Mario Satz

Detrás de Libia está Irán, el verdadero problema del mundo actual, cuyas redes de seducción llegan a la Triple Frontera de Sudamérica pasando por el Líbano y Siria. Irán exporta veneno mesiánico y como ve conjuras sionistas en todas partes, desvía con facilidad la atención sobre sus auténticos propósitos hegemónicos. El cargamento de armas de origen iraní descubierto por la armada israelí en estos días y cuyo destino era Gaza, nos revela su grado de implicación en conflictos que le caen lejos y hasta cierto punto le son ajenos. Si la Unión Europea tiene éxito en Libia, es decir si logra expulsar al dictador y colaborar en la reconstrucción del país sin implicarse demasiado, entonces Irán verá con los ojos bien abiertos que Occidente está vivo y defiende no sólo su idea de justicia y la libertad sino también el que otros tengan derecho y acceso a ellas. Si fracasa, en cambio, y si Gadaffi sigue allí, agazapado como un león herido pero no muerto y acabado, Irán le tenderá una mano por detrás del escenario y veremos una alianza antes impensable. Es de sospechar que los servicios de inteligencia occidentales han pensado en esta posibilidad y que ese pensamiento los ha, finalmente, decidido a intervenir, sin bien con algunos peros pero con el permiso de rusos y chinos.
También Hamás debería sacar conclusiones de esta intervención. La Unión Europea no es únicamente quien sufraga sus gastos y mantiene a sus gentes en el vilo del odio, también demuestra tener pocas pulgas cuando se trata de un desorden que no conviene a nadie, comenzando por los mismos libios. Alegrarse por una decisión que llega tarde, según Javier Solana, o tirar cohetes y lanzar al cielo del desierto fuegos de artificio, tal vez sea prematuro, pero sí debemos suspirar con alivio al ver que Europa no tiene miedo y está dispuesta a jugarse como corresponde al núcleo de su más alta civilización, que tiene bases en los puntos más estratégicos del Mediterráneo e intereses más allá de él. En cuanto a los persas malos, ¿quién duda de que si siguen incordiando y maltratando a su propia gente también irán a por ellos?




















Sí, ha tardado demasiado en intervenir, y ahora se oyen declaraciones en el sentido de que no se desea derrocar a Gadafi sino solamente evitar que siga matando civiles. Mejor se la hubiesen ahorrado, esa tonta declaración… ¿Por qué no le pidieron disculpas, al mismo tiempo?