Los delirios de Ahmadineyad

Marta González Isidoro

No a la Bomba

15 de marzo de 2011

En una entrevista concedida hoy a la televisión pública española, el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, hace honor a su capacidad mesiánica de interpretación de la realidad. En un alarde de delirio como sólo él nos tiene acostumbrados, declara sin pudor que su país, Irán, es un Paraíso de libertad y de democracia real en una zona, Oriente, castigada por la injerencia norteamericana y europea, cuyo plan estratégico en la región ha creado, armado y apoyado las dictaduras del Norte de África y Oriente Medio que en la actualidad están aplastando a sus pueblos.

Deseos de paz, justicia y seguridad para todos los pueblos del mundo, y rebeliones que justifica en el caso de los otros, pero que ni por remoto asomo permite con los suyos, a los que aplasta y reprime sin pudor. Claro, que, en su caso, los dos líderes de la oposición iraní detenidos y desaparecidos no son simples agitadores, sino peligrosos terroristas que han violado la ley y, por tanto, deben ser juzgados como su legislación establece. Qué cosas tiene la periodista, mira que es preguntona. Si en Irán el delito ideológico no existe y en el paraíso persa no se encarcela a nadie por pensar de forma diferente ni escribir cosas alternativas a la propaganda oficial. Eso ocurre en Europa, plagada de cárceles secretas donde se tortura a los disidentes. Y en los Estados Unidos, donde las matanzas contra civiles son continuas. La lapidación de mujeres y el ahorcamiento de homosexuales es  otra tergiversación de Occidente, empeñada en dar lecciones de libertad. Pero ¿Quién es el Parlamento Europeo para meterse donde no le llaman? ¿Quién le da vela en este entierro?

Los europeos deberíamos recapacitar sobre nuestro supuesto sistema democrático. Somos el pueblo más reprimido del mundo y no lo sabemos. Por suerte, el presidente Ahmadineyad es la conciencia que nos recuerda que somos prisioneros de unos partidos políticos dominados por los sionistas, que no se conforman con masacrar a todos los pueblos de Oriente Medio, sino que también han causado toda la inestabilidad que vive el Mundo Árabe, desde el Norte de Africa a Oriente Medio. No ha mencionado Japón, pero seguro que Israel ha sido la causante del tsunami y del riesgo nuclear que vive la región del Pacífico. Menos mal que esta situación va a cambiar muy pronto, porque en su capacidad de adivinación, vislumbra un Oriente Medio sin Israel. Pasos para conseguirlo, desde luego está dando.

Por desgracia, esperpentos como este tipo dirigen naciones, y sus decisiones afectan a miles, millones de personas mientras se pasean con toda impunidad por las cancillerías de Occidente, que hacen groseramente la vista gorda mientras siguen siendo útiles a sus intereses. Para otros, en cambio, estos personajes – Gadafi, Chavez, Evo Morales, entre otros – son el altavoz de su conciencia. La moral del pueblo iraní está muy cerca de la moral del pueblo español, dice contundente, en la entrevista el presidente Ahmadineyad. No, señor presidente. No se confunda. Mi moral, y la de muchos españoles, está muy por encima de la suya. Espero y deseo que muchos de los suyos piensen como yo y se liberen pronto de un ser tan deleznable.