Jeffrey Goldberg
17 de mayo de 2011
En un artículo de opinión en el Times de hoy (acerca del cual más tarde escribiré, si puedo), el presidente palestino, Mahmoud Abbas, escribe lo siguiente acerca de sí mismo: «Hace sesenta y tres años, un niño palestino de 13 años de edad fue forzado a dejar su hogar en la ciudad galilea de Safed y huyó con su familia a Siria. Tomó refugio en una tienda de lona proporcionada a todos los refugiados que llegaban. Aunque él y su familia quisieron, durante décadas, volver a su hogar y a su patria, se les negó el más básico de los derechos humanos.»
Esta declaración genera un par de impresiones. Una sutil impresión es que un cierto grupo de personas no parece ayudar sino que oprime a niños pequeños de Galilea. La segunda impresión, más clara, es que fue el ejército sionista el que «forzó» a la familia de Abbas a dejar Safed. Esto no parece ser cierto. En otras ocasiones, Abbas ha afirmado que su familia salió de Safed por un temor general de que los judíos buscarían «venganza» contra los árabes de Safed, por una masacre anterior de judíos por parte de los árabes. Aquí está su relato de 2007 del auto exilio de su familia de Safed:
Cuando Abbas tenía 13 años, «nos fuimos a pie, por la noche, al río Jordán… Finalmente nos instalamos en Damasco… Mi padre tenía dinero, y gastaba su dinero metódicamente. Después de un año, cuando se acabó el dinero, comenzamos a trabajar. «La gente estaba motivada para escapar… Temían represalias de las organizaciones terroristas sionistas – particularmente de las de Safed. Aquellos de nosotros de Safed, temíamos especialmente que los judíos albergaran viejos deseos de vengar lo que ocurrió durante el levantamiento de 1929 [pogromos musulmanes instigados por el Gran Mufti Haj Amin al-Husseini, conocido más tarde por sus simpatías nazis]. Ésto estaba en la memoria de nuestras familias y padres… Se dieron cuenta de que la correlación de fuerzas estaba cambiando y, por lo tanto, toda la ciudad fue abandonada sobre la base de esta lógica -. Salvar nuestras vidas y nuestras pertenencias».
No hay ninguna razón especial para esperar un exitoso proceso de paz, cuando el líder de los palestinos vende una historia falsa de la independencia de Israel. Abbas escribe sobre la votación de las Naciones Unidas para la partición de Palestina en dos estados, uno judío y uno árabe: «En noviembre de 1947, la Asamblea General efectuó su recomendación y se pronunció por la afirmativa. Poco después, las fuerzas sionistas expulsaron a ??los árabes palestinos para asegurar una decisiva mayoría judía en el futuro estado de Israel, y los ejércitos árabes intervinieron. Siguieron guerra y más expulsiones».
Llegar a una solución satisfactoria de esta diputa requerirá de ambas partes, árabes e israelíes, lidiar con sus errores. Mahmoud Abbas no se atreve a señalar que los judíos aceptaron el plan de partición, mientras que los árabes lo rechazaron, y fueron a la guerra para ahogar al nuevo estado judío en la cuna, y después perdieron su guerra ofensiva. Durante esta guerra, muchos árabes fueron expulsados ??de Palestina por las fuerzas israelíes; muchos otros huyeron. Este no es un acontecimiento histórico único, la mayoría de las guerras causan desplazamientos masivos de población. Vale la pena señalar que algunos judíos, un número menor, también fueron expulsados ??de sus pueblos y granjas por las fuerzas árabes. Un mayor número de judíos – 800.000 – fueron expulsados ??posteriormente de los países árabes, donde ellos y sus antepasados ??habían vivido durante cientos, incluso miles, de años. Estos judíos, hoy en día, no son considerados refugiados debido a que fueron acogidos por Israel y recibieron la ciudadanía. Los refugiados árabes de Palestina no fueron tratados, ni cercanamente tan bien, por sus hermanos.
Recitar esta historia es deprimente, por supuesto, porque significa que las dos partes todavía están batallando sobre lo que ocurrió en 1948. Un debate más constructivo se centraría en las secuelas de la guerra de 1967. Mahmoud Abbas no va a regresar a Safed. Pero podría ser presidente de un estado independiente de Palestina en la Margen Occidental y Gaza, con capital en Jerusalem. Si sólo él – y, por supuesto, el Primer Ministro Netanyahu – encontraran una manera de evitar revivir viejos agravios y, en lugar de eso, trabajar hacia un futuro en el que ambas partes no consigan todo lo que quieren, sino lo suficiente para vivir.
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
Difusion: www.porisrael.org
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