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| jueves noviembre 21, 2024

¿Escalada pasajera o el umbral de una guerra?


Ana Jerozolimski

Semanario hebreo. Uruguay
sderot-klidLo más preocupante de la actual escalada de violencia que se vive en Israel, es que su dinámica puede imponer sucesos que sus protagonistas no desean realmente.

En realidad, es imperiosa una aclaración: aunque los grupos terroristas responsables de los últimos ataques con cohetes contra Israel no tengan real interés en recibir nuevamente una ofensiva militar como la de hace pocos años, son sus acciones las únicas que cargan con la responsabilidad de las respuestas de Israel.

Y aunque cabe polemizar sobre cada reacción de Israel, sobre las situaciones en las que sería mejor actuar con contención aunque haya que morderse los labios  y sobre el riesgo que encierra cada tipo de respuesta, lo seguro es que Israel está reaccionando a los ataques que llegan de Gaza. La iniciativa viene del otro lado….donde hay al parecer quien busca, por consideraciones diversas, una conflagración que complique finalmente a Israel en el escenario internacional.

Y el jueves, al sumarse a las informaciones sobre las sirenas en el sur –casi 20 cohetes cayeron ayer en las ciudades sureñas –  las noticias sobre el atentado en Jerusalem,  la tensión fue en aumento. Una mujer murió y más de 30 civiles resultaron heridos.

Todo comenzó cerca de las 15 horas, en el Bulevar Shazar, a corta distancia de la estación central de autobuses de Jerusalem, del siempre repleto mercado Majane Yehuda y de la entrada misma a la ciudad.  Era una hora pico, cuando mucha gente sale de sus oficinas. David Amoyal, que atendía en el kiosco de su cuñado, se percató  de un bolso que consideró sospechoso y que minutos antes, así lo creía, no estaba allí. Su alerta y la rapidez de su reacción parece haber sido lo que evitó una tragedia aún peor. El hombre comenzó a gritar a los numerosos civiles que aguardaban transporte colectivo, indicándoles que se alejen del bulto sospechoso. Acto seguido, llamó por su teléfono celular a la policía. La televisión israelí transmitió anoche la grabación registrada en la central policial de dicha llamada y se oye en ella claramente cómo segundos después, tras alcanzar solamente a decir “hay aquí un bolso sospechoso…”, tiene lugar la explosión. Quedaron grabados también los gritos de los heridos y de los testigos que comprendieron: estaban en medio de un atentado.

El pánico fue grande y en cuestión de minutos el lugar se llenó de ambulancias y policías, así como también de voluntarios de la organización religiosa “Zaka”, especializada ya en situaciones de atentados.”Vi a un hombre corriendo con las  piernas ardiendo”, relató luego un testigo. “Había gente tirada en el suelo, cubierta de sangre”, dijo otro. Una de las personas gravemente heridas, llegó de hecho al hospital al borde de la muerte y a pesar de los esfuerzos del Profesor Avi Rivkind, experto en trauma y emergencia del Hospital Hadassah Ein Kerem, pereció a causa de sus heridas.

Paralelamente a la atención a los heridos y al cierre de la zona para impedir que los curiosos alteren los trabajos de salvamento, la policía envió tropas intentar ubicar a los responsables del atentado, estimando que aún podían estar en los alrededores.

El Primer Ministro Benjamín Netanyahu, que debía partir ayer de tarde a una visita oficial a Rusia, decidió postergar la salida en varias horas, mientras el Ministro de Defensa Ehud Barak se hallaba en camino de regreso al país. Desde el aeropuerto, Netanyahu declaró que “no permitiremos constantes ataques contra nuestros civiles”  y “tomaremos medidas para garantizar la seguridad de la población”.

Al anochecer, mientras él ya estaba por partir hacia Moscú, en Jerusalem se intentaba volver a la rutina y en el sur, la población se preguntaba cuántas  veces más tendría que buscar refugio por los misiles disparados desde Gaza. Fuentes oficiales israelíes  rechazaron las declaraciones de Hamas y otros grupos radicales palestinos en la Franja, que culpaban al estado judío de la última escalada por haber causado la muerte de cuatro civiles palestinos el martes, en la zona de Sayaíe . “Sentimos pesar por la muerte no deseada de gente no involucrada”, había declarado el Premier Benjamín Netanyahu. “Y también sentimos pesar porque los terroristas continúan atacando a nuestros civiles, escudándose en los suyos, algo que no aceptaremos”.

La tragedia en Sayaíe ocurrió al desviarse por error uno de los proyectiles que Israel había disparado hacia una célula que se disponía a abrir fuego de cohetes hacia Israel. Desde el sábado por la mañana, aterrizaron en Israel casi 80 cohetes, morteros y misiles, entre ellos varios Grad de largo alcance, que hicieron impacto en todas las ciudades principales del sur: Beer Sheba. Ashkelon y Ashdod.

Y en Jerusalem, el Inspector General de la Policía Dudi Cohen estimaba que la explosión no sería el comienzo  de una nueva era de atentados.

Los habitantes de Jerusalem se preguntaban ayer si acaso el atentado es un incidente aislado o el comienzo del regreso a una rutina que los envolvió durante años casi diariamente. “Había días en los que nos levantábamos simplemente preguntándonos dónde será  hoy la explosión”, recuerdan muchos, teniendo aún presentes los peores tiempos de la segunda intifada, en la que casi diariamente había alguna explosión suicida en un punto del país, a veces dos en una misma jornada.

En los últimos tres años reinó en Jerusalem una relativa calma, aunque en diversas oportunidades fuentes de seguridad informaron sobre atentados frustrados a tiempo, que en circunstancias menos afortunadas, habrían podido resultar letales, con víctimas mortales y heridos. Hace algunas semanas, estalló una carga explosiva pequeña escondida en un tarro de basura en la avenida Derej Hebron, por lo cual un funcionario de la Municipalidad perdió un brazo. Pero en términos generales, la ciudad sintió una calma mucho mayor que años antes.

Ayer, volvieron a caer alternativamente las redes de los teléfonos celulares, por el aluvión de llamadas entre la gente, de los constantes intentos de la gente de averiguar que sus seres queridos están bien.

Si bien el último atentado suicida con bomba registrado en la ciudad fue en el 2003, en Jerusalem temen ahora que se vuelva a las escenas del 2008, año en el que se registraron en la  ciudad numerosos atentados de distinta índole.

En ese año, hubo varios ataques contra civiles en las calles de Jerusalem, perpetrados por árabes que se abalanzaron sobre transeúntes, autobuses   y vehículos de civiles embistiéndolos con grandes bulldozers de los que habían tomado control, y que en primera instancia confundían, ya que estaban en uso en sitios de obras en construcción. En otra ocasión, un palestino de Jerusalem Este chocó directamente un grupo de soldados que iba por la calle.En total, numerosas personas resultaron heridos en estos ataques.

Pero el más impactante atentado de aquel año, fue en marzo, cuando un palestino armado entró a la biblioteca de un instituto de estudios religiosos judío, la Yeshiva “Merkaz Ha Rav”, mató a ocho de los estudiantes en medio de libros sagrados y dejó a otros nueve heridos.

Los cuatro civiles muertos el martes en Sayaíe, fueron una tragedia. Cuatro muertes de más, que no minimizamos en absoluto. Pero no tenemos duda alguna: aunque el proyectil que los mató fue israelí, la responsabilidad recae sobre los que organizan los constantes ataques con misiles desde Gaza hacia Israel, aunque nadie ocupa Gaza y el único israelí que se encuentra allí es el secuestrado Gilad Shalit.

Con altibajos, a diferentes ritmos y con variada asiduidad, los cohetes nunca dejan de caer. “No habrá seguridad en Israel si no la hay en Gaza”, dijeron cínicamente en Hamas después de la muerte de los cuatro civiles…como si con ese proyectil que erró su curso hubiese empezado todo. Nada dicen del hecho que en el 99% de los casos, los muertos son los terroristas armados que están a punto de lanzar un misil y son ubicados a tiempo por los “ojos” de Israel….

Y nosotros, sinceramente, no entendemos…¿habrá alguien en Gaza que logre emular lo que está pasando en Siria, Yemen y Bahrein, y salir a las calles a protestar contra Hamas porque en lugar de dedicarse al desarrollo de la población, gasta todas sus energías en atacar o ayudar a que otros ataquen a Israel? ¿Contra quién tiran cohetes? ¿Contra los soldados y colonos que desde setiembre del 2005 ya no están en Gaza?

Es contra Israel y su existencia misma.

Y el gobierno en Jerusalem, deberá buscar una buena varita mágica para proteger a sus ciudadanos, sin chocar con la comunidad internacional que no le dará mucho margen de maniobra…y que pone el grito en el cielo cuando hay víctimas palestinas..pero que podría ayudar a ahorrarlas si tomara medidas contra Hamas, que tiene a su propia población de rehén.

Difusion: www.porisrael.org

 
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