Lo afirma el Dr. Tawfik Hamid, reformista islamico.
Ana Jerozolimski
Semanario Hebreo. Uruguay
Tawfik Hamid habla de forma contundente y segura…tal como puede permitirse quien conoce la situación desde adentro, en todas sus facetas. Hoy es uno de los principales investigadores en el “Potomac Institute for Policy Studies” en Estados Unidos, y encabeza la Cátedra sobre Estudios de Radicalismo islámico. Pero la particularidad de su situación es que su análisis no es sólo a nivel académico. El vivió el Islam radical en carne propia.
De joven, como producto de un sentimiento que le empujaba a acercarse al Islam en su Egipto natal, se incorporó a la organización radical islámica Gamaa al-ISlamíya donde creyó hallaría la respuesta. El grupo combatía al régimen del Presidente Husni Mubarak en forma violenta. De allí, recuerda el liderazgo del Dr. Ayman al-Zawahiri, que luego se convirtió en el número dos de Osama bin Laden en Al Qaeda.
Varios fenómenos le iban resultando chocantes pero la decisión final de apartarse, la tomó cuando recibió una orden que le pareció inaceptable: secuestrar a un policía egipcio y sepultarlo vivo.
Hoy en día, el Dr. Hamid intenta modificar la interpretación común del Islam, que a su criterio peca en relación al propio Korán, propone una nueva interpretación, moderada, de los textos islámicos clásicos, y está seguro de que es posible ser un buen musulmán, sin ser extremista.
Los errores de los fundamentalistas, los tiene claros. Pero no se olvida de señalar también los que cometieron quienes lucharon contra ellos. También tiene consejos prácticos.
Este es un resumen del a extensa entrevista que nos ha concedido.
P: Dr. Hamid, usted nació en Egipto…¿qué siente al observar, aunque geográficamente desde lejos, lo que está pasando en su país?
R: Es algo que me provoca un gran entusiasmo por un lado y por otro me inspira mucha preocupación. Es que no se puede saber qué pasará. Pero en general la sensación era que lo que sucedió tenía que pasar, que era cuestión de tiempo, porque realmente la mayoría de los egipcios ya no podían tolerar más el régimen de Mubarak. Es algo que entusiasma porque puede llevar a cosas muy positivas, si se aprovecha bien el momento, pero por otro lado, si se toman decisiones erróneas, el país puede ir cuesta abajo y dar marcha atrás. Aquí hay una combinación de preocupación, emoción y esperanza.
P: ¿Por el peligro del Islam radical? ¿O por caos, temor a la falta de organización?
R: El caos no puede durar por siempre, creo que eso es algo controlable. Lo que a mi más me preocupa es una situación, por ejemplo, en la que Al Qaeda envíe gente que trate de aprovechar en su interés cualquier problema económico y político, tal cual lo han hecho en Irak. Y si logran convertir a Egipto en un segundo Irak, será un desastre. Debemos ser muy cautelosos y sabios al lidiar con esta situación, a fin de impedir que el Islam radical llegue al poder.
P: Ve en el Islam radical el peligro central…y quizás haya egipcios que digan el problema es la pobreza, la falta de esperanza.
R: Es que el Islam radical usa la pobreza, usa el caos, las crisis económicas, en su beneficio. Esta es la dinámica de los procesos que echa a andar. La pobreza puede mitigarse…pero el Islam radical es un serio problema, de fondo. Hay mucha gente pobre, lamentablemente, en India y en Brasil–¡Pero no se han convertido en bombas suicidas!
P: ¿Qué es lo que aún existe hoy, de aquello, de ese Islam radical que cuando usted fue miembro de la Gamaa al –Islamiya, quería que usted secuestre a un policía, egipcio al igual que usted, y lo sepulte vivo? ¿Algo ha cambiado?
R:.En realidad, la magnitud ha bajado pero ha habido mutaciones hacia una forma distinta de Islam, quizás menos violenta. Ahora diría que está como dormido, como una bacteria que permanece dormida hasta que cambios ambientales la despiertan. Y cuando eso ocurra, se verá la potencia del cambio en la bacteria, el Islam radical.
P: En esta crisis, se ha oído más de un comentario de expertos occidentales opinando que los Hermanos Musulmanes han actuado con mucha inteligencia, dejando la impresión de que manejan todo con moderación y que acatarán lo que indique la democracia. ¿Cree usted que realmente es así?
R: Si, pero también nosotros debemos ser inteligentes al lidiar con ellos. Los Hermanos Musulmanes no van a estallar ellos mismos pero son un peligro por la naturaleza y el contenido de la agenda islámica, simpatizan con muchas organizaciones terroristas, son anti israelíes y tienen la capacidad de sumir al país en una serie de confrontaciones que pueden debilitarlo más todavía.
Hay que comprender que confrontándolos no se termina con el fenómeno,. Mubarak los ponía en prisión todo el tiempo y de hecho la Hermandad Musulmana ha proliferado mucho más que en los tiempos de Sadat y de Nasser. O sea que el enfoque de Mubarak no era efectivo.
P: ¿Qué sugiere entonces?
R: Creo que si se les permite desempeñar cierto rol limitado a nuestra vista, no en secreto, puede ser un enfoque más apropiado. Si uno puede observarlos y tenerlos bajo supervisión, es mucho mejor. Si se les da la responsabilidad del Ministerio de Salud, por ejemplo, no podrán resolver los problemas en ese campo pero quedará demostrado que no son la solución mágica para los problemas del país.
Si yo estuviera en el liderazgo egipcio, les daría puestos en cosas que no incidirían en política, seguridad, las fuerzas armadas, y como ellos no podrán resolver los problemas en áreas como salud, por dar sólo un ejemplo, pues eso será un golpe a su nombre. Pero combatirlos mandándoles a prisión, los convierten en un símbolo, porque la gente cree que los encarcelan ya que podrían ser una buena alternativa. Lo mejor sería pues jugar ajedrez con los hermanos musulmanes, dejarlos a veces ganar algo, sacrificando algo, para que a largo plazo se les pueda derrotar en forma definitiva.
Y digo todo esto porque me resulta claro que el método usado por Mubarak para combatir a los Hermanos Musulmanes, no ha servido para socavar su ideología. Yo veo un alto nivel de antisemitismo en Egipto, muchas mujeres cubiertas con “hijab”, veo que el pensamiento islámico se ha infiltrado inclusive a los medios. O sea que hay que desarrollar un enfoque más efectivo. Con llamarlos “terroristas” no logramos nada. Hay que pensar de otra forma.
P: Todo esto que usted explica me lleva a preguntar sobre democracia e Islam. Hay quienes dicen que hay una contradicción intrínseca y otros que sostienen que alegarlo es racismo..¿Qué cree usted al respecto? ¿Puede conciliarse entre democracia e Islam?
R: La democracia puede ser un gran principio pero cuando la gente que elige a su liderazgo es gente amante de la paz y que votará como líderes a quienes quieren la paz. Pero si uno le da democracia a Al Qaeda o los Talibanes, votarán por Osama Bin Laden. Democracia no es sólo elecciones sin también una serie de valores, como por ejemplo derechos civiles, derechos de las minorías..Lo que puedo asegurar es que la forma actual central de enseñar el Islam, contradice la democracia. Pero una renovación, una nueva forma de entender la religión, pueden hacer posible un casamiento entre Islam y democracia.
P: Lo imposible, dice usted, es conciliar entre democracia y la visión fundamentalista del Islam..
R: Los islamistas usan la democracia al igual que un parásito usa la sangre para crecer, hasta que la destruyen. Por eso para ellos es un sistema magnifico, les permite crecer, llegar al control. Por eso pueden combatir en pro de la democracia, para lograrla, porque saben que la democracia les puede dar el poder y luego no la practicarán.
P: ¿Aseguraría que después de ser electos eventualmente en elecciones libres, pondrían fin a la democracia?
R: Absolutamente, no tengo ninguna duda.
P: ¿Puede darme algunos ejemplos concretos acerca de elementos en el Islam que según usted contradicen la esencia misma de la democracia?
R: Por supuesto. El concepto de democracia, significa “gobierno del pueblo”.Pero el concepto de la “Sharia” islámica es que la gente no puede cambiar los dictámenes, ya que todo viene de Alá . Si la población considera que no se debe lapidar a una mujer, en un régimen islámico no lo pueden cambiar, porque es contra lo que consideran fue dictado por Alá. Si la población considera inaceptable declarar una guerra contra los no musulmanes a fin de difundir el Islam, estarán contradiciendo la tradición en la Sharia. Todo lo relacionado al respeto a los derechos de la mujer, a los derechos civiles y de minorías, es especialmente claro. En sociedades democráticas, hay igualdad ante la ley, pero en las enseñanzas de la Sharia islámica la mujer vale la mitad del hombre, puede ser golpeada por su esposo…algo inaceptable en una sociedad democrática.
Quisiera recalcar que hay una diferencia en todo esto entre el Koran y la ley religiosa, la Sharia. Según la Sharía, las minorías-cristianos, judíos-deben pagar un impuesto humillante, jidiah, a los líderes musulmanes. Son considerados de una clase inferior a los musulmanes. En una democracia también hay derechos religiosos, pero en la Sharía tradicional puedes matar a un musulmán por convertirse a otra religión. O sea que es un sistema sumamente represor. Vemos ejemplos diarios en Arabia Saudita, en Irán, donde se actúa con barbarismo…algo totalmente contradictorio con valores de democracia. Los islamistas usarán la democracia, pero no creen en ella.
DEMOCRACIA EN EL MUNDO ARABE
P: Dr. Hamid, usted ha sido categórico en lo relacionado a la imposibilidad de conciliar entre Islam y democracia. Pero así como usted interpreta el Islam de una forma más moderada que lo que suele ser la más común hoy, y aún se considera un buen musulmán, ¿No es posible que otra gente que también cree en Alá intente implementar a nivel de gobierno, cambios para bien?
R: Absolutamente. Es posible que haya interpretaciones que no contradigan la libertad y la democracia. Pero para eso debe haber una renovación. En partes del mundo islámico, vemos hoy jóvenes de la generación de Internet, tecnología y comunicaciones a través de redes sociales. Muchos de ellos quieren ser musulmanes, pero no según el enfoque tradicional conocido hasta ahora. Vimos claramente indicativos de este tipo en la revolución en Egipto.
P: O sea que el mundo árabe tiene aún motivos para sentir esperanza…
R: La democracia puede ser aplicable en el mundo árabe, luego de que se haya cambiado el proceso general de pensamiento en esos países, el sistema educativo y varios elementos relacionados al Islam mismo que impera en esos países o es un elemento clave en los mismos. Me preocupa pensar en democracia sin que esos elementos se cumplan de forma significativa, sin que se avance claramente hacia el cambio. O sea, que la democracia puede servir para los árabes, pero eso requiere que se cumplan primero ciertas condiciones: nuevas interpretaciones de la religión de modo que se ajuste con el valor de la libertad. Eso es clave para que la democracia pueda vivir como tal ya que de lo contrario, conduciría a más radicalismo al poder.
Respecto a Egipto soy cautelosamente optimista .Dado que esta revolución no la llevaron a cabo los islamistas, creo que se puede lograr que el dominante no sea el elemento religioso. Se oye a mucha gente diciendo ahora en Egipto “no queremos un país teocrático”, que quieren un Estado secular aunque sí con un trasfondo vinculado al Islam. Los egipcios están diciendo ahora ·”no queremos el modelo iraní, lo rechazamos”.También de uno de los jefes militares, miembro del Consejo militar supremo que controla ahora el país, quien dijo: “No se permitirá que partidos actúen en base a la religión”. El espíritu general de esta revolución fue nacionalista, no religioso.
P: A pesar de las reservas que usted pone al tema de la democracia en el mundo árabe, al ver el cúmulo de eventos históricos que se están dando en diferentes países ¿Cree que se puede hablar de la “primavera árabe”?
R: Creo que cada país tiene su situación específica. Hay muchas diferencias entre uno y otro. Estimo que zonas como Yemen sí terminarán en un modelo de poder islamista, porque allí el poder del Islam radical es muy grande, está muy presentes. No creo que allí el resultado de la “democracia” será libertad. En Egipto me parece que la situación es mucho más prometedora.
En Libia probablemente terminaría dividiendo el país, por su estructura tribal, con lo cual la guerra civil sería más que probable. En resumen creo que la democracia podría tener éxito en Túnez y Egipto -ojalá- pero en Libia llevaría a una división tribal del país, en Bahrein a problemas sectoriales serios entre chiítas y sunitas y en Yemen traería al poder a gente como los Talibanes y Al Qaeda.
P: ¿Y no hay ningún elemento en común entre todos? El hecho es que en varios países se están levantando para quitar de en medio al dictador que los gobierna….
R: Creo que el terreno en común no pasa por el tema político. El esfuerzo por poner fin a la dictadura, es la forma de hacer el cambio. El único elemento común, creo yo, es la sensación de humillación de la gente en todos estos regímenes, por la falta de respeto de sus gobernantes hacia ellos, gobernantes que se quedaban con su dinero y no tenían en cuenta su voluntad. Yo creo que la motivación principal, en todos lados, de los disturbios que vemos, es la situación económica de la gente y la falta de respeto que sentían de parte del liderazgo, lo cual es relevante también para la gente en buena posición. No creo que realmente, de fondo, cuando la gente salió en la calle en diferentes partes del mundo árabe en las últimas semanas, estaban pensando en democracia.
P: ¿Considera que Israel tendrá mayores probabilidades de lograr la paz con los árabes si estos están gobernados por gobiernos democráticos?
R: Lamentablemente, no tengo muchas esperanzas al respecto. Si puedo dar un consejo, yo creo que Israel debe mantener un muy alto nivel de superioridad militar en la región. Esa es la única esperanza de paz verdadera que puede albergar Israel. Pero además quiero decir que lamento que Israel haya actuado con tanta falta de sabiduría al basarse únicamente en un hombre -Mubarak- que permitía tanto antisemitismo y odio a Israel en su país. Pero puedo asegurarle que la gente puede hablar en voz alto cuando no está en posición de tomar decisiones.
P: ¿A qué se refiere?
R: Los Hermanos Musulmanes solían decir que lo primero que harán será cancelar el acuerdo de paz con Israel. Pero ahora ya han dicho que no romperán ninguno de los acuerdos firmados por Egipto con otros países. Y no es porque amen a Israel. Lo odian. Pero lo han dicho porque comprenden que Israel es superior militarmente y que ellos no pueden andar diciendo tonterías irresponsables. Saben que si Egipto viola el acuerdo con Israel, teóricamente Israel, puede retomar el Sinaí en dos días, que con eso Egipto perderá mucho dinero del ingreso que le trae el turismo allí, que otra fuente de ingresos se perderá si deja de funcionar el Canal de Suez y que Egipto podría perder apoyo internacional-incluyendo las altas sumas de ayuda que recibe de Estados Unidos desde que firmó el acuerdo de paz- con lo cual Egipto podría colapsar económicamente. Y se puede encontrar en el Korán muchos versículos que hacen referencia a la necesidad de respetar los acuerdos y pactos firmados. O sea que los Hermanos Musulmanes, si actúan con responsabilidad, pueden hallar también fundamentos religiosos para adoptar una actitud diferente de la que habían proclamado antes.
Quizás con regímenes democráticos las cosas empiecen lentamente a mejorar para Israel, pero habrá que ver. Cuando la gente de la revolución comenzó a salir a las calles, los medios de comunicación egipcios dijeron que había una conspiración israelí de fondo. Trajeron a la televisión a una mujer para que mienta en vivo y dijo que había sido pagada por el Mossad y la CIA para quemar una iglesia en Egipto y para organizar manifestaciones. Había rumores en los medios diciendo que agentes israelíes y norteamericanos pagaban a agentes en la plaza Tahrir para quedarse allí y manifestar. Y luego apareció en pantalla diciendo que le había mentido al pueblo egipcio, que Israel y Estados Unidos no habían hecho nada de lo que ella había alegado. Ahora nadie cree esas mentiras.
Yo no diría que todo vaya a cambiar radicalmente en pro de Israel si hay democracia, pero no descarto que haya cambios para bien. Deben tomarse, en el camino, decisiones sabias.
Difusion: www.porisrael.org
Panorama complicado, pero creo que si Oriente Medio vira lentamente hacia la democracia, esto traerá aparejado un cambio profundo en la educación y en la percepción que estos países tengan de Israel, y viceversa. Pero llevará años. ¿Quién dice que el proceso de paz no se convierta en un verdadero proceso?