Yoel Meltzer
Ynetnews
28.04.11
Contar con un estado palestino para mejorar nuestra situación de seguridad es una absoluta locura.
Uno de los supuestos beneficios de la propuesta solución de dos estados, es que la creación de un estado palestino, finalmente, hará a los palestinos plenamente responsables de sus acciones. Por lo tanto, cualquier acto de agresión por parte de la nueva entidad en contra de Israel, será considerado un ataque contra Israel de un país soberano y no de una organización terrorista. Además, es esta distinción, así se nos dice, la que no sólo permitirá que Israel responda con fuerza a todo acto de agresión palestina, sino que también lo hará con el pleno apoyo y la comprensión de la comunidad internacional.
Aunque tal línea de razonamiento suena muy atractiva, e incluso ha logrado ganarse a algunos antiguos escépticos, no hay que comprarla. De hecho, un rápido examen de los últimos 20 años parece indicar lo contrario.
En el apogeo de la Guerra del Golfo de 1991, Irak lanzó misiles Scud contra Israel en un intento de arrastrarlo dentro del conflicto. Éste fue un clásico caso de un país soberano árabe atacando a Israel con misiles de gran poder destructivo, dirigidos a algunas de sus regiones más pobladas. Sin embargo, a pesar de los numerosos misiles que cayeron en Israel, debido a diversas consideraciones geopolíticas y a presiones a puerta cerrada, Jerusalem no respondió.
Aproximadamente 10 años más tarde, Israel, velozmente, retiró todas sus tropas del sur de Líbano. En ese momento se nos prometió que las posiciones de Israel serían ocupadas por el Ejército Libanés del Sur (ELS) con el fin de evitar que las fuerzas de Hezbollah se ubiquen dentro del rango de tiro de bolita de la frontera norte de Israel. Además, se nos aseguró, por parte del entonces Primer Ministro israelí Ehud Barak, que si Hezbollah cometiera un acto de agresión contra Israel, nuestra respuesta sería muy dolorosa.
Como de costumbre, Israel cumplió su parte del acuerdo, mientras que los árabes no cumplieron su parte. Como resultado, en lugar de tener al ELS estacionado al otro lado de la frontera, recibimos a Hezbollah. Este cambio de acontecimientos le ofreció a Hezbollah la oportunidad de observar de cerca nuestros movimientos de tropas, algo de lo que, rápidamente, aprovecharon. Después de sólo unos pocos meses de estrecha vigilancia, los hombres de Hezbollah cruzaron la frontera y secuestraron a tres soldados israelíes.
Contención israelí
Sin embargo, a pesar de nuestra duramente ganada justificación para tomar represalias contra tal acto no provocado de agresión, e incluso la garantía del propio primer ministro de responder con fuerza en tal situación, al final hicimos muy poco. Por lo tanto, las promesas no significaron nada y, lamentablemente, los soldados secuestrados fueron asesinados.
Cinco años después del trágico secuestro en Líbano, Israel retiró toda presencia judía de Gaza. En aquel momento se nos dijo que la retirada de las tropas israelíes de la Franja transferiría la carga de responsabilidad a la Autoridad Palestina, obligándola así a tener las riendas de las diversas organizaciones terroristas. Esto, así como todos los otros beneficios prometidos, resultó ser falso cuando los ataques contra Israel sólo aumentaron.
Mientras que Israel, finalmente, volvió a entrar a Gaza a finales de 2008 como parte de la Operación Plomo Fundido, esto ocurrió sólo después que miles de misiles fueron disparados contra las comunidades judías cercanas a la frontera de Gaza. Además, la prometida admiración del mundo, que supuestamente íbamos a obtener después de nuestra retirada unilateral, rápidamente se desvaneció, cuando muchos en la comunidad internacional, hipócritamente, condenaron a Israel por sus acciones en Gaza.
Aunque hubo ocasiones en que Israel respondió enérgicamente a los ataques transfronterizos, como en la Segunda Guerra de Líbano, la tendencia creciente, a través de los años, ha sido una respuesta limitada israelí o la restricción total. Además, en lugar de obtener la aprobación del mundo por nuestro amable y considerado comportamiento, esta tendencia fue acompañada por un incrementado ambiente hostil anti-israelí en todo el mundo.
Siendo así las cosas.¿Por qué deberíamos creer que las cosas serán diferentes la próxima vez? Es mucho más plausible suponer que los actos de agresión que emanen de un estado palestino en Judea y Samaria se encontrarán con la habitual respuesta limitada israelí. Además, aún en el raro caso en que Israel responda con más fuerza, es seguro asumir que el mundo rápidamente condene al estado judío, independientemente de las circunstancias.
En vista de lo anterior, ¿cómo demonios podemos usar una suposición no probada como base para debilitar gravemente nuestra seguridad nacional, algo que es seguro que sucederá si un estado palestino se crea en Judea y Samaria? Realmente, es una locura absoluta.
Yoel Meltzer es un escritor independiente que vive en Jerusalem. Su blog personal es http://yoelmeltzer.com
http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-4061566,00.html
Traducido para porisrel.org por José Blumenfeld
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