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| domingo diciembre 22, 2024

Trampa al uso


Pilar Rahola

Dedico el artículo a definir qué es la islamofobia; y va por ustedes, cazadores de ideas libres. 
La negación del debate es una de las características del debate español, sobre todo en algunos temas punzantes. Y si el tema es el islam, se practica la muerte del mensajero. Digan ustedes algo crítico sobre inmigración, y pedirán perdón por no ser racistas. Escriban un artículo crítico sobre islamismo, y alguien estará levantando el dedo acusador de la islamofobia. Y por supuesto existen ambas lacras, pero ni todos los críticos las practican ni todos los acusadores están libres de culpa.

 Escriban un artículo crítico sobre islamismo, y alguien estará levantando el dedo acusador de la islamofobia. Y por supuesto existen ambas lacras, pero ni todos los críticos las practican ni todos los acusadores están libres de culpa. El caso de la islamofobia es de manual. Siempre que alzamos la voz contra musulmanes que defienden ideas intolerantes, el ejército de guardianes de la corrección política levanta su dedo inquisitorial y señala el estigma del mal. La cuestión no es debatir sobre la ideología que usa el nombre del islam para vender ideas totalitarias, sino negar que existe esa posibilidad. Veamos el ejemplo que motiva este artículo. Hace días Abdennur Prado hirió en lo más profundo a la sociedad española cuando, en un artículo delirante contra la intervención en Libia, escribió: “Tendrán su 11-M”. Después aseguró a Josep Cuní que ni el 11-S ni el 11-M era obra de islamistas y finalmente dijo que todo ello lo decía porque era un pacifista, un demócrata y no sé si una hermanita de la caridad. La polémica fue agria, no en vano la maldad de usar el recuerdo del 11-M es indefendible desde cualquier punto de vista.

Pero por si no queríamos caldo, la misma web que publicó el artículo presenta un manifiesto a favor de Abdennur que es paradigma de la trampa dialéctica. El título ya es un poema: “Contra la religión de la islamofobia: en defensa de Abdennur Prado y contra la persecución mediática de los musulmanes”. Y continúa: “periodismo de carnaza que difunde el odio irracional a los musulmanes”, “neorracismo”, “secta de la islamofobia”… Es decir, que el tal Abdennur es un libertador y el resto somos malvados intolerantes que comemos musulmanes para desayunar. Pues ¿saben qué? Estoy harta de estos inquisidores que se otorgan la representación de todo el islam, niegan el debate, se permiten ser incendiarios y después hacerse las víctimas. No nos vengan con patrañas. No representan a todos los musulmanes. Una cosa es Dios y otra el uso de Dios para defender ideologías totalitarias. Una cosa es el islam y otra su uso para contaminar cerebros y minimizar extremismos. ¿O no es islam cada víctima musulmana oprimida, esclavizada, denigrada en nombre de ideologías fanáticas y cuya tragedia algunos denunciamos con ahínco? Basta ya de mentiras. La islamofobia existe, pero quizás está dentro de ustedes, gentes que lo meten todo en el mismo saco y no entienden que para defender a los musulmanes hay que atacar frontalmente la ideología fundamentalista que intenta secuestrar su nombre, su tradición y su Dios. ¿Islamófobos? Aplíquense el cuento.

La cuestión: la difamación permanente que sufre toda persona que alza la voz contra el islamismo, en sus diversas versiones radicales, en un intento de confundir el pensamiento crítico con el odio antimusulmán. Alain Filkenkraut llama a esta tendencia la quemadura de la nueva letra escarlata, la r de reaccionario. Esta vez esa quemadura se ha producido en el manifiesto a favor de Abdennur Prado que ha publicado Webislam.com, y donde se tacha de «racistas e islamófobos» a todos aquellos que fuimos críticos con su bonito artículo titulado Tendrán su 11-M. Lo diré por enésima vez: una cosa es Dios y otra los que usan su nombre para fanatizar y matar. Una cosa son los musulmanes, con su cultura y religión, y otra aquellos musulmanes que lo usan para construir una ideología totalitaria. Y hay que dar la mano a los primeros, pero denunciar a los segundos. Y, por supuesto, una cosa es el pensamiento crítico y otra la islamofobia.

Pero como estos martillos de herejes, en su intento de impedir el debate, lanzan este tipo de acusaciones contra cualquier voz disidente del pensamiento único multicultural, buenista y yupiyaya, dedico este artículo a definir qué es la islamofobia. Y va por ustedes, cazadores de ideas libres. Principales mandamientos de la islamofobia: Es islamofobia no denunciar el uso que se hace de la religión para alimentar ideas fanáticas que tienen como objetivo la destrucción de las libertades.

Es islamofobia callar ante la esclavitud de millones de mujeres, condenadas a leyes brutales que las segregan de la sociedad y las tratan como si fueran seres inferiores. Es islamofobia no denunciar el adoctrinamiento fanático de niños para convertirlos en bombas humanas. Es islamofobia negar que exista una derivada ideológica totalitaria que usa el nombre de Alá en vano, y ayuda a confundir a los ciudadanos cada vez que hay una acción radical. Es islamofobia no pedir la expulsión de los imanes fundamentalistas que contaminan el cerebro de centenares de personas, a las que enseñan a odiar la democracia. Es islamofobia usar la metáfora del 11-M, con la carga de dolor que contiene, para intentar hacer una crítica a los gobernantes. ¿O creen que este tipo de metáforas ayudan a la comprensión entre culturas? Y, por supuesto, es islamofobia otorgarse la representación de todo el islam, como si este no fuera plural, heterodoxo, rico en matices y, sin duda, imposible de meter en un solo cajón. Es islamofobia el buenismo, que en su intento de vender la idea que todo lo que se hace en nombre del islam es bueno, acaba alimentando el peor de los malismos. Y es islamofobia usar la acusación de islamofobia para negar el debate. Esa es la contradicción de toda esta historia: que ustedes, los que se otorgan la defensa inquebrantable del islam, acaban siendo sus peores enemigos.

 
Comentarios

Doña Pilar,

Discúlpeme de antemano por el calificativo que uso al referirme Ud. como “farisea hipócrita”. No lo tome personal: ya sabe Ud. que en el cheque que recibe va incluido “todo lo demas”. No pretendo insultarla sino criticarla.

En Cataluña están potenciando Uds. todo lo que sea islámico (desde la lengua hasta las costumbres, por supuesto el catalán primero) mientras que a bastantes judíos españoles se les niega el derecho de hablar en español, rotular en español y educar en español. Incluso la página internet de la que Ud. habla recibe dinero oficial.

Menuda hipocresía por su parte hablando en su artículo de lo que ya todos sabemos del islam.

Y Ud. lo sabe… Me pregunto ¿qué hace Ud. escribiendo en Por Israel?

Atentamente
VPV

Las tonterias del islam. El perro es impuro por que mahoma tuvo un enfrentamiento con un perro, si hubiera sido otro, El perro no seria impuro

El islam es anticonstitucional ¿como tienen la poca vegüenza de subvencionar nada que huela a islam o su cultura?
En principio Pilar llevas razón y aún es mas grave de la que pones. No hay un islam moderado y otro radical todo el islam es radical, pero siguen el consejo de su religión y es ser falsos cuando sea necesario para aparentar lo que no es.
Pilar, te ha faltado auto critica a este govierno que subvenciona lo que no tiene que subvencionar.

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