Roland J. Behar
El Nuevo Herald
Partidarios de Hamas marchan en la ciudad cisjordana de Nablus el jueves pasado, después de una reconciliación con la organización palestina Fatah.
Nasser Ishtayeh / AP
Desde hace varios meses, la Autoridad Palestina ha estado dando pasos para aniquilar la posibilidad de un acuerdo en aras de crear un estado independiente en la Cisjordania y Gaza. Los acuerdos hasta ahora firmados entre israelíes y palestinos especifican que sólo será posible dicho estado como resultado de un acuerdo entre las partes.
Imprescindible es que el acuerdo garantice la seguridad de los ciudadanos de Israel. La Autoridad Palestina, en vez de trabajar hacia ese objetivo, ha decidido dirigir sus esfuerzos en lograr el reconocimiento unilateral del Estado palestino, promoviendo una política de boicot, demonización y descrédito de Israel en cuanto escenario les ha sido factible, pretendiendo culminar con el reconocimiento de dicho estado por las Naciones Unidas en su próxima reunión plenaria. Fatah y Hamas firmaron en El Cairo, el pasado 28 de abril, un acuerdo de reconciliación y la formación de un gobierno temporal conjunto hasta las próximas elecciones a efectuarse en un año. Esto acontece luego de años de desavenencias entre las dos facciones, la pérdida del control de la Autoridad Palestina, de la Franja de Gaza y la muerte de cientos de sus militantes a manos de los terroristas de Hamas. Una de las secuelas de este acuerdo es la excarcelación de terroristas de Hamas, que se encuentran en cárceles de la Autoridad Palestina por delitos cometidos contra dicha entidad. Estos individuos se dispersarían por Cisjordania y, dada su condición de terroristas, serían un peligro no sólo para Israel, sino para la Autoridad Palestina.
Las motivaciones para este acuerdo por parte de Hamas son fáciles de entender: tienen mucho que ganar y nada que perder. Fatah, luego de una historia de terrorismo iniciada por Yassir Arafat, había logrado ser aceptada como organización política, reconocida incluso por las Naciones Unidas. Este salto atrás de alianza con terroristas en activo no parece ser lo más sensato, a menos que le estén apostando al triunfo del islamismo en el Medio Oriente, como resultado de las revueltas actuales y al financiamiento iraní.
Esta semana, mientras el mundo civilizado y amante de la paz celebraba el ajusticiamiento del asesino terrorista Osama Bin Laden, Ghassan Khatib, vocero de la Autoridad Palestina en Cisjordania, declaró que la desaparición de Bin Laden era favorable a la causa de la paz. Por su parte, el líder de Hamas en la Franja de Gaza, Ismail Haniyeh, se manifestaba al respecto diciendo: «Condenamos el asesinato y el homicidio de un santo guerrero árabe. Pedimos a Dios que tenga clemencia con los creyentes y los mártires». Por su parte, el imán de Al Aqsa en Jerusalén loaba a Bin Laden y amenazaba de muerte al presidente Barack Obama.
El presidente Shimon Peres declaró que este acuerdo no beneficia en absoluto el proceso de paz, por muchas razones; entre ellas, el hecho de que abre la posibilidad de que, en próximas elecciones, Hamas no sólo gobierne en Gaza, sino también en Cisjordania, lo que, inequívocamente, llevaría a que se realizaran ataques de cohetes contra Israel, no sólo desde Gaza, sino también desde la margen occidental del Jordán, con el resultado de la muerte de civiles inocentes a manos de Hamas. Esta organización es apoyada más que nunca por Irán, con quien coincide en objetivos y propósitos para destruir el Estado de Israel.
La presidenta del Comité de Relaciones Exteriores del Congreso de Estados Unidos, Ileana Ros-Lehtinen, declaró con respecto a la unión de la Autoridad Palestina y Hamas que «…de acuerdo con la ley estadounidense vigente, un gobierno híbrido con una organización terrorista como Hamas no puede ser destinatario de fondos de contribuyentes estadounidenses porque la ley establece que el gobierno de la Autoridad Palestina debe reconocer el derecho del Estado judío de Israel a existir, entre otras cosas, y Hamas hasta hoy se ha negado a hacerlo. Por lo tanto, a fin de aplicar la ley vigente, Estados Unidos debe terminar la asistencia a la Autoridad Palestina». Por su parte, el gobierno israelí canceló esta semana la transferencia de más de $90 millones producto de impuestos.
La Autoridad Palestina maniobra una vez más para evitar la creación de un Estado palestino en paz con Israel y con todas las responsabilidades que cualquier estado confronta. Prefieren continuar el status quo de “mantenidos” que les reporta inmensos dividendos a sus dirigentes, producto de las “donaciones” recibidas para aliviar y mejorar las condiciones de vida de su población, tarea que realizan con bastante ineptitud. Si el gobierno norteamericano decide cortarles la ayuda, y no vemos respuesta, pronto se hará más evidente la influencia de Irán en el conflicto.
Debes estar conectado para publicar un comentario. Oprime aqui para conectarte.
¿Aún no te has registrado? Regístrate ahora para poder comentar.