REVISTA CARETAS (PERÚ) – 31/3/11
Libia: Rebeldes sin Pausa
Entrevista a Julián Schvindlerman
Internacional: La OTAN asume liderazgo de bombardeo aliado y los insurgentes ganan posiciones contra tiranía de Gadafi. Para analista judío Julián Schvindlerman, siendo la democracia aún remota, el Medio Oriente ya cambió de faz.
El analista argentino Julián Schvindlerman posee una maestría en la Universidad Hebrea de Jerusalem. Es autor de los libros “Roma y Jerusalem: la política vaticana hacia el estado judío” y “Tierras por Paz, Tierras por Guerra”. Su conocimiento del Medio Oriente y su relación con Israel le otorgan una perspectiva particular frente al conflicto que incendia Libia y toda la región.
–¿Cuál es el escenario que se abre en Libia?
–Lo fundamental es que no es una imposición de Occidente sino una asistencia a una revuelta netamente doméstica y popular. No parece haber una ideología motivadora, líderes identificables ni organizaciones que comanden la situación. Ni siquiera hay eslóganes antioccidentales, antijudíos o antiamericanos. Es una revuelta pro democrática e incluso la propia liga árabe pide asistencia para ayudar a los libios. Lo que estamos viendo no tiene precedentes.
–¿Qué riesgo hay de radicalismo y caos tribal?
–Libia tiene una oposición importante. Están las tradicionales disputas tribales en el país y una amenaza un poco distante de Al Qaeda. En una era pos Gadafi puede ser que estos elementos estén presentes. Los líderes opositores y los disidentes del gobierno, que son la élite política militar del país, tendrían que tomar las riendas del asunto. Con participación ciudadana, pero seguro que más acotada que en Egipto.
–¿Se puede llegar a una especie de democratización?
–Es lo deseable. Pero Medio Oriente no tiene una tradición consolidada en ese sentido, no tiene la menor experiencia de lo que es una vida democrática verdadera. Más allá de las elecciones tiene que haber libertad de prensa, de reunión, y esto no existe. Supongo que va a haber una especie de transición relativamente prolongada a una especie de democracia limitada que funcione en términos locales.
–¿Cómo observa Israel la situación?
–Con preocupación y con la esperanza de que nada empeore. Sabe que su situación en Medio Oriente siempre fue muy precaria. Comprende que la pérdida de un aliado como Mubarak en Egipto es un riesgo importante porque entra en juego el tratado de paz entre ambos países, que en realidad es un pilar de la seguridad regional. Esto tiene implicancias económicas, políticas y militares muy serias. Egipto ya autorizó a barcos militares de Irán a cruzar el Canal de Suez. Por otra parte, veo una oportunidad en el hecho de que algunos gobiernos autocráticos que incitaban permanentemente al antisemitismo en sus medios oficiales quizás no van a seguir haciéndolo. Porque lo crucial es que el mundo árabe va a comenzar a mirar mucho para adentro y esto era sociológicamente necesario. Era una sociedad obsesionada con Israel, el imperio americano, Europa y los cruzados. Ahora se preguntan: ¿qué vida queremos llevar?
–¿Qué ocurre en Bahrein?
–Es un país que tiene 70% de mayoría chiíta pero está gobernado por una minoría sunita. Arabia Saudita y otros países del golfo ya enviaron tropas para reprimir a los manifestantes en asistencia al gobierno. Es un aliado de Estados Unidos, con lo cual lo veo como el país más delicado y estratégico.
–¿Y qué tan grave es la situación en Arabia Saudita?
–Está controlada por el momento. Pero no sabemos el alcance del efecto contagio. No hay que olvidarse tampoco de la influencia iraní, que está tratando de capitalizar el descontento a favor de la desestabilización regional.
–¿Es la amenaza del extremismo islámico?
Irán es un régimen extremista religioso. Es el único país chiíta de toda la órbita árabe [JS: Irán no es árabe, error de trascripción] que es mayoritariamente sunita, por eso tiene una aspiración pan islámica, no pan arabista, de tratar de expandir su ideología. De ahí su presencia en el Líbano y Gaza, y ahora en Bahrein. Uno de los riesgos es que no se sabe como el Islam radical va a capitalizar este escenario. A diferencia de otros analistas, yo tengo más confianza de que esta revuelta pro libertades no sea aprovechada por las fuerzas oscurantistas del Islam radical. Pero es un riesgo.
–¿Estados Unidos se demoró mucho en entrar?
Sí. Pero esto tiene que ver con que esta vez eligió no liderar, a diferencia de Bush. Obama tiene una actitud mucho más colaboracionista con todo el mundo. Incluso para supeditar, por más insólito que suene esto, intereses estratégicos de EEUU a la aprobación mundial, particularmente Naciones Unidas.
–Lo peor es que Occidente le volvió a abrir las puertas a Gadafi.
–En el 2003, después de la invasión norteamericana a Irak, Gadafi toma la iniciativa de blanquear su programa de armamento no convencional y fue bien recibido en Occidente después de pagar cuantiosas sanciones en compensación por el atentado de Lockerbie (de 1988, donde un avión explotó en los aires y murieron 270 personas. Los sindicados fueron terroristas libios). Fue bien recibido por Occidente y puso su carpa beduina en París. Gran Bretaña, que ahora es uno de los líderes del operativo, fue la que presionó a Irlanda para que liberen al único terrorista convicto por Lockerbie. El propio Berlusconi, que tenía estrecha colaboración, abogó por un acuerdo de cooperación mutua.
–¿Gadafi se vendió como una contención al radicalismo islámico?
–Exactamente. Y también de la migración ilegal hacia Europa. Más allá de que hubo una prevalecencia de la real politik, esta intervención era necesaria y Gadafi no puede quedarse en el poder. Si no vamos a tener a un líder terriblemente represor, sanguinario, resentido, con una personalidad extravagante. Sin lugar a dudas volvería a las viejas usanzas de promoción del terrorismo y desestabilización regional, pues hasta la liga árabe lo dejó solo. Y lo dijo su ex embajador en la ONU: Gadafi está loco.
(Entrevistó Enrique Chávez)
El Occidente se preocupa y se ocupa para salvaguardar los intereses del Occidente.
Obama sigue liderando la politica grupal del Occidente,pero con menos errores que los presidentes anteriores.Les da un rol un poco mas grande a los europeos.De esta forma la responsabilidad politica, economica y costos militares son llevados por otros. El continua embarrado en
Irak y Afghanistan,en donde despues de tanto tiempo,dinero y vidas en esencia no
ha cambiado nada. Entonces para que sacar a un dictador para poner a otro, que quizas es mas peligroso. Hay alguien que pueda dar un ejemplo de un pais arabe democratico?
Si hoy el Occidente hace algo p.e. en Libia no va a ser por «la democracia».
La caracteristica historica del Occidente
es que si interviene en otros paises, el
resultado NO es una democracia. La democracia no se impone. Es el resultado
del desarrollo de un pueblo o estado.