Egon Friedler
La Republica. Uruguay.
El mundo parece contemplar la rebelión de los pueblos del Medio Oriente como un gran espectáculo. El tono dominante de la prensa y la opinión pública en la mayoría de los países es de gran simpatía. Al parecer, finalmente contemplamos el triunfo de la libertad y la democracia en el mundo árabe. La gran platea universal sigue los acontecimientos con gran interés pero escaso compromiso.
Nadie se excita ni se pone nervioso. Sin duda, la gente celebra la caída de Mubarak pero son pocos los que se preocupan por lo qué va a suceder con su sucesión ni desea recibir noticias que empañen la imagen idílica de la revolución popular egipcia. Hechos tales como la salvaje violación de la periodista norteamericana Lara Logan por parte de 200 manifestantes egipcios al grito de “Judía” reciben muy escasa difusión.
Tampoco se ha difundido demasiado la explicación dada a esta bárbara agresión por parte de algunos periodistas: Egipto es una sociedad profundamente misógina. Según una investigación del Centro Egipcio por los Derechos Femeninos el año pasado el 83% de las mujeres locales y el 98% de las extranjeras han sido molestadas en la calle.
Debes estar conectado para publicar un comentario. Oprime aqui para conectarte.
¿Aún no te has registrado? Regístrate ahora para poder comentar.