Egon Friedler
Vittorio Arrigoni era un activista de «ISM» (Internacional Solidarity Movement) la organizacion pro-palestina y anti-israeli que organizo la flotilla de apoyo a hamas en gaza. Integrante de una organizacion de extrema izquierda italiana dedico los ultimos años de su vida a esta causa. Escribia en diarios italianos y hace unos meses polemizo con el periodista roberto saviano (célebre por su denuncia de las mafias italianas) cuando éste ultimo defendio publicamente a israel. Segun declaraciones de allegados suyos en la prensa italiana, el anti-israelismo de arrigoni era virulento y lindaba con el antisemitismo.
Todo esto no lo salvó de ser víctima de un ajuste de cuentas entre organizaciones palestinas rivales. Fue secuestrado por «Tawhid wal Jihad» uno de los tres grupúsculos «jihadistas» o «salafistas» activos en la Franja de Gaza, para obtener la liberación del jeque Hesham Al Saedni, prisionero de Hamas. Antes de que expirara el plazo para el canje, Arrigoni apareció muerto. Posteriormente Hamas habría liquidado en un tiroteo a sus asesinos.
El caso Arrigoni no es único. En un incidente mucho menos publicitado, otro italiano, Angelo Frammartino, igualmente miembro de la ISM fue liquidado en otro ajuste de cuentas similar. Pero las víctimas menos publicitadas del activismo pro-palestino de grupos de izquierda europeos son mujeres. Según una investigación de «Haaretz», el diario israelí más crítico del gobierno y más abierto a posiciones pro-palestinas, las violaciones de voluntarias extranjeras que vienen a ayudar a los palestinos por parte de militantes «jihadistas» serían algo corriente. En algunos casos se trataría de una forma de forzar su conversión al Islam, en otros sería solo una forma de humillar a alguien que tiene el doble estigma de ser mujer y ser infiel.
¿Cómo explicar la fascinación suicida de grupos de izquierda por el fascismo islámico? Después de todo, Hamas y las organizaciones «jihadistas» no ocultan su ideología. ¿ Desde cuándo es una causa de izquierda la degradación de la mujer? ¿ O la subordinación de la sociedad a clérigos fanáticos? ¿ O la división del mundo en fieles que responden a Alá e infieles que deben ser ciudadanos de segunda categoría? ¿ Desde cuándo es progresista sustituir a Karl Marx por el Corán? ¿ Desde cuándo la Sharia con sus castigos tales como la mutilación de los ladrones o la lapidación de las adúlteras es un código de sentido socialista? Por supuesto, nada de esto es secreto. La crueldad y la intolerancia de Hamas y el salvajismo de las organizaciones cercanas a Al Qaeda que la consideran demasiado moderada son hechos bastante conocidos y publicitados.¿ Acaso han sido olvidados los muertos de «Al Fatah» arrojados desde lo alto de los edificios en Gaza durante el «putsch» en el cual tomó el poder Hamas? ¿ O la destrucción de un campo de recreo infantil de las Naciones Unidas por el crimen de no separar a varones de niñas, la detención de 150 mujeres acusadas de brujas o el asesinato de un vendedor de Biblias, o toda clase de imposiciones absurdas en nombre de la arcaica moral islámica ? Por otra parte, las organizaciones y los militantes occidentales que apoyan al fascismo islámico, ignoran olímpicamente la amenaza de genocidio y de extinción violenta del Estado de Israel. Más allá de lo que esto puede representar para la paz mundial o el hecho de que alguien de izquierda apoye la conveniencia de un nuevo Holocausto del pueblo judío cuando aún no ha pasado un siglo del Holocausto perpetrado por los nazis, es como si durante la época de la lucha por los Derechos Civiles en los Estados Unidos, organizaciones de izquierda hubieran apoyado al Ku Klux Klan o como si en los años previos a la Segunda Guerra Mundial la izquierda europea se hubiera volcado masivamente a favor de Hitler y el nazismo. Lamentablemente no se trata de un fenómeno nuevo y único. El caso más reciente y más significativo para la realidad del mundo actual es el de Irán. Todo historiador bien informado sabe que fueron las organizaciones de izquierda las que contribuyeron de manera más activa al derrocamiento del Shah y al encumbramiento del Ayatollah Khomeini. Como agradecimiento fueron rápidamente reprimidas por el aparato policial de la teocracia islámica con una crueldad similar si no peor a la utilizada por la Savak, la repudiada policía secreta del Shah.
¿ Cómo se explica esta fascinación suicida de grupos de izquierda por el fascismo islámico que tarde o temprano también será su verdugo en caso de triunfar su causa en el mundo? Algunos analistas consideran que es la famosa pulsión de muerte freudiana alimentada por un profundo sentido de culpa por los crímenes pasados del colonialismo europeo. Para otros se trata por el contrario de un patológico triunfalismo, según el cual el futuro pertenece a una doctrina que pretende arrojar a la humanidad a un remoto pasado. Otra explicación es la clásica de «el enemigo de mi enemigo es mi amigo». La elección de enemigos comunes, Israel y Estados Unidos, sería justificación suficiente para una colaboración con una extrema derecha anti-histórica, profundamente reaccionaria, contraria no solo a toda idea de socialismo sino a las ideas básicas de la Revolución Francesa y la modernidad. Pero obviamente estas explicaciones, muy parciales, no agotan el análisis de este fenómeno.
Es sin duda un doloroso tema que tendrán que estudiar historiadores, sociólogos y siquiatras.
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