre de 1956, Nasser declaraba: No estoy luchando solamente contra Israel mismo. Mi tarea es librar al mundo árabe de la destrucción a través de las maquinaciones de Israel, que tienen sus raíces afuera. Nuestro odio es muy fuerte. No tiene ningún sentido hablar de paz con Israel. No existe ni el más mínimo lugar para las negociaciones.

En la Guerra de los Seis Días (junio de 1967) el ejército egipcio, coordinado con los de Siria y Jordania (que conformaban la Coalición Arábica), sufrirá una estrepitosa derrota ante Israel, siendo el principio del declive del aura de Nasser y, en general, del nacionalismo árabe.

En  agosto de 1967  los líderes árabes reunidos en Jartún adoptaron la fórmula de tres noes: “no paz con Israel, no negociaciones con Israel, no reconocimiento de Israel” [5]

Al morir Nasser en 1970, Anwar al Sadat se impuso a sus rivales en el partido y heredó el poder, así como el proyecto de nacionalismo árabe que representaba el Caudillo Nasser.

Sadat desencadenó un nuevo ataque, junto con Siria, con el objetivo de destruir Israel,  el 6 de octubre de 1973 que sorprendió a Israel y en el que estuvo a punto de triunfar, pero Egipto y Siria perderán la Guerra de Yom Kippur

Egipto, acaudillado por Anwar al Sadat, e Israel firmarán el Tratado de Paz en Washington el 26 de marzo de 1979, lo que marcará el término de treinta años de hostilidades y cinco guerras, y permitirá un mayor desarrollo económico en el país del Nilo.

El 6 de octubre de 1981 Anwar el-Sadat será asesinado por militares pertenecientes a la Hermandad Musulmana que consideraban este tratado de paz una traición al Islam y al mundo árabe.

El Reino hachemita de Jordania  e Israel firmarán el Tratado de Paz el 26 de octubre de 1994, lo que también será considerado árabe por los islamistas como una traición al Islam y al mundo árabe.

El objetivo del panarabismo nacional-socialista populista de mejorar las condiciones de vida de las masas árabes, de aniquilar Israel, y de llevar la nación árabe a la cima del prestigio mundial fracasará rotundamente en todos sus objetivos.

En la sociedad árabe aumentará la endémica y profunda corrupción, la ineficacia de sus políticos,  dirigentes y cuadros, la ausencia de iniciativa y de autocritica en el mundo árabe, la persistente y tradicional falta de libertad, el caudillismo [la obediencia ciega al jefe y caudillo], la escasísima producción cultural e intelectual, la denigrante situación de la mujer, las enormes diferencias sociales y económicas, la extrema pobreza de grandes sectores de población, a pesar de los abundantes recursos económicos procedentes del petróleo y gas en muchos de estos estados no sólo no serán mejoradas, sino que muchas veces empeorarán, serán justificados por los nacionalistas panarabistas como por los islamistas por el lamento continúo y el constante y permanente abusivo recurso al chivo expiatorio de Israel, como el causante de todos los males y fracasos en todos los ámbitos de la vida que acechan a la sociedad árabe.

Las derrotas en los conflictos bélicos contra el estado judío, Israel, y el profundo retraso de la sociedad árabe han desprestigiado ante la mayoría de árabes al nacional-socialismo panarabista y sus dictaduras, aliadas –en diverso grado- del mundo occidental.

La ordenada religiosa. El eje cartesiano del islamismo

 

En el mundo árabe, obviamente exceptuando las minorías religiosas cristiana y la muy reducida judía, del mundo árabe, la ordenada cartesiana sólo se desplaza por el islamismo, sin alcanzar el laicismo y mucho menos el ateismo

 

¿Por qué no llega se llega al laicismo, y mucho menos al ateismo?

Friedrich  Engels en Sobre los orígenes del cristianismo escribía [6]:
La historia del cristianismo primitivo ofrece curiosos puntos de contacto con el movimiento obrero moderno. Como éste, el cristianismo era en su origen el movimiento de los oprimidos: apareció primero como la religión de los esclavos y los libertos, de los pobres y los hombres privados de derechos, de los pueblos sometidos o dispersados por Roma. Ambos, el cristianismo y el socialismo obrero predican una próxima liberación de la servidumbre y la miseria; el cristianismo traslada esta liberación al más allá, a una vida después de la muerte, en el cielo; el socialismo la sitúa en este mundo, en una transformación de la sociedad. Ambos son perseguidos y acosados, sus seguidores son proscritos y sometidos a leyes de excepción, unos como enemigos del género humano, los otros como enemigos del gobierno, la religión, la familia, el orden social. Y a pesar de todas las persecuciones e incluso directamente favorecidos por ellas, uno y otro se abren camino victoriosa, irresistiblemente. Tres siglos después de su aparición, el cristianismo es reconocido como la religión de Estado del Imperio romano: en menos de sesenta años, el socialismo ha conquistado una posición tal que su triunfo definitivo está absolutamente asegurado.  
El paralelo entre los dos fenómenos históricos atrae nuestra atención ya desde la Edad Media, en los primeros levantamientos de los campesinos oprimidos y particularmente de los plebeyos de las ciudades. Estos levantamientos, como todos los movimientos de masas de la Edad Media, estaban obligados a llevar la máscara de la religión y aparecieron como la restauración del cristianismo primitivo para salvarlo de la difusión de la degeneración

 

Una peculiar antítesis de esto fueron los levantamientos religiosos del mundo musulmán, en especial en el África. El Islam es una religión adaptada a los orientales, en particular a los árabes, es decir, por una parte a los hombres de las ciudades dedicados al comercio y la industria, por la otra a los beduinos nómadas. Pero hay en él el embrión de una colisión que reaparece en forma periódica. Los habitantes de las ciudades se enriquecen, viven en el lujo y no se esmeran en la observancia de la “ley”. Los beduinos, pobres y por lo tanto de estricta moralidad, contemplan con envidia y codi­cia estas riquezas y placeres. Luego se unen bajo un profeta, un mehedi, para castigar a los apóstatas y restablecer la observancia del ritual y de la fe verdadera, y para apropiarse, en recompensa, de los tesoros de los renegados. Al cabo de cien años, como es natural, se encuentran en la misma posición de los renegados de antes: surge la necesidad de una nueva purificación de la fe, aparece un nuevo mehedi y el juego recomienza otra vez. Esto fue lo que sucedió desde las campañas de conquista de los almorávides africanos y los almohades de España hasta el último mehedi de Jartum, que con tanto éxito contuvo a los ingleses. Lo mismo, o algo similar, sucedió con los levan­tamientos en Persia y otros países musulmanes. Todos estos movimientos estaban revestidos del ropaje de la religión, pero tenían su fuente en causas eco­nómicas. Pero cuando triunfan permiten que las antiguas condiciones económicas se mantengan intactas. De manera que la situación anterior se conserva inmutable y la colisión se repite en forma periódica.

En los levantamientos populares del Occidente cristiano, el disfraz religioso es sólo una bandera y una máscara para los ataques contra un orden económico que se torna anticuado. Este es finalmente derribado, surge uno nuevo y el mundo progresa.

No es por casualidad que no exista ni un solo país árabe democrático. El substrato ideológico que subyace  en la sociedad árabe es el Islam, y este no permite la separación entre religión y política.

El Islam no diferencia entre Religión y Estado. Religión y política en el Islam es un todo continuo, un mismo corpus.

La represión llevada por las diversas dictaduras árabes contra las escasas fuerzas democráticas ha eliminado cualquier disidencia que no sea la religiosa, ya que es el substrato que cohesiona la sociedad y cementa toda relación humana.

 

Desde la Revolución Francesa, y aún más desde la Revolución Rusa está comprobado que en situaciones pre-revolucionarias, o de caos, los más organizados se imponen finalmente, y el islamismo es la única estructura política organizada en el mundo árabe fuera del aparato militar-estatal.

 

Demográficamente los países del norte de África son mayoritariamente poblados de gente menor de 30 años  El futuro de todo país es de los jóvenes y está en manos de la juventud.

 

La abundante riqueza generada por el petróleo y gas de la zona no ha revertido en beneficio de la mayoría de la población, sino que ha ido a parar a manos de las “elites” del poder, parásitas e incompetentes, que repiten hasta el hastío discursos nacionalistas y panarabistas.

 

Muchísimos norteafricanos sueñan con emigrar a una Europa, admirada y odiada simultáneamente, una Europa “infiel” que hasta hace pocas décadas fue colonizadora del mundo árabe,  y que es percibida como un nuevo paraíso.

 

El discurso islamista presenta a los gobernantes de las diversas dictaduras árabes como instrumentos del “neocolonialismo” cristiano europeo, y promete repartir el botín de la riqueza de Europa a sus fieles.

 

Corán 4:94:  Alá ofrece abundantes ocasiones de obtener botín. …

 

Corán 48:15:.Cuando os pongáis en marcha para apoderaros de botín, …

Corán 48:18-20: Alá ha estado satisfecho de los creyentes cuando éstos te han jurado fidelidad al pie del árbol Él sabía lo que sus corazones encerraban e hizo descender sobre ellos la sakina, prometiéndoles, como recompensa, un éxito cercano y mucho botín, del que se apoderarán. Alá es poderoso, sabio. Alá os ha prometido mucho botín, del que os apoderaréis. Os ha acelerado éste y ha retirado de vosotros las manos de la gente, a fin de que sea signo para los creyentes y de dirigiros por una vía recta.

El nacionalismo, -desde el feudal hasta el panarabismo- está agotado, y el irredentismo  panislamista gana gradualmente más adeptos por prometer en esta tierra el reparto del saqueo de las riquezas de las clases dirigentes árabes y de los infieles occidentales, considerados culpables, juntamente con Israel, de todos los males de la sociedad árabe.

 

Exhausto ideológicamente el nacionalismo árabe, el islamismo es percibido por grandes sectores de las masas árabes, como el único capaz de cambiar la situación.

Los jóvenes islamistas creen con absoluto convencimiento y fe que no tienen nada que perder en el combate, ya que si pierden la vida aquí por Alá, gozarán en el más allá abunda y desmesuradamente de los placeres que les han sido vetados aquí por los “infieles” que se han aliado con los dictadores árabes.

 

Las organizaciones islamistas, como la Hermandad Musulmana, han tenido una rama solidaria y benefactora con los más necesitados, que contrasta con la actitud de los gobernantes nacional-socialistas, y la consideración mayoritaria es que los islamistas son menos corruptos y más solidarios.

 

Así como el comunismo se presentaba a “la masa de proletarios y desheredados de la tierra” como un acelerador de procesos históricos, económicos y sociales, tanto individuales como colectivos, que permitiría avanzar velozmente a sociedades pobres, atrasadas y con enormes desigualdades hacia una mejoría de las condiciones de vida, igualdad y solidaridad;  el islamismo es percibido por una población acritica que idealiza y reinventa un pasado imperial islámico-árabe de esplendor y hegemonía mundial,  como el factor desencadenante de la supremacía final del mundo árabe-musulmán sobre el resto.

El irredentismo islámico, la pretensión de anexionarse los territorios que fueron en un tiempo ocupados por el Islam, como Israel o España, atrae y fascina a grandes sectores musulmanes, que ven la bandera del yihad como la oportunidad de superar su situación personal y colectiva.

Los islamistas levantan obsesivamente la bandera anti Israel, como factor aglutinador de la sociedad árabe-musulmana, y prometen romper relaciones con Israel.

Los islamistas son conscientes de que en situación de conflicto permanente, las masas árabes se unirán más a sus dirigentes islamistas.

 

Las victorias del islamismo

 

El islamismo está presente en la práctica totalidad de los actuales conflictos bélicos en el mundo

Los islamistas repiten que tras la caída del socialismo-comunista, y del ateísmo, caerá el capitalismo, el judaísmo y el cristianismo.

 

Las victorias del islamismo sobre el comunismo en Afganistán, el cambio de gobierno en la España tras el atentado islamista en Atocha-Madrid, el continúo hostigamiento terrorista contra Israel,  la actitud dhimmi de muchos gobiernos europeos y del norteamericano Barack Hussein Obama, y el jaque a las tropas occidentales en Irak y nuevamente en Afganistán, y el discurso islamista de la tiranía islámica de Irán, dan sensación de victoria y poder a unas poblaciones árabes y/o musulmanas que sólo viven cotidianamente la “derrota” económica y social.

El islamismo da esperanzas a una población acritica sobre un idealizado pasado imperial musulmán de esplendor, riqueza y hegemonía.

 

El futuro inmediato en el norte de África

 

Los regimenes autoritarios árabes carecen de legitimidad democrática, por lo que necesariamente se mantienen en el poder gracias a la represión.

 

Las familias de los gobernantes, los represores, los altos funcionarios, los fieles de los gobernantes son el segmento que apoya realmente la dictadura, así como una parte de la sociedad, que vive acomodada y piensa que la dictadura es necesaria, y que sin ella sólo cabe el caos.

 

La oposición está muy fragmentada, pero los más potentes y organizados son los islamistas.

 

Debido a la propia naturaleza de la dictadura, que no permite aflorar las diversas tendencias,  es imposible saber que capacidad e influencia tiene cada corriente opositora.

 

En el caso de elecciones inmediatas, sin consolidarse un sistema democrático, y respeto a las minorías, y mantenimiento de los compromisos internacionales, los islamistas alcanzarían el poder rápidamente. Los mismos islamistas han afirmado múltiples veces que están dispuestos a emplearla la democracia como medio para instaurar el Califato.

 

Es posible, aunque con lógicas limitaciones, poder vislumbrar tres posibles escenarios en Egipto y el norte de África:

 

Que el ejército tome realmente el poder, edulcorándolo con elecciones, tutelando la política de estado, como ha acontecido durante largo tiempo en Turquía.

 

Que los islamistas alcancen el poder revolucionariamente y constituyan una república islámica sunnita inspirada en la chiíta iraní, salvando las distancias.

 

Que los islamistas sigan el ejemplo turco, y aparenten una moderación, como actualmente practica Erdogan en Turquía, que lamina paulatinamente las conquistas laicas de la sociedad, e instaura el islamismo.

 

En caso de instaurarse el islamismo en el poder en Egipto, y que los islamistas empujasen al resto de países árabes, y especialmente a Siria, Jordania, y al Magreb a una revolución islámica para entrar en guerra contra Israel, se produciría una desmesurada elevación del precio del petróleo y gas, y una presencia cosntante del islamoterrorismo en España, con el objetivo de reislamizar la península ibérica y “recuperar” Ceuta y Melilla.

Las oleadas del terrorismo islámico y la autodefensa de los países agredidos, Israel, España, etc, causaría un conflicto de envergadura mundial.

 

Los líderes islamistas más preclaros, [que no es lo mismo que moderados, ya que no hay moderados ni radicales], son conscientes del riesgo de una Tercera Guerra Mundial, lo que sería el final del islamismo al tener que enfrentarse en una guerra convencional contra Occidente, por lo que intentarán controlar a sus acólitos más descerebrados, y sostener inicialmente guerras de bajo nivel contra Israel, no directamente desde Egipto, pues esto sería casus belli con el estado judío, lo que desencadenaría todo lo señalado anteriormente. La guerra de bajo nivel consistiría en  emplear a Hamás y otras organizaciones islamoterroristas contra Israel y los objetivos más señalados de Occidente, acotando la libertad de los cristianos coptos, empujándolos al exilio.

Israel podría defenderse haciendo recaer la responsabilidad del terrorismo de Hamás en sus perpetradores y sus patrocinadores, los dirigentes de la hipotética República Islámica de Egipto, por lo que volveríamos a la situación anterior.

 

La Hermandad Musulmana existe desde hace casi un siglo, y no tiene prisa en llegar al poder absoluto en Egipto. Sabe que para su propósito le conviene esperar a que la base islamista se amplíe en todo el mundo árabe, en Turquía, y en resto del mundo musulmán, para poder instaurar finalmente el Califato Mundial cuando Occidente esté más decaído económica, moral, y demográficamente.

 

El futuro del norte de África depende de la fuerza de los Hermanos Musulmanes y de la correlación de fuerzas de sus corrientes internas, y de la potencia de captación entre los musulmanes.

 

Si los árabes, en general, buscan la libertad, y el mejoramiento de sus vidas y de su sociedad a través de la paz, del trabajo y del estudio, la democracia en sus países será un bien para ellos mayormente y también para la humanidad; pero si sólo sirve como medio para islamizar el mundo, será un desastre para ellos mismos mayormente, y para el resto de la humanidad.

 

Que Dios ayude al mundo árabe a que encuentren la paz y su lugar en el mundo, y así como Ismael respetó a su hermano Isaac, ambos hijos de Abraham, los países árabes respeten a Israel.

 

 

NOTAS

 

[1] http://www.arabe.cl/mundoarabe/dianacional.html

[2] http://www.libreria-mundoarabe.com/Boletines/n%BA76%20Nov.09/QuienesSonArabes.htm

[3]http://www.libreria-mundoarabe.com/Boletines/n%BA61%20Jun.08/ProblematicaLinguisticaMagreb.htm

http://www.libreria-mundoarabe.com/Boletines/n%BA76%20Nov.09/QuienesSonArabes.htm

http://www.libreria-mundoarabe.com/Boletines/n%BA76%20Nov.09/QuienesSonArabes.htm

[4] http://www.jewishvirtuallibrary.org/jsource/spanish/chapter7.pdf

http://www.jewishvirtuallibrary.org/jsource/spanish/chapter4.pdf

 

[5] http://www.jewishvirtuallibrary.org/jsource/spanish/chapter7.pdf

http://mgar.net/africa/magreb.htm

http://www.historiasiglo20.org/GF/descolonizacion3.htm

http://es.wikipedia.org/wiki/Argelia

www.pedagogiaydialectica.org/edicion/pagina/recursos/…/la_marca.doc

 

[6] www.pedagogiaydialectica.org/edicion/pagina/recursos/…/la_marca.doc

www.pedagogiaydialectica.org/edicion/pagina/recursos/…/la_marca.doc

http://www.scribd.com/doc/12719828/Contribucion-a-la-historia-del-cristianismo-primitivo-Friedrich-Engels

 
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