Khaled Abu Toameh
Hudson-ny.org
29 de abril de 2011.
En el nuevo Medio Oriente, parece que los radicales están ganando.
En este nuevo Medio Oriente, también Egipto parece estar moviéndose más cerca de Irán, creando serios temores en la mayoría de los países del Golfo. Por ahora, parece como si el nuevo Medio Oriente, que está tomando forma ante los ojos de todos, pertenece a Irán y a sus representantes.
Hamas, finalmente, ha ganado el reconocimiento como una autoridad legítima y un factor en la arena palestina.
Hamas tiene todos los motivos para celebrar: el acuerdo de unidad con Fatah es una admisión del fracaso de los esfuerzos de EE.UU. para aislar y debilitar al movimiento islamista.
Gracias a los nuevos gobernantes de Egipto, Hamas está siendo, finalmente, recompensado ??por su violenta toma de la Franja de Gaza en el verano de 2007.
El acuerdo de reconciliación entre Fatah y Hamas, patrocinado por Egipto, permitirá que el movimiento islamista forme parte de un nuevo gobierno provisional de unidad nacional que prepare las elecciones presidenciales y parlamentarias en la Margen Occidental y la Franja de Gaza.
A Hamas, según el acuerdo, también se le permitiría mantener su seguridad y el control civil de más de 1,5 millones de palestinos que viven en la Franja de Gaza.
Además, el acuerdo no establece condiciones para la participación de Hamas en el gobierno palestino. Hamas, ni siquiera, tiene la obligación de aceptar los Acuerdos de Oslo, de reconocer el derecho de Israel a existir o de renunciar a la violencia, como previamente lo exigían los estadounidenses y los europeos.
El mismo error que se hizo en las elecciones parlamentarias de 2006 se está repitiendo una vez más.
Entonces, a Hamas se le permitió participar incondicionalmente en las elecciones. El resultado fue que Hamas ganó la votación, para gran sorpresa y consternación de los estadounidenses y los europeos.
Diez años antes, en 1996, Hamas boicoteó la votación parlamentaria misma porque, argumentaron sus dirigentes, se llevaba a cabo en el marco de los Acuerdos de Oslo, que el movimiento islamista no reconoce.
La comunidad internacional, finalmente, fijó condiciones para tratar con Hamas, pero sólo el día después de que había ganado las elecciones y cuando ya era demasiado tarde.
Ahora los líderes de Hamas tienen todo el derecho de sonreír durante todo el camino hacia un gobierno de unidad con Fatah.
A Hamas no se le está pidiendo hacer ninguna concesión a cambio de unirse a un nuevo gobierno palestino. Como declaró Mahmoud Zahar, de Hamas, el nuevo gobierno no llevaría a cabo conversaciones de paz con Israel ni reconocería al estado judío.
La liberación de cientos de detenidos de Hamas de las cárceles controladas por Fatah en la Margen Occidental, sólo elevará la posición del movimiento islamista en esa zona. Las posibilidades de Hamas de anotarse otra victoria en las nuevas elecciones, que se supone tendrán lugar en un año, ahora parecen ser mucho mayores.
A los ojos de muchos palestinos, el acuerdo de unidad significa que Fatah se ha acercado a Hamas y no viceversa. Bajo la presión de los nuevos gobernantes de Egipto, que han mostrado más simpatía hacia Hamas que hacia el derrocado régimen de Hosni Mubarak, Fatah está siendo obligado a aceptar a Hamas como un socio igualitario en el gobierno de los palestinos.
http://www.hudson-ny.org/2080/the-new-middle-east
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
Difusión: www.porisrael.org
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